Capítulo 18: Algo

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72 días antes de la lesión. Casa de Agnes Van Asten. Bougival, Francia.

No sé cómo realmente a los pocos minutos de aquello que pasó en la piscina de la casa de Agnes estaba dormida, mi noche fue realmente calmada y estuve muy feliz de no haberme despertado en ningún momento.

Abrí los ojos bastante temprano y vi a Ava hablando por teléfono, en un tono bastante bajo caminando de un lado a otro, pero eso no era lo mejor era que llevaba únicamente una toalla cubriendo su cuerpo.

Hola. - Me dice colgando el teléfono y dejándolo en la orilla de la cama mientras se sentaba. - ¿Cómo dormiste? - Me pregunta sonriendo mientras sus ojos recorren mi cara supongo que buscando alguna expresión.

Yo no sabía que decir, estaba simplemente pensando en todo lo que había pasado, así que por aquello mi voz sonó mucho más simple de lo que yo esperaba y supongo que lo que ella también.

Hola - Le digo levantándome y dejando mi espalda contra el respaldar de la cama - Bien.

Que mal sonó ese bien. - Dice riendo mientras se puso de pie para ir al vestidor, volvió unos pocos o muchos, la verdad perdí la noción del tiempo minutos después completamente vestida con un vestido azul espectacular muy parecido al que uso en partido de los Yankees.

Estuve pensando mucho en lo que pasó anoche. - Digo cuando comienza a cepillar su cabello, ella nunca perdió la sonrisa, ni cuando se levantó, ni cuando entró al vestiere, ni cuando salió, ni cuando me vió decir tonterías.

¿Que de todo? - Pregunta bordeando su cama para (supongo) estar más cerca de mí.

En que me rechazaste...

¿Es eso? - Pregunta riendo mientras intenta levantarse pero logro detenerla y hacer que vuelva a verme, esta vez sí perdió la sonrisa, porque supongo que ser idiota se me fue de las manos. - Lo único que te quedó de anoche fue eso, entonces no te rechacé lo suficientemente bien.

Ella seguía sin mirarme, pero estoy segura que al decir aquello tenía en sus labios la sonrisa totalmente atorrante de los primeros días.

¿Lo planeaste? - Pregunto moviéndome para acercarme lo suficiente y que pueda girarse a verme, quedado repentinamente demasiado cerca.

¿Tú me crees capaz de hacer algo así? - Preguntó aquello y automáticamente mis ojos se fueron al suelo, aquello fue la respuesta que ella estaba esperando. No dijo nada en ese instante pero después de un suspiro nostálgico volvió a hablar. - Obvio que lo crees, me debes creer capaz de cualquier cosa...

Agnes...

Esto no va a funcionar así, Ana. - Supira bastante fuerte. - Es que es imposible que funcione algo que solo está turbio...

Ella volvió a intentar levantarse y volví a impedirlo, esta vez terminé sobre sus muslos intentando con aquello que me mirara y no se moviera, solo eso...

No me dejaste terminar, lo que decía antes. - Digo acomodando unos mechos de su cabello que caían en su cara.

Ella evitó tocarme en todo momento, más de aquello que la posición otorgaba. Solo puso su mano en mi espalda un micro segundo en el que se acomodaba en la cama para que no estuviéramos a 3 segundos de caer, pero solo eso, luego sus manos quedaron detrás de ella en la cama. No tengo idea de porqué, pero esa posición le daba demasiado poder.

Continúa...

En que me rechazaste, sí pero también en que tienes totalmente la razón. - Comienzo a hablar estoy segura de que más rápido de lo que hice la lectura en mi mente. - Pero tengo algo que arreglar, algo que quiero hacer bien por primera vez en mi vida...

La última obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora