4.

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Yoongi

Ir a clases es una pérdida de mi tiempo, pero me lo exigen. Es oficialmente mi último año, luego puedo tomar lo que es mío. Si él me lo da, claro. Mi padre es dueño de la mayoría de los clubes nocturnos en Daegu, y pronto serán todos míos. Me prometió un puesto en su negocio si completaba mi último año de escuela.

Once meses y contando, y administraré mi propia línea de negocios. Siempre me ha fascinado su trabajo. Las horas parecen demasiado perfectas, el pago aún mejor. Tenemos la casa elegante, los autos elegantes y, sobre todo, tenemos dinero. Más de lo que puedes gastar en tu vida.

Soy un niño mimado de educación privada, que pronto será un hombre rico echado a perder en unos meses.

—¿Qué pasa con él, hombre? ¿le hablaste?

Seokjin está hablando de Fresita.

Fresita quien está fuera de los límites.

Pronto dejaré la escuela, y él será... bueno, quién sabe.

Desafortunadamente, alguien como él no encaja bien con mi mundo. Esa es parte de la razón por la que trato de odiarlo. Si lo odio, entonces no lo deseo. Es lógico, ¿verdad?

—Es un luchador. —Seokjin me sonríe y me da un codazo.

—¿Ya estás enamorado?

Pongo los ojos en blanco ante sus palabras.

—No, idiota. —reclinándome en mi silla, mis ojos caen al frente de la habitación, pero no es el docente el que llama mi atención, sino en Jimin. Quien en este momento ¿me está mirando?

—No, mira hacia otro lado —dice en voz baja. Jimin no lo oye, pero yo sí.

Se sabe que Jimin es el rompecorazones. Ha roto su parte justa, eso me han dicho. Actualmente, Wooshik es el siguiente en la línea de tener su corazón destrozado en un millón de pequeños pedazos. Jimin siempre parece genial, pero nunca le había hablado mucho antes de hoy.

Sin embargo, puedo ver el atractivo. El porqué de que todos las personas se apasionen por él. Porqué se enamoran de él. Tiene ese tipo de carisma. Es travieso.
Sus camisa holgadas siempre metidas en pantalones ajustados, sus chaquetas de cuero y por supuesto ese brillo rosado en sus labios que nunca falta.

Él sabe cómo hacerse notar y te mantiene notándolo.

—Caerás en la trampa. Nunca serás capaz de escapar. —dice Seokjin, más fuerte esta vez.

Jimin se da vuelta, su pluma toca su escritorio.

Inclinándome para estar más cerca de Seokjin, le susurro: —¿Te lo comiste?

Se ríe. Es ruidoso. Tan fuerte que todos los estudiantes se giran para echar un vistazo.

—¡No! Joder, no. Probablemente tiene un culotrampa incorporado.

También debo mencionar aquí que Seokjin no tiene filtro.

Ninguno.

Ninguno en absoluto.

—¿Culotrampa? —pregunto confundido.

Sus manos forman un puño con un agujero en el medio, él coloca su dedo en él y luego cierra sus manos apretando su dedo. Su pelo oscuro cae en su cara.

—Culotrampa. Ese maldito te chupa para nunca escapar. Me gusta mi polla en múltiples culos, muchas gracias. —No tengo comentarios hacia él.

Tengo que decir que se necesita mucha energía para no reírme a carcajadas de su analogía. En cambio, miro hacia atrás y veo a Jimin de pie, girando, luego se abre camino hacia mí. Sus dedos tocan mi escritorio, y los golpea, mirándome directamente. La gente está de pie y saliendo mientras suena la campana, pero él sigue de pie mirándome y parpadeando de la manera seductora tan suya.

DISTORTED LOVE [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora