Jennie pov.
Sigo bailando, moviendo mi cuerpo al ritmo de la música.
Quiero mirar por encima de mi hombro para ver si Lisa está ahí mirándome o si se ha ido.
Necesito toda mi fuerza de voluntad para mantener mi atención en Rosé, fuunciona hasta que veo que levanta las cejas mientras mira algo por encima de mi hombro.
Cuando me giro, mi vista queda bloqueada por un polo rosa, vuelvo a bajar la cabeza para mirar al chico.
Tiene el pelo castaño corto y rizado y un hoyuelo en una mejilla, por alguna razón me recuerda a un cachorro, y me dan ganas de pellizcarle la mejilla, pero supongo que son las bebidas que he tomado.
— ¿Quieres bailar?— me pregunta.
—Ya estoy bailando. — señalo.
Su sonrisa se hace aún más grande, y el otro hoyuelo asoma en su mejilla.
Espero a ver si salta alguna chispa de atracción, pero no surge nada.
—Baila conmigo. — Me pone la mano en las caderas y me atrae hacia él.
—No, gracias. — Empiezo a dar un paso atrás cuando una mano que reconocería en cualquier parte baja al hombro del chico.
Oh, no.
Es probable que esto vaya a ser malo.
—La mierda. — El chico trata de girar y zafarse de su agarre.
Lisa le da un empujón y el chico retrocede unos metros.
El pánico me invade, no quiero que Lisa se meta en más problemas por mi culpa, hago lo primero que se me ocurre: Me pongo delante de ella para distraerla.
Antes de que pueda pensar demasiado en lo que estoy haciendo, le rodeo el cuello con los brazos y tiro de su cabeza hacia mí.
Hace lo que le pido en silencio y se inclina más hasta que nuestras bocas están a un suspiro de distancia.
Aprieto mis labios contra los suyos.
Todo su cuerpo se pone rígido y me pregunto si he cometido un gran error, esto podría hacer crecer la distancia entre nosotras sí he juzgado mal la situación.
Entonces recuerdo lo que Rosé me dijo sobre que no le gustaba que la tocaran.
Estoy a punto de apartarme y disculparme, pero antes de que pueda hacerlo, me rodea la cintura con el brazo y me levanta para acercarme a ella.
Profundiza el beso, un suave gemido sale de mí mientras me devora.
El deseo me golpea con fuerza, es un torrente de emociones que nunca antes había experimentado.
La rodeo con las piernas y me separa los labios con su lengua, buscando la entrada, se la doy con gusto. Su lengua se desliza en mi boca, me dejo llevar por ella, disfrutando del modo en que controla mi cuerpo con tanta facilidad.
Todo lo demás se desvanece y empiezo a devolverle el beso, sabe a menta y a chocolate.
Me vuelvo adicta al instante.
De repente, se aparta del beso, vuelvo a tirar de ella hacia abajo y vuelvo a besarla.
Me da lo que quiero.
Sus manos me agarran el culo con más fuerza, recordándome que estoy en traje de baño.
Me alejo del beso, no quiero que se acabe, pero la necesidad de oxígeno me gana, Lisa me mira fijamente, con los labios un poco hinchados.
Entonces recuerdo que la he atacado con la boca.
Oh, mi Dios.
¿De verdad he hecho eso? No volveré a beber.
—Mierda, ¿esa es Lisa besándose con alguna chica?— Oigo a alguien decir desde mi alrededor, es entonces cuando me doy cuenta de que la música ha parado.
— ¿Quieren tomar un trago o algo?— Dice Rosé, sus cejas siguen alzadas.
Niego, pero Lisa acepta.
Intento contonearme para que me baje, cuando suelta un gemido, me detengo.
El calor me sube a la cara cuando me doy cuenta de por qué, me estoy contoneando sobre su erección.
—Lo siento. — susurro.
—Tienes que dejar de decirme eso. — Se mueve, poniéndome de nuevo de pie frente a ella.
Se agacha y se ajusta.
Me relamo los labios, encontrando eso extrañamente erótico.
Los ojos de Rosé rebotan entre las dos. —Bebidas, cariño. — Jisoo rodea a Rosé con su brazo.
—Quizá algo de ropa primero. — añade Lisa, sonando irritada.
Dejo caer la cabeza, incapaz de esconderme detrás de mí pelo, lo he trenzado a un lado para que no me moleste.
Había olvidado que solo llevaba un bañador, me había sentido incómoda con él cuando llegamos, pero después de una de esas bebidas heladas de fresa ya no me importaba. Decidí que iba a divertirme y que no me importaría lo que nadie pensara de mí por esa noche.
Lisa se lleva la mano a la cabeza, con un rápido movimiento se quita la camiseta quedando en top deportivo, lo siguiente que sé es que la llevo puesta.
Miro fijamente su pecho.
Maldita sea.
Puedo ver cada maldito músculo con todo detalle, a pesar de que sus dos costados están cubiertos de tatuajes.
Se me seca la boca mientras mis ojos lo recorren todo.
—Vamos, kitten. — dice Lisa, sacándome de mis sucios pensamientos.
Me pone la mano en la espalda para guiarme mientras seguimos a Rosé y a Jisoo hacia las sillas junto a la piscina. Rosé y yo dejamos nuestras cosas en ellas antes, me doy cuenta de que muchas de las otras chicas se fijan en el pecho semidesnudo de Lisa.
No puedo culparlas, pero eso no significa que tenga que gustarme, no se parece a ninguna de las demás de aquí.
Me quito la camiseta, me encanta su olor, pero prefiero que se la vuelva a poner, me la quita de la mano antes de que me vuelva a poner mis pantalones cortos de mezclilla y la camiseta.
Sus ojos no se apartan de mí mientras lo hago.
—Ponte la camiseta. — Le hago un gesto con la mano. —Las chicas se tropiezan para verte.
Sus cejas se juntan y mira a su alrededor.
¿De verdad no se da cuenta de lo caliente que está? Se encoge de hombros y vuelve a ponerse la camiseta.
Dejo escapar un suspiro, aliviada de que por fin se haya cubierto.
—Entonces…— dice Rosé, sus ojos siguen rebotando entre Lisa y yo. Mi cara empieza a calentarse de nuevo, ya que me doy cuenta de lo que he hecho antes. — ¿Cuánto tiempo lleva pasando esto?
—No pasa nada. — suelto.
Excepto si cuentas cuando la ataqué.
¿Qué me pasa? Le agredí la boca.
Me doy cuenta de que Rosé no se lo cree.
¿A quién quiero engañar? tampoco me lo creo.
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Entre Tinta Y Cicatriz [Jenlisa]
FanfictionLa chica nueva, ni siquiera la vi hasta que fue demasiado tarde. Pero ella me vio a mí. Las peores partes de mí. Mis puños y mi rabia, es la única cara que muestro, la única forma en que puedo saludar al mundo sin que me vuelvan a hacer daño. Soy...