Año 3 después de la lesión. Restaurante Regancy. Madrid, España
Los años pasaban, las vidas avanzaban, las historias cambiaban y cada día las cosas se hacían mejores para cada uno de nosotros; casi como en los cuentos de hadas o así queríamos creerlo.
Con el tiempo las amistades se hacían más sólidas, los amores más fuertes y cada vez habían menos mentiras o al menos eso era lo que yo pensaba...
Esta definitivamente es la conversación más rara de mi vida... - Comienza a hablar una mujer con un cigarrillo electrónico en la mano dirigiéndose en la mesa a sus acompañantes.
Amore, hace muchos años que venimos teniendo estas conversaciones. – Responde Helena riendo de las palabreas de la ex rubia al escuchar la última frase que dijo Carol sobre su relación.
Pero esta vez no estamos follando o hablando de como torturar a alguien, definitivamente todo esto es muy vainilla para nosotras. – Responde la mujer dando un largo trago a la copa frente a ella sin dejar de sonreír. – Admítanlo, nosotras NO somos así...
Ustedes eran las que siempre hablaban de esas cosas. – Comenta Agnes tomando de su copa sin dejar de reír viendo la expresión de Alba que no dejaba de negar mientras tomaba de su copa. – A mí en realidad siempre me gustó más pasar a las acciones...
Te gustan tanto las acciones que desde que conociste a tu niñita, no pudiste estar con ninguna otra mujer. – Responde Helena riendo sobre lo que la pelinegra acaba de decir. – Te volviste la más tierna de todas Agnes, no intentes engañarnos.
Ni siquiera conmigo y eso ya es mucho decir. – Comenta Alba riéndose de la pelinegra, quien a su lado solo giraba los ojos por el rumbo de la conversación. – Definitivamente el que se enamora, pierde cariño...Siempre tuve razón.
La conversación era calmada, como retornar a las largas noches en el bar de Helena donde definitivamente no hablaban de amores, después de años estaban siempre en la misma mesa con temas en común, como si la vida no había pasado y el amor no las habían vuelto nuevas personas.
No todo el mundo se quiere acostar contigo, Alba. – Responde la mujer a la que hizo alusión la castaña, quien al terminar la frase le guiñó el ojo. – Y créeme que fue mucho más lo que gané, que lo que perdí enamorándome esta vez.
Clea cariño, me llamo Clea. – La corrige la mayor en la mesa sin dejar de sonreír. – No puede decir mi nombre criminal tan alto, alguien podría escucharte... – Dice esto último como un susurro en broma, logrando que sus acompañantes no puedan parar de reír.
Si nos ponemos a pensar en cómo te llamas, no llegamos al cumpleaños. – Comenta sarcástica Carol hablando por primera vez en mucho tiempo. – Pongámonos serias, ¿algún día pensaron en enamorase? Porque definitivamente yo no. – Comenta dando un nuevo sorbo. – Menos de una niña, en edad escolar, amiga de mi hijo, eso no estaba entre mis planes...
Karon me enseñó lo que realmente es amar. – Dice Helena viendo a la nada. – Lo que realmente es querer a alguien sin importar nada, pero las cosas son cada vez más complicadas cuando eso ocurre...Más para mujeres como nosotras.
Anastasia llegó a mi vida como un rayo. – Dice Agnes soltando una pequeña risa. - Y así exactamente como si uno cayó, fue nuestra historia. ¿Y tú? ¿Tu policía descerebrada? – Pregunta a la ex rubia frente a ella que daba un largo sorbo a su copa.
Alessia definitivamente me enseñó muchas cosas de la vida, cosas que no había podido ver o sentir antes, no porque no lo hubiese experimentado, sino porque me negaba a ello; contigo me negué a ello muchas veces... – Termina suspirando. – ¿Eso responde tu pregunta, cariño?
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La última obsesión.
Romance¿Son dos vidas totalmente distintas compatibles? Yo al verme en el espejo veo a Diana pero al mirar atrás solo puedo veo los rastros de Anastasia. Hoy soy la mejor jugadora de fútbol del mundo, o eso dicen los comentaristas, tengo todo lo que quise...