DISTORTED LOVE [SOPE]

2.

Yoongi

Pasado

Doblándolo, con las piernas abiertas, mi mano sobre su culo, así es como lo imaginé. Su culo redondo perfecto en el aire para mi placer visual.

Jung Hoseok, un despampanante pelirrojo.

Los chicos lo conocen como Jung, yo lo conozco como Fresita.

Se inclina para recoger algo, y mi cabeza se vuelve loca con pensamientos. De cómo su pequeña cintura encajara perfectamente en mis manos, de cómo se sentirán sus pezones rosas con mi boca envuelta alrededor de ellos. Las cosas que puedo hacerle. Las cosas que mis manos, boca y lengua pueden hacerle. Podrían castigarlo, como a él le gusta.

Lo odio tanto como quiero follarlo.

Está fuera de los límites, pero, aun así, es tentador. Ninguna palabra alguna vez ha pasado entre nosotros. No hay miradas de su dirección. No ve a nadie más que a sí mismo. O debería decir, no quiere ser visto por nadie más. Pero lo he visto, con su sedoso cabello pelirrojo y la forma en que siempre endereza su ropa. Me imagino esas manos corriendo sobre mí de la misma manera que las tiene corriendo sobre todo él.

Mis uñas se clavan en la mandarina que tengo en la mano mientras lo veo caminar bajo la lluvia, con su cabello mojado, no le importa como a los otros donceles. No, simplemente se pasa la mano por la cabeza y continúa como si no estuviera empapado y entra a la escuela.

Acosador, eso es en lo que me he convertido.

¿Cómo siquiera sucedió eso sin que me diera cuenta?

Viéndolo un día y acosándolo al siguiente.

La primera vez que lo vi, estaba parado detrás de Park Jimin; su primo. Estaba mirando hacia el piso, e inmediatamente pensé cuán sumiso sería en el dormitorio. Cómo podía doblegarlo y tomarlo por detrás, sin tanto esfuerzo. Lo tomaría, y le encantaría. Solo que aún no lo sabe.

Jimin, por otro lado, no estoy seguro... ¿habría trabajo? No es que no me guste trabajar para conseguir a quien quiero. Solo que prefiero a mis donceles de una manera.

Los donceles nunca han sido un problema, tratar o probar. Ni una sola vez he tenido problemas para acostarme con uno. Siempre han venido voluntariamente, desde el momento en que empecé a darme cuenta para qué era mi polla, y, joder, la he usado.

Me destaco en el sexo.

Pero él...

Me encantaría mucho más si Jung Hoseok estuviera en mi cama.

Me encanta odiarlo.

No hay nada en el medio.

Me pica la mano por tocarme, rodear mi polla con mis manos y acariciarla aquí y ahora mientras veo a Hoseok caminar por los pasillos de la escuela con la cabeza baja mirando cada paso que da.

¿Sabe que lo odio, pero al mismo tiempo lo deseo?

Tengo que ajustarme porque se está acercando, y si levanta la vista y me nota tal como estoy ahora, puede odiarme tanto como yo lo odio.

Hoseok también conocido como Fresita Jung.

Quiero doblarlo y encajarlo de una forma que no debería ser legal ni siquiera escrita. Quiero follarlo con tanta fuerza, que todo lo que pueda ver y escuchar sea a mí. Nada más debería dejar esos labios toda la noche. Nada más que mi nombre.

Hoseok se da vuelta para mirar detrás de él, su cabello cae frente a su cara, y lo tira hacia atrás para que no entre en sus ojos.

Quiero jalarlo.

Duro y firme.

Sacudiendo la cabeza, me aparto. Hay otros estudiantes caminando detrás de él. Su primo no está muy atrás y su amigo, está hablando con otra persona. Aún no los ha notado, pero lo hará.

¿Podría robar unos momentos con él, solo para oler la vainilla que permanece en su piel? Las cosas que podría hacer si solo tuviera una muestra.

—Yoongi —. Oigo mi nombre y es uno de los profesores.

Mi pene esta duro como el granito, así que trato de pensar en gatos muertos para ver si se suaviza. No funciona porque estoy a punto de perder mi oportunidad de hablar con Hoseok. Para tocarlo, para asegurarme de que es real y no una perfecto muñeco inventado que he creado en mi cabeza.

Mi propio muñeco sexual.

Mmm, ¿no suena tentador?

Asintiendo al maestro una vez, salgo de la habitación mirando directamente a Hoseok. Camina hacia mí, con la cabeza gacha. Sus manos en su ropa tratando de deshacerse del agua que no se mueve. Eventualmente se secará, pero quiere que desaparezca inmediatamente.

Mirando más allá de él, su primo levanta la mirada y veo la forma en que me mira. Es la misma forma en que me miran las empleadas de mi padre. Quieren algo, o a mí.

Mirando hacia abajo, me acerco a Hoseok. Si mira hacia arriba en este momento, verá que lo he hecho a propósito, y que podría haber parado si así lo hubiera decidido. Solo decidí no hacerlo. Mi cuerpo quiere chocar contra el suyo para sentir cada curva que tiene para ofrecer, en lugar de esconderse detrás de su desaliñado uniforme.

Casi tropieza, pero se las arregla para enderezarse.

Choqué con él a propósito.

La toqué a propósito.

Toda acción tiene una reacción.

Mientras me mira con esos ojos de color moka, sé aquí, y ahora, que incluso si tratara de convencerme de que lo odio, nunca podría lograrlo.