5.

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Hoseok

—Dime...dímelo con sinceridad, ¿ya lo has hecho? ¿O sigues siendo virgen?

Mi rostro se ruboriza y corro a cerrar la puerta de mi habitación. Al minuto de cerrarla, mi cuerpo se apoya contra ella dado que no tenemos cerrojo. No somos ricos. De por sí difícilmente nos las arreglamos. Por lo que tengo que proteger esta conversación que estamos teniendo. Jimin habla mucho, y a menudo demasiado alto para mi gusto. Pero aun así lo amo.

Me alza una ceja esperando a que responda sus palabras

—¿Y bien? —Sus ojos son amplios y da golpecitos con su pie mientras se detiene para que le responda.

Mis manos empiezan a frotarme los brazos y asiento.

A Jimin le gusta exagerar todo. Justo ahora lanza el brazo hacia arriba de forma dramática y después los deja caer sobre mi cama mientras cae hacia atrás con un gran suspiro.

—Tiene que pasar pronto, Hobi. No puedes ser el único virgen que quede en la escuela.

Le alzo una escéptica ceja.

Él se apoya sobre sus codos y me mira. —Sabes que eres el único que queda, ¿verdad? Hay como dos que siguen siendo vírgenes. Y créeme cuando te digo... bueno, tendrán suerte de tener sexo alguna vez. Tú...—su mano gesticula sobre mí de arriba a abajo—, eres hermoso. Todos te miran, Hobi. Hazlo.

Siento como si me estuvieras presionando para que haga algo que ni siquiera estoy seguro de querer.

Me deslizo por la puerta y mis piernas se extienden. Él chasquea la lengua ante mis palabras y se incorpora.

Quizás que si fuera con Yoongi podría quererlo.

—Es solo que no sabes cuánto lo quieres porque todavía no lo has tenido.

Sacudo la cabeza ante sus palabras. Jimin es un año mayor que yo. Eso lo pone un año por encima de mí en grado escolar, y para sus criterios yo ya debería estar teniendo sexo. Lo único que he aprendido sobre el sexo es por parte de él. Mi madre no habla de eso conmigo. E incluso si quisiera, no tiene el tiempo para hacerlo.

Trabaja. Mucho. Criarme por su cuenta ha sido duro. La única ayuda que ha tenido es de parte de la familia de Jimin, quienes se ofrecieron a llevarme y a recogerme de la escuela cuando era más pequeño. Ahora, simplemente camino o agarro el autobús.

Jimin se tumba en mi cama. Las sábanas de la cama son un regalo de su parte. Mucha de mi ropa ha sido regalada por él o por su familia

—Quiero realmente sentir algo por la persona con la que me acueste, Jimin. —me pongo de pie sacudiéndome el trasero y después camino hacia mi cama para tumbarme junto a él.

—Lo harás cuando te parta por la mitad. —se ríe fuertemente y yo me encojo ante sus palabras.

—¿Quieres que alguna vez tenga sexo? Porque esas palabras nunca deberían haber abandonado tu boca si estás intentado convencerme de ello. —me giro para mirarlo, rueda los ojos y después hace un sonido de estallido con la boca.

—La cereza de Hobi debe hacer pop..

Echo mano a la almohada más cercana y lo golpeo de lleno en la cara haciéndolo reír

—Eres imposible. —me quejo.

Se pone de pie y avanza hacia mis cajones. —Es mi último año en la escuela, Hobi. Tengo que asegurarme de que antes de irme, experimentes todo lo que esta pueda ofrecer. —se estira para agarra una bolsa de la que no me había fijado. Saca un chaqueta de cuero. El mismo tipo que él usa. El cual lleva puesto ahora mismo, pero esta está en una caja sin abrir.

DISTORTED LOVE [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora