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Jennie pov.

Supongo que uno debe tener cuidado con lo que pide. 

En la última semana, Lisa casi no está, a menudo se va antes de que me levante de la cama, y no estoy segura de cuándo vuelve a casa. 

Me hace preguntarme si el rumor de que se acuesta con universitarias es cierto.

La culpa me corroe poco a poco, pensé que podría estar molesta conmigo después de todo lo que pasó, casi fue a la cárcel por mí.

Si no fuera por mí, no se habría metido en ese desastre, entiendo que no quiera estar cerca de mí, lo único que tenía para ofrecerle era una disculpa. 

Supongo que si ya no está cerca de mí no puedo hacer que se vea envuelta en uno de mis desastres una vez más.

Uno en el que seguramente me voy a meter.

Ayer me dijeron que mi madre y su último marido han estado por aquí preguntando por mí, Healing Homes le dijo que lo llevara al juez. 

No va a hacer eso. 

Lo que sí hará es intentar localizarme, la ingenua que llevo dentro espera que esta vez sea mejor, que haya cambiado, pero sé que no es cierto si su marido está con ella.

Suena un golpe en mi puerta antes de que se abra, Rosé asoma la cabeza adentro.

—Mamá está haciendo chocolate caliente. — Mueve las cejas hacia mí. 

No me importa que sea pleno verano, seguiría bebiendo el chocolate caliente de Eunji, no sé qué le pone, pero es adictivo. 

Rosé y yo hemos intentado recrearlo y fracasamos cada vez, salgo de la cama y meto los pies en las zapatillas para seguirla abajo. 

Mis ojos se detienen en la puerta de Lisa y me pregunto si estará en casa.

—Las gemelas Westcott van a dar una fiesta en la piscina mañana, un último hurra antes de que cierren la piscina por la temporada. ¿Quieres venir conmigo?— En realidad no, pero empiezo a pensar que soy una gran aguafiestas, Rosé lo está intentando. 

Quiere incluirme, y si sigo rechazando todas las invitaciones, al final va a dejar de pedírmelo.

—Claro. — acepto, haciéndola sonreír.

—Chicas. — dice Eunji cuando entramos en la cocina. —Les preparé aquí. — Señala la isla gigante en el centro de la cocina. 

Es donde se hacen la mayoría de las cosas en esta casa.

— ¿Solo nosotras?— Pregunto, buscando descaradamente información sobre Lisa.

—Sí. Mi hombrecito está agotado, y Kael fue a lidiar con Lisa. —sacude la cabeza, el lado de su boca tirando hacia abajo en un ceño.

— ¿Y ahora qué?— Rosé levanta su taza, tomando un sorbo.

—Ha vuelto a salir con Jamie.

Los hombros de Rosé caen. — ¿En serio?

Eunji solo asiente, tomando un sorbo de su bebida, hago lo mismo. 

Un millón de preguntas dan vueltas en mi cabeza. Por ejemplo, ¿quién demonios es Jamie? ¿Desde cuándo la conoce? ¿Han salido juntas en el pasado? Los celos me corroen al pensar que Lisa sale con esa tal Jamie.

Antes de que finalmente encuentre el valor para hacer alguna de las preguntas, oigo un golpe en la puerta seguido de un grito.

—Tengo dieciocho años, puedo salir con quien quiera.

—Todavía estás en libertad condicional. — Kael no devuelve el grito, pero con su tono no lo necesita.

— ¿No sería más fácil para todos que acabara de nuevo en la cárcel?— Se me cae el corazón ante su respuesta.

¿No se da cuenta de que todos nos preocupamos por ella?

—Cállate con tu mierda de lástima y saca la cabeza de tu propio culo, creo que eres la genio más tonta que conozco. — responde Kael.

—No es esa la verdad. — murmura Rosé a mi lado.

Lisa entra en la cocina y se detiene al vernos a todas sentadas. 

Sus ojos se fijan en los míos por un momento, veo el corte en su labio inferior. Gira la cabeza y sigue avanzando, saliendo por el otro lado de la cocina sin decir nada.

Kael entra detrás de ella, se pasa la mano por el pelo. Eunji se acerca a él, rodeándolo con sus brazos.

—Por un momento pensé que estaba mejorando. — dice contra su pecho, los ojos de Kael se fijan en los míos.

—La recuperaremos, a veces hay que pasar por la mierda para llegar al otro lado. — le responde él. 

Rosé no dice nada, pero puedo ver la tristeza en su rostro, quiere a su hermana.

No hace falta ser un genio para deducir que Lisa empezó a descarrilarse de nuevo el día que todo se fue al traste con Kai y conmigo.

—Si creen que tenerme aquí puede ser demasiado, entenderé si quieren que me quede en otro lugar.

— ¡Qué!

— ¡No!

—No vas a ir a ninguna parte. — Dicen todos al mismo tiempo.

—Ya estás formando parte de esta familia, no te vas a ninguna parte. — dice Eunji, acercándose y abrazándome. Huele a azúcar y a amor. 

Es lo que debería ser una madre de verdad, le devuelvo el abrazo con fuerza, aliviada de que no quieran que me vaya.

—Gracias. — digo mientras Eunji me besa la cabeza. —Creo que me voy a ir a la cama, gracias por el chocolate caliente, estaba delicioso, como siempre.

—Por supuesto. — suelta.

Me detengo afuera de la habitación de Lisa, oigo música al otro lado de la puerta. Me vuelvo cuando oigo pasos por el pasillo para ver a Rosé dirigiéndose hacia mí con una mirada de determinación y enojo en su cara.

— ¿Estás bien?— me pregunta mientras abro la puerta de mi habitación para entrar.

Asiento. 

Se acerca a la puerta de Lisa y la golpea con fuerza, cierro la puerta detrás de mí para darles intimidad antes de volver a meterme en la cama.

¿Como puedo echar de menos algo que nunca he tenido?

Entre Tinta Y Cicatriz [Jenlisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora