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Jennie pov. 

—Levántate y brilla, mi pequeña exuberante. — Abro un ojo para ver la cara sonriente de Rosé obre mí.

—Eres una de las que habla. — Me alejo de ella. 

Creo que cada una de nosotras se tomó tres o cuatro copas. No me pareció mucho, pero supongo que para alguien que nunca ha bebido lo es, el fuerte dolor de cabeza que tengo estaría de acuerdo.

—Lisa me despertó, así que le devuelvo el favor, ya que, para empezar, tú eres la razón por la que me despertó. — Me doy la vuelta para mirarla. 

Suelta una risita.

Al mencionar a Lisa, me viene a la cabeza todo lo que pasó anoche, no sé si debería esconderme bajo las sábanas o sonreír.

— ¿Por qué te ha despertado por mí?— Sostiene una botella de agua en una mano y un Advil en la otra.

— ¿Cuánto tiempo llevas enamorada de mi gemela?— levanta una ceja.

—Mierda. — Ni siquiera lo había pensado así, sé que son hermanas, pero es muy difícil recordar que son gemelas. 

Son tan diferentes. 

—Lo siento.

—No, de ninguna manera, me gusta mucho este romance. — Su sonrisa mientras lo dice hace que me relaje. 

Rosé ha sido tan buena conmigo, no me gustaría arruinar nuestra amistad. 

Me levanto, tomando el agua de ella, agita dos píldoras para que las tome.

—Gracias. — Me las meto en la boca y trago, solo me duele la cabeza. 

Por suerte, mi estómago está bien, estoy segura de que eso tuvo que ver con que Lisa me llenara de agua cuando volvimos a la casa. 

También me hizo unas tostadas.

— ¿Y?— Rosé se muere por los detalles.

—No sé qué decir, lo de anoche fue nuevo para mí.

—Hmmm. — Casi puedo oírla pensar. —Espera. ¿Ha estado malhumorada y desaparecida en acción por ustedes dos?

Me encojo de hombros. —Tuvimos un malentendido después de todo el asunto de Kai. — Ella conoce la historia. 

Esta familia no se oculta mucho entre sí.

— ¡Caramba! ¿Cómo me he perdido esto?— Se deja caer de nuevo en la cama dramáticamente, haciéndome reír antes de rodar hacia un lado, apoyando su cabeza con la mano. —Deja que la toques, eso en sí mismo debería haberme dado una pista.

—No estoy segura de lo que quieres decir.

—No le gusta que la toquen, quiero decir que mamá y yo podemos robarle algunos abrazos, pero aparte de eso no lo tiene.

—Oh. — Que yo la bese de la nada debe haberla asustado mucho, dijo que podía besarla cuando quisiera, pero, ¿y si estaba tratando de hacerme sentir mejor?

—Creo que es seguro decir que la regla de no tocar no se aplica a ti. — Agacho la cabeza, mis mejillas empiezan a calentarse. 

La idea de que Lisa no quiera que otros la toquen, aparte de mí, me hace sentir especial. 

Pero no estoy segura de que realmente sea así.

— ¿Y las otras chicas con las que ha salido?— Gah. No debería haber preguntado eso. 

No quiero oír hablar de ella con otras chicas, por lo que he oído en la escuela, nunca sale con nadie que esté en el instituto, pero si alguien sabe la verdad sería Rosé. 

Entre Tinta Y Cicatriz [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora