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Esta wea se esta asiendo larga. Gente denme recomendaciones de historias para tener mas inspiracion.  No he encontrado ninguna historia buena que me logre sacar de estas laguna. Katsudeku de cuaquier tipo, pero porfavor que este completa o me agarra una crisis existencial tremenda por no saber que hubiera pasado. Hace poco sali de la tristeza de no saber que pasara en MI SEÑOR DE LOS DRAGONES. Quiero llorar, ayuda.  (Si quieren recomendar su lista de lectura, dejen un puntito ".")

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La espesa lluvia y los brillantes relámpagos azotaban esa noche oscura, la autopista estaba desolada a excepción de la camioneta de Bakugou y uno que otro conductor que salía de su trabajo. Debido a la falta de vidrio, toda la humedad de esa noche golpeaba directamente en el rostro del alfa rubio, sumando más enojo en su día.

-Maldición. – apretó el volante con enojo, a su mente aun llegaba la noticia de que el menor de los Todoroki había arruinado todo. Debería de empezar de cero, buscar incluso debajo de las rocas alguna solución. Su omega estaba decidida a tener su cachorro, Izuku es muy terco y no podría echarlo atrás. Deshacerse del cachorro no era una buena idea.

Un trueno volvió a resonar e iluminar la carretera, Katsuki ni siquiera se inmuto, la lluvia había sido su principal enemigo durante su juventud. Pero ya no, él era un alfa puro que protegía a su omega, y el miedo no podía ser parte de su vida en este momento. Debía llegar a casa y contener y mimar a su pareja, que de seguro se encontraba esperándolo en la sala de casa. Había conocido bien a Izuku, sabía que no le gustaba estar solo cuando llovía porque había posibilidad de que se cortara la electricidad y la oscuridad invadiera todo su alrededor.

Pero el destino ya tenía cada tiempo trazado, la historia ya estaba escrita en el papel de vida de cada uno. Por esa razón, ese giro brusco producto de un conductor que quiso esquivar un desnivel de la calle produjo una estabilidad de coche. Creando detrás de sí un choque tras otro, grandes vehículos se fueron pegando entre si hasta llegar a un gran camión. Bakugou apretó el freno de mano y esquivo varios de esos vehículos en un intento de salvar su vida, pero ese mismo objeto que logro llevarle la vida a sus padres lo golpeo a el también. La parte de carga del camión que impactó con otro vehículo se desprendió y golpeo fuertemente la camioneta del rubio.

El vehículo fue impactado y volcado cerca de la banquina de la calle. Las bocinas y alarmar de los vehículos resonaban junto con los gritos de desesperación de sus conductores en un intento de salir. Pero Katsuki no podía moverse, su respiración estaba siendo escaza, la lluvia no se detenía y la barulla de la tormenta tampoco. Que miserable muerte, un alfa como él no podría morir de esta manera.

¡Kacchan!

Esos ojos, esos brillantes ojos esmeraldas lo esperaban en casa. No podía morir, su cachorro, su omega. Su familia.

Movió su mano sana al cinturón que lo ahogaba, cada vez sentía menos fuerza en su cuerpo. Su alfa solo se movía inquieta en su interior, quería salvarse pero no podía, no sabía qué hacer. Cuando el cinturón finalmente cedió callo de cara al techo de la camioneta, fue esa pequeña pero brillante llama que se comenzó a producir fue un grito de alarma. Debía salir rápido antes de que el auto estalle.

-Cachorro.. – se arrastró con su brazo izquierdo hacia la ventana. – Izuku. – clavo sus uñas en ese sucio metal. –Sálvenme. –

La ensordecedora explosión fue lo único que se escuchó luego de las sirenas de emergencias.

-Kacchan ¿Dónde estás? – pregunto el omega mirando por la ventaba como ese día gris parecía no tener fin, empañando el vidrio y mojando a quien sea que este bajo su manto.

....

-¿Abuelita? – La niña de cabello negro bajo las escaleras con curiosidad. Había escuchado un ruido extraño en la parte baja de la casa. Su abuelita se encontraba lavando los platos luego de que habían cenado y como siempre ella la esperaba arriba para que la arropara. Pero nunca la escucho subir. Al llegar a la cocina, corrió espantada al ver a su abuela inconsciente en el suelo, parecía estar desmaya no lo sabía. Pero se asustó mucho porque a pesar de llamar y llamar a la mujer esta no despertaba. - ¡Abuela! – La niña entre llanto tomo rápidamente el teléfono en la cocina y marco los tres numeritos que su abuela le había enseñado en caso de algo malo pasara.

-Hola, emergencias ¿Necesita ayuda? – dijo la vos femenina al otro lado de la línea.

-Hola, hola mi abu-abuelita no desperta. – dijo con sus mejillas completamente empapadas.

-De acuerdo, quiero que prestes mucha atención a lo que te voy a decir. – dijo la voz femenina de forma calmada. – Ya enviamos ayuda pero quiero que hagas algo, primero ¿Estas en pijama? –

-Si...wuaaaa...¿Mi abuelita está bien? – pregunto asustada al señora de la otra línea.

-No te preocupes, ella estará bien. – dijo la mujer. –Quiero que tomes un abrigo de manera rápida y vallas a la casa de algún vecino por ayuda ¿Si? Yo te esperare aquí, no cuelgues. – La niña asintió sin ni siquiera percatarse de que ella no podía verla.

Subió las escaleras lo más rápido que su pequeñas piernas le permitieron y tomo su chaqueta roja. Bajo las escaleras nuevamente, tropezando entre sollozos y corrió a la casa de la señora Mel. Estando ahí golpe la puerta con sus pequeñas mano de manera desesperante siendo recibida por una somnolienta anciana. –Señora Mel! MI ABUELITA ESTA MAL! ..-sorbió su nariz. – Hay una seño-señora en el teléfono que quiere que valla. –

La mujer acudió al pedido de auxilio de la pequeña y prosiguió a dar la dirección de la casa de su vecina. Poco tiempo después llegó la ambulancia y junto con ella el vehículo de policía. La abuela de Rin había recuperado la conciencia segundos antes de que la subieran a la ambulancia. –Mi nieta. –

-Señora su nieta no puede venir. – dijo el oficial de policía. - ¿Hay alguien quien pueda cuidar de ella por estos días? –

-Su padre, su padre puede cuidar de ella. – la mujer miro a su amiga y vecina quien tenía de la mano a la pequeña Rin, esta suspiro por entender la señal que le daba. – Gracias Mel. – dijo la mujer mientras era subida a la ambulancia.

-Bien, señora me puede decir la dirección o número del padre de la niña. – la mujer asintió y la niña la miro sorprendida y confundida.

-¿Papá? -

/Encantador de Omega/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora