72 días antes de la lesión. Casa de Agnes Van Asten. Bougival, Francia.
Agnes estuvo hablando con Valentia ni sé cuánto tiempo, mientras esto ocurría yo estuve buscando música en mi celular y colocándola en el reproductor de su piscina para cantar. Estuve así por muchos minutos hasta que ella volvió.
Valentia estaba con Alba. – Habla sin si quiera intentar verme.
Ya que ella estaba evitando a toda costa verme, me fui a la orilla de la piscina (nuevamente) y sin importar que mi ropa se arruinara terminé con los pies dentro de ella. Pero reparé por un segundo en las palabras que acababa de decir Agnes, aquello lógicamente le estaba preocupando mucho más que cualquier cosa en este momento.
¿Cómo sabes? – Pregunto pateando el agua sin mirarla y creo que esto llamó su atención porque se quitó lo tacos y terminó sentada junto a mí.
El Athos. – Responde pasando su mano por mi pierna para que deje de hacer el movimiento mientras soltaba un largo suspiro. – Y nunca me habla así. – Con estas últimas palabras logra que me gire a verla pensando en cómo suele hablar Valen. – Con miedo, como si le hago falta, como si me necesita...
Dices que tiene un plan. – Digo indiferente volviendo a ver al frente. – ¿Cuál crees que es?
No tengo idea, y no sé si quiero averiguarlo. – Dice volviendo a acariciar mi pierna para que deje de moverla. – Valentia tiene muchos años persiguiendo a Alba, tú lo sabes, es su trabajo frustrado desde que se convirtió en policía. Nunca se va a conformar con que esté presa, la quiere ver sufrir, y eso me asusta más que cualquier otra cosa...
Valen no haría nada de ese estilo, ella no es como...
¿Yo? – Me interrumpe con esa pregunta que me hace después de mucho volver a verla. – Ella solo está llena de odio y venganza, exactamente como LO ESTUVE yo. Al parecer los malos no podemos ser buenos, pero los buenos nunca pueden ser malos, o sea lo que sea que hagan estará bien...
No puedo hacer nada más que suspirar después de que la escucho decir aquello, yo no iba a compararla con Valen o ¿sí? Comienzo a dar patadas al agua nuevamente y esta vez ella no intenta evitarlo.
Agnes yo no...
Shhh no digas nada mejor. – Dice esto colocando su dedo sobre mis labios y comenzando a bajarlo por todo mi cuerpo hasta llegar al borde de mi pantalón, lo desabotonó y me invitó silenciosamente a dejarla bajármelo, no sabía cómo reaccionar, en menos de 1 minuto había quedado en tanga delante de ella. - ¿Entrenas mañana? – Pregunta minutos después como si lo anterior no había pasado y con una pequeña pero traviesa sonrisa.
Aja. – Es lo único que puedo decir mientras sus manos siguen recorriendo mis muslos para terminar de dejar el pantalón sobre la piscina.
¿En Lyon? – Pregunta riéndose sobre mi cuello divertida por la situación.
No acá en París. - Respondo ya con mi respiración mucho más acelerada viéndola disfrutar de mis reacciones. – ¿Me estás probando?
Para probarte tienes que abrir mejor las piernas. – Responde con una risa traviesa, dejándome completamente en el sitio. Esta mujer es la misma que hace unas horas estaba diciéndome que no iba a tocarme.
Ava deja de jugar conmigo. – Respondo buscando sus labios pero automáticamente ella se aleja juguetonamente.
Está jugando contigo Agnes. – Dice mientras su dedo bordea mi tanga y termina jugando con el elástico hasta llegar al borde haciendo presión, mientras sus labios dejaban pequeños besos en mi oído. – Los juegos de Ava digamos que son más duros. – Susurra en aquel mismo lugar haciendo aquel raro truquito con el que suele romperme las bragas.
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La última obsesión.
Romance¿Son dos vidas totalmente distintas compatibles? Yo al verme en el espejo veo a Diana pero al mirar atrás solo puedo veo los rastros de Anastasia. Hoy soy la mejor jugadora de fútbol del mundo, o eso dicen los comentaristas, tengo todo lo que quise...