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Su sonrisa se ensancha mientras espera mi respuesta y no puedo hacer más que sopesar que debo hacer, supongo que lo del agua bendita será el primer paso, todos lo van a atribuir a la llegada de Alexis

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Su sonrisa se ensancha mientras espera mi respuesta y no puedo hacer más que sopesar que debo hacer, supongo que lo del agua bendita será el primer paso, todos lo van a atribuir a la llegada de Alexis.

— Por ahora, no bendeciré el agua, este año no tendrán agua bendita — me encojo de hombros — además, necesito un poco de tiempo para asegurar a mis aliados —la miró esperando ver su reacción, ella asiente.

— Somos aliados ahora —sonríe con calma — puedes confiar en mí y espero yo poder confiar en tí — alza su ceja.

— Claro, puede hacerlo — afirmó — lo único para lo que no podré ayudarla es para dañar a alguien que amo, son pocas personas, pero sin importantes para mí — digo con sinceridad.

— Bueno querida, en eso estamos de acuerdo, pienso de la misma forma que tú — afirma — por eso quiero que bendigas a mi sobrino — me mira.

Yo asiento.

Ambas nos quedamos en un silencio momentáneo. — ¿Cuántas veces necesitaré que revises mi estado? — pregunta después de un rato.

— Ya no es necesario, me asegure de que así sea — la miró. Después de darle algunas indicaciones la veo tocando su plano vientre con gesto cariñoso — Entonces ¿Qué harás ahora? — pregunta.

— Planeo poner algunos negocios después de vender la casa de lago de Tristán — explicó — se que será extraño pedirle esto, pero, ¿le gustaría formar una asociación? —ladeo la cabeza.

— ¿De qué se tratan tus negocios? —pregunta con interés.

— Bueno, pienso poner una tienda de ropa con diseños únicos y novedosos de todo tipo, primero será de dama, luego pondré otra se caballero — sonrió — el tercer negocio que planeo abrir es similar a una cafetería, solo que las bebidas serán por temporadas — explicó y ella asiente.

— Invertire en la tienda para dama — contesta — en cuanto a las otras dos, creo que puedo conseguirte adecuados inversores — su tono es pensativo.

Seguro piensa en algunos de sus vasallos.

Después de una conversación donde explicó el negocio de damas que pondré y el como ayudará y beneficiará nuestras finanzas ella me indica que luego su abogado me buscará.

Nos despedimos tranquilas, ella llama a Leticia y está después de un rato aparece seguida de algunas personas, todos se inclinan — Preparen un carruaje y todas las botellas de agua bendita que tenemos en la bodega — ordenó — la señora Sheridan de Sigfred partirá a su nueva residencia.

Todos dan respuestas afirmativas y ella me mira — La casa esta perfectamente acondicionada y Leticia te indicará quienes serán tu personal de seguridad y apoyo — mueve su mano y me inclinó

A esta mujer le debo muchas cosas.

Finalmente estoy lista para salir de aquí, por lo qué salgo de la mansión horas después con algunos vestidos, zapatos y las ochenta y nueve botellas de agua bendita.

Sir Evans es mi personal de Seguridad, Ignacio Lionel, es mi abogado y Ágata mi ama de llaves, todos ellos se dirigen conmigo a mi nueva vida, y aunque sé que mantendrán un ojo vigilante en mí para la Marquesa, también entiendo que necesito encontrar a un caballero fuerte, talentoso que me sea leal.

El carruaje es lujoso y agradezco que tenga la misma calidad que en el que llegue, mi trasero no podría soportar la rudeza del camino. Después de un rato, finalmente llegamos, me quedé dormida en el caminó.

Abro la puerta y dejo que Evans me ayude, veo la casa, es mucho más grande de lo que pensaba, es hermosa y elegante, sus jardines están bien cuidados y todo en ella pinta como si de un cuadro se tratará.

Me encanta.

El muro de piedra y cal es de un gris oscuro bastante agradable, las rejas negras que están al frente se abren a manos de un hombre mayor que se inclina ante mí.

— Bienvenida, señora Marjory Sheridan de Sigfred — el hombre no es tan viejo, pero se ve un poco enfermo.

La necesidad de sanarlo me llena y sin poder evitarlo toco su mano, mi energía fluye con libertad como si fuera agua de río, el hombre se queda rígido, sin comprender y noto como mis nuevos ayudantes me rodean obstaculizando la vista de cualquier transeúnte.

Finalmente noto como los pulmones del hombre están un poco dañados, su enfermedad es crónica, también padece de asma, poco a poco comienzo a sanar su cuerpo y veo con satisfacción como incluso sus rasgos se ven mucho más joven de lo que debe tener.

Él me mira con los ojos abiertos como platos y después de ver cuan cambiada esta su piel, así como ya no sentir la fatiga abrumadora y la molestia inquietante de su espalda y pecho se pone de rodillas y me jura ser leal por lo que queda de su vida.

Lo ayudo a levantarse y noto las miradas de Evans, Ágata e Ignacio.

Aquello será reportado a la Marquesa sin demora, acabo de robar a uno de sus sirvientes.

Nos adentramos en la enorme casa, los sirvientes miran con asombro al hombre cuyo nombre es Marcus, es el mayordomo, ellos se inclinan de manera respetuosa, pero incluso soy consciente que esta casa no es mía.

No importa, pronto tendré la que yo quiera.

Marcus me muestra la casa, y de inmediato me enamoro de la biblioteca que hay, la oficina incluso se encuentra llena de libros, todo es perfecto, creo o mejor dicho me parece que tengo que trabajar duro para tener un lugar así de hermoso, y no me refiero a la casa, si no, a la biblioteca.

Soy un ratón de los libros.

— Señora, mi padre me informó sobre la venta de una casa y el retraso de la notificación al copropietario — Ignacio me mira desde la puerta, estamos en la oficina y yo estoy trazando los planes.

Sabía que haber sacado ese curso técnico de negocios me serviría algún día. El de Administración y Contabilidad fue un dolor de cabeza, pero ahora valen la pena.

Kas, Maldita idiota, te amo y te odio por obligarme a estudiar esas cosas.

— Sí — contestó — con la venta buscaré dos locales, tienen que ser grandes, uno tiene que tener un segundo piso y una buena vista — explicó con voz suave.

Él asiente, se acerca después de que lo permitiera y nos centramos en organizar todo para los negocios.

No puedo depender dela Marquesa, Tristán y el que sea, necesito ser independiente de todos, valerme por mi misma, y dado que soy la Santa, bendeciré los locales que compre y la justo antes de la inauguración.

Estoy segura de que la diosa Ameritia me ayuda desde el cielo, solo espero poder hacer que mis planes fueran posibles y asegurar una vida en paz.

Además de que tenía que buscar una manera para deshacerme de Bianca, ella era un gran peligro para mi vida.

Lα Lεccισ́и dε lα SαитαDonde viven las historias. Descúbrelo ahora