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Momo salio muy enojada de la oficina, no lo podía creer, como es posible que sus compañeros sean tan crueles. No se detuvieron a pensar en ella, no pensaron que herirían sus sentimientos.

- ¡¿Quien fue?! - golpeo en la mesa con una caja de lata. - ¿Quién se comió mis galletas? - gruño apretando el paquete de galletas Pokiin. Las galletas eran muy populares por su delicioso sabor, pero también eran muy caras y difícil de conseguir. Ella había tenido la suerte de que salio de su trabajo al mismo tiempo en que abrió un local donde las vendían. Entonces ella y un total de diez personas más fueron los primeros en comprar dichas galletas.

Nadie respondía nada, ellos no entendía nada de que hablaba. Cada uno tenía su propio casillero donde guardar sus cosas personales, como es posible que alguien se las haya comido.

Ochako actuaba de manera extraña y Momo lo notó, observó como esta nerviosa le evitó la mirada y camino por los pasillos de forma muy sospechosa. Aprovechando la oportunidad la omega acorralo a la castaña.

- Habla si no quieres que destruya tu colección de panda. - dijo amenazante.

- ¡No! Mis panditas no. - suspiro. - Vi a Izuku entrar a la habitación de descanso después de ti. - dijo a Momo.

Esta la dejo y comenzó su búsqueda.

La omega comenzó a caminar por los pasillos en busca de un pecoso ladrón. Fue cerca de maternidad donde por fin lo divisó, obviamente Izuku iba a estar ahí, a él le gusta visitar a las omegas que habían dado a luz para llevarles aperitivos y ver sus bebes. Izuku hacia lo que quería, el señor Yagi le daba las libertades de ir y venir por donde él quiera, era su consentido ya que él fue su único estudiante que se recibió. Mientras que los demás jóvenes tiraron la toalla fácilmente después de pasar años de estrés, de falta de tiempo para su juventud, no logrando aprobar ningún en su mayoría. Todos menos Izuku.

- ¡Por fin te encuentro! - alzo la voz. - ¡Como te atreves- ¿Izuku? - lo miro extrañada. - ¿Te encuentras bien? ¡Izuku! - la omega corrió junto a Izuku para atraparlo en sus brazos antes de caer. - ¡¿Izuku?! ¡Pequeño! ALGUIEN TRAIGA UNA CAMILLA. -

Ochako había estado observando todo desde una esquina pero cuándo notó igual que Momo como el omega actuaba raro corrió a tomar una camilla, tenía el presentimiento de que algo le ocurriría. Inmediatamente llegó junto a la pelinegra para subir al omega a la cama y entrar a alguna habitación en donde lo atenderían.

...

- ¿Katsuki te encuentras bien? - preguntó Enjirou a su amigo. - Hace rato te veo mover tu pierna en impaciencia. -

-No se que sucede, mi alfa se encuentra inquietó. - tecleó el maus múltiples veces. - Y la estúpida reunión me tiene estresado. - apretó el puente de su nariz con un entrecejo.

- Señor Bakugou, su cita con el Diseñador Gráfico esta lista. - dijo la rubia de tacones. - Lo esperan en la sala dos. - se tomo al atrevimiento de sentarse en el escritorio.

- Bueno, ya voy. En este momento estoy en algo serio. - dijo sin ni siquiera mirarla, dejándose llevar por la sensación que producía su alfa, sintiéndose confundido. La omega suspiro y salio de la oficina.

Kirishima noto esa coquetería, le disgustaba la asistente que estaba remplazando a Mina, demasiado descarada y repugnante. Pero su amigo parecía estar en otro mundo, nunca veía sus insinuaciones y su asqueroso e innecesario pecho a la vista. Parecía que esas blusas no eran de sus tallas.

Pero el alfa, estaba tan colado por el omega que parecía que no existía otra omega en el mundo.

- Tengo que llamar a Izuku. - dijo mirando el atardecer por la ventana. Dando fin a un día y comienzo a otro, algo se avecinaban pero no sabía que exactamente. Lo sentía en su piel y en su lazo.

/Encantador de Omega/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora