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El día se fue de prisa, había sido agradable, sus tíos finalmente se habían relajado y por la noche, antes de la cena, Benjamín Silas, la busco, preguntándole sobre el trabajo que tendría y el pago que le darían

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El día se fue de prisa, había sido agradable, sus tíos finalmente se habían relajado y por la noche, antes de la cena, Benjamín Silas, la busco, preguntándole sobre el trabajo que tendría y el pago que le darían.

Eso le ayudaría a animarlo, pagaba bien a quienes eran buenos con ella y era cruel con quienes no lo eran, era su versión de lo que la Marquesa Morgana le había enseñado.

Marjory le explicó que el negocio no era suyo para dirigir, sino de su esposo y el General le advirtió que dado su historial, no tendría un trato preferencial en Rizgar. Rizgar era un local que Parled Sigfred le había dado a su hijo, hacer una mejoras y remodelarlo fue idea de Marjory.

Como Parled deseaba tener un negocio en conjunto con su hijo y nuera, Rizgar nació para eso, una pluma estilográfica con una rosa era su emblema, el lugar en el que se había abierto era cerca del área que los nobles frecuentaban más cuando se trataba de buscar papelería.

Rizgar no solo tenía las hermosas y perfectas plumas estilográfica, la tienda también contaba con sobres de cartas, y papel de colores con diseños únicos y diversos para las damas y caballeros.

Contaba con un apartado especial para crear diseños en los sobres y papel para quienes lo tomarán, sí, deseaban que las personas aprendieran a diferenciar su papel del de otras personas.

Aún no había abierto y ya tenían muchos pedidos gracias al reciente alarde del Duque Bastián sobre lo fácil que era su vida sin tener que usar tinta por separado.

El mundo social se había vuelto loco.

Todo estaba listo para la inauguración, pero se había retrazado porque Marjory no había ido a bendecir el lugar, era un ritual ya para ellos hacer eso.

Incluso el rey Diago había hecho un pedido especial, razón por la cual ya no podían posponer la apertura del local.

Era de noche, el carruaje se había detenido en la puerta de Rizgar, su letrero ya estaba colgando de la misma manera en la que colgaban en sus otros locales. La puerta fue abierta y el General bajo, seguido de su padre, por último su esposa, la joven pelirroja saltó siendo atrapada por el General.

— Si sigues saltando de esa forma, me veré obligado a cargarte a todos lados — el General murmuró en el oído de su esposa.

Ella sonrió mordiendo su labio inferior, la escena fue interrumpida por la tos falsa del señor Sigfred.

Entraron al local, que estaba perfectamente ordenado y limpió, las estanterías con sus nuevos productos colocados y en un librero en la parte posterior del lugar repleto del producto separados en una mitad derecha para damas e izquierda para caballeros.
Esto con el fin de abastecerse cuando algún producto estuviera agotado en el estante frontal.

Todo se veía elegante y sofisticado, entonces Marjory sacó un vial pequeño donde había echado agua bendita, comenzó con un reso que a su mente llegó, un soplo de aire cálido envolvió el lugar cuando la luz en el cuerpo de la joven comenzó a extenderse a cada rincón, pronto Marjory derramó gotas de agua bendita por el suelo, empapando sus manos y tocando las paredes, cada área que tocó fueron acompañados con los murmullos de su voz.

Todos estaban en silencio, admirando el poder que de ella emanaba, la calidez que los envolvía era agradable y todos se sintieron en calma. Para cuando Marjory terminó el pequeño diamante en su frente aún era visible y todos fueron testigos de ello.

El General estaba plantado apreciando la forma en que aquel rombo en su frente desapareció lentamente y ella le sonrió, a él, con tanto cariño que su corazón se conmovió.

Esa noche el General se juró trabajar más duro para poder hacer que ella lo amará con la misma fuerza que su corazón la amaba a ella.

La mañana llegó y la mansión Sigfred estaba agitada, Tristán y su padre junto a Darlian y Benjamín Silas habían salido desde temprano en busca de finalmente inaugurar Rizgar

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La mañana llegó y la mansión Sigfred estaba agitada, Tristán y su padre junto a Darlian y Benjamín Silas habían salido desde temprano en busca de finalmente inaugurar Rizgar.

Marjory estaba enterrada con algunos papeles, todas eran peticiones para que abrieran pronto Rizgar y así poder adquirir las hermosas plumas estilográfica que tanto el Duque Bastián como el Barón Sigfred poseían.

Incluso al rey Daigo y a su hermano, el Duque le habían llevado uno la tarde anterior personalizadas. En empaque, verde y rojo, claro que a la reina le llegó el suyo en color violeta, su color favorito, y una tarjeta de regalía para pedir un vestido diseñado en Libender.

Además de un juego de diez sobres para cartas con papel diseñado para ellos tres. El Duque haría una rabieta al saber aquello, pero Tristán se había vuelto renuente en enviarle algo.

Los nobles se habían vuelto locos al igual que los trabajadores del palacio, los ministros y sus seguidores estaban buscando comprar la mejor pluma y en cuanto notaron los hermosos diseños de papel, los sobres y listones que adornaban algunos se dieron cuenta de que no solo eran las plumas estilográfica lo que necesitaban comprar.

Tristán supervisaba todo en orden junto a su padre, ambos hombres mantenían un ojo crítico en todo, no queriendo fallar en su tarea, Benjamín Silas no había recibido capacitación todavía, pero fue llevado para que se familiarizara con su trabajo.

— Barón Sigfred, debo decir que su tienda tiene cosas de la mejor calidad y con una clase digna de la nobleza — una joven hija de los Condes Brown alabó al General.

Ella siempre había visto atractivo al hombre, pero debido a la inferioridad de su nacimiento, jamás se atrevió a buscarlo, ahora que era un Barón, era diferente y todo el mundo sabía que su matrimonio estaba arruinado, su mujer la Baronesa Marjory Sigfred era una mujer malvada.

El General miró a la dama y asintió — Agradezco sus palabras, espero que encuentre todo lo que necesita — su voz era neutral, pero, para Kasandra Brown era dulce y suave.

Ella se sonrojó.

— Barón, ¿cómo puedo tener una sociedad con usted? — el Marques Felian se acercó al General en ese momento alejando a Kasandra.

Ella se sintió molesta cuando el Marques Felial ya no dejó que ella se acercará, ambos hombres se enfrascaron en una conversación llegando a la oficina del Barón.

Ella después de su compra ya no pudo verlo, insatisfecha con aquello se prometió visitar la tienda al siguiente día para establecer una conversación y dejarle saber que después de soportar tres duros años en el infierno, ella le daría el cielo en matrimonio.

Lα Lεccισ́и dε lα SαитαDonde viven las historias. Descúbrelo ahora