Después de esa espantosa visita donde Tristán confrontó a Isabela sobre los eventos de hace diez años el rumor sobre la falsa Santa se corrió por toda la casa, Mateo puso al corriente a Marjory y a Marcus y Ágata en el momento, algunos sirvientes como Susana escucharon la conversación y luego la comentaron.
Tristán luego de pedirle a Isabela que se fuera se había encerrado en su habitación y llevaba dos días encerrado
Algunos creían que la vergüenza del engaño lo estaba consumiendo, otros pensaban que se debía a su falta de voluntad para ser fiel a la señora.
Marjory salió temprano ese día, después de sus ejercicios y su desayuno, tenía que visitar a la Marquesa Morgana y estaba a seis horas y media de distancia.
El Castillo se alzaba imponente, Marjory estaba encantada con su estructura.
— Boronesa Sigfred, me alegra contar con su visita — la Marquesa saludo.
— El honor es mío, Marquesa Morgana — ella devolvió el saludo.
Ambas mujeres caminan entre una conversación referente a la casa que Marjory le quiere comprar, hasta llegar al recibidor. Cuando llegan a un acuerdo, Marjory le menciona sobre el contrato de venta.
— Veamos eso después — la Marquesa resta importancia — cuéntame, ¿como llevas la vida de noble? — sonrió curiosa.
— Es molesto por toda la etiqueta que eso amerita — contestó con una mueca.
La risa ronca de la Marquesa hace sonreír a la joven. Mientras siguen caminando, Marjory se da cuenta que no es el recibidor su destino, el pasillo se vuelve oscuro y el aire se torna pesado y podrido, entonces se detienen.
El guardia de la Marquesa toma una antorcha y se abre una trampilla del suelo.— Quiero que conozcas a alguien — la Marquesa mira con atención a su protegida que resultó ser más una mina de oro que otra cosa.
La trampilla termina de abrirse y el hedor golpea con brusquedad el sistema olfativo de la pelirroja, sangre, desechos, podredumbre, y algo más.
— Lo estas haciendo esperar, vamos, acompáñame, es un invitado muy especial — la Marquesa vuelve a hablar y a la mente de la joven llega esta escena.
Marjory asintió y bajo con ella, la luz de la antorcha iluminó al hombre en el suelo, de los muslos hacia abajo sus huesos no son más que una sustancia varicosa de color amarillo, su piel está llena de marcas con pus, sería adecuado decir que ese hombre se pudre desde dentro hacia afuera.
La Marquesa evalúa la forma en la que Marjory esta viendo a su infractor — Te presentó al Barón Duncan, cariño, preséntate con la Baronesa Sigfred — sonríe con elegancia.
El hombre se estremece al oír su voz, pero mira levemente hacia arriba y sus labios tiemblan, sus ojos se llenan de esperanza y musita por ayuda.
— Es un placer conocerlo, Barón Duncan — la voz de Marjory sale clara y serena.
La Marquesa Morgana sonríe satisfecha — Seguro has escuchado hablar de él, solía ser, una especie de amante, más que un sirviente, era tan amable, me enviaba galletas como obsequio cada vez — se ríe sin gracia y sus ojos brillan de manera peligrosa.
— Nunca he escuchado de él — Marjory se encoge de hombros, mintiendo con descaro dado que ella sí conocía sobre el hombre gracias a la novela.
— Es una pena, querido, ¿no dijiste que el reino entero buscaría debajo de las piedras para encontrarte? — su pregunta está llena de burla — Sabes, la Baronesa Sigfred es una sanadora muy hábil, sería muy divertido que ella te sanará y luego veríamos como tus huesos se derriten una vez más — se ríe por la brillante idea que acaba de tener.
El cuerpo de Marjory se estremece, su deseo por ayudar al hombre golpea su pecho. La Marquesa la ve estremecerse y suspira, aún hay mucho que mejorar en la Santa para que sea digna.
Lo deja pasar, ambas mujeres se marchan rumbo al salón dónde se puedan concentrar en los asuntos que les competen.
— Ya te he mostrado que soy muy amable para recompensar y hoy te he mostrado que también soy muy cruel con aquellos que me traicionan — la Marquesa expresa mirando a la joven.
— No me atrevería a traicionar su gracia, sin su ayuda yo probablemente me hubiera rendido y el mundo entero se hubiera sumergido en el caos —Marjory suspiró porque siempre pensó que aquello era una opción.
La Marquesa la mira con atención.
— Muchas gracias por extenderme una mano, Marquesa, siempre estaré agradecida con usted por lo tanto puedo asegurarle que mi lealtad se acabará hasta que mi corazón deje de latir y la ayudaré en las cosas que me sean posibles, siempre y cuando recuerde que mis seres queridos son primero que mi vida — susurró expresando las mismas palabras que le había dicho antes de una manera diferente.
— Me alegro — fue la corta respuesta de la Marquesa.
Los bocadillos llegan pronto, junto a ellos esta un sobre, siempre me dio curiosidad cuales eran los logros de Tristán, por lo que leo con detalle los papeles sobre él.
Misiones importantes fueron encomendadas para él y todas cumplidas con éxito, ne sorprende saber que es un hombre más extraordinario de lo que pensaba.
Cuando termino con los papeles de Tristán me doy cuenta que siguen los míos, bueno, los de Marjory original. No hay mucha información, sobre todo porque Bianca junto al templo se encargaron de ello, las atrocidades de las que se me acusan me causan gracia
Me rio entre dientes por las cosas bastante exageradas que se dicen de mí.
— Basados en sus logros militares Tristán Sigfred no tiene lo necesario para recibir el reconocimiento de un Duque o el título de Barón y el rey no es conocido por su amabilidad, le dieron ese título y te dejaron seguir siendo su esposa por una razón.
Ella señala su nombre en grande donde es evidente de la asociación que ambas tenemos.
— Mi amistad con usted — es toda la respuesta que puedo dar. Aunque no sea la razón real tras el nombramiento.
— Ágata me informó que hace un tiempo llegaron nuevos sirvientes enviados por el Duque Daigo — alzó su ceja mientras se llevaba la taza de té a los labios dando un sorbo.
— Sí, gracias a eso he comenzado a controlar la información que circula por la casa, sobre todo lo referente a mí, estoy segura que ellos reportan todo lo que consideren relevante — expliqué con calma, todos en la casa sabíamos sobre esto.
Ellos eran vigilados para evitar que el flujo de la información fluyera de manera incorrecta.
— ¿Qué hay sobre la visita de Bela Sheridan? — la Marquesa preguntó curiosa.
Sonreí ante eso — Bueno, eso es algo que necesitaba se supiera sin importar si llegaba o no a los oídos del Duque Daigo — me reí entre dientes — era el momento de que mi esposo sufriera un poco — aseguró.
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Lα Lεccισ́и dε lα Sαитα
FanficFanfic basado en la exitosa novela "La petición de la mujer malvada" escrita por la maravillosa Dragonstea19. Todos los personajes y sus escenarios le pertenecen a la escritora, salvo los personajes agregados que son de mi imaginación. Esto es para...