Capítulo 12: La historia del ruiseñor de las nieves.

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Dicen que cada mucho tiempo nace un ser especial en alguna parte del mundo. Bien por su bondad, por su inteligencia o por su valentía, bien por su belleza, por su determinación o por su capacidad de transformar lo que le rodea, el caso es que excepcionalmente en alguna parte del mundo, en algún momento en la infinidad del tiempo aparece un ser así. El príncipe Ryu era extrordinario por múltiples facetas y eso le hacía realmente especial, sin embargo, permanecía ajeno a todo lo que significaba ser como era y simplemente se dedicaba a admirar la naturaleza que le rodeaba. Su carácter era amable y tranquilo, su voz consolaba con solo oírla y su aspecto le hacía parecer un ángel, un hada del bosque o cualquier otra cosa que imaginamos cuando pensamos en la luz del mundo. Su sonrisa era tan hermosa que apaciguaba cualquier conflicto e iluminaba la oscuridad más profunda.

Tenía tanto amor que dar que con solo mirarlo, el corazón se encogía incapaz de sentir nada más que amor por él, pero él solo amaba a una persona. El príncipe Ryu tardó en saber quién era su alfa y cuando lo supo, el mundo se oscureció por completo para todos menos para él que nunca veía la maldad en nada que lo rodeara o que quizá estaba acostumbrado a que nadie que lo conociera, fuera capaz de albergar un pensamiento oscuro y siniestro contra él. Como quiera que fuera, el destino sentenció la vida de Ryu el día que se encontró con su alfa destinado.

Años atrás, se había recrudecido la apatía por los omegas azules desde los demás clanes instigados por el más poderoso de todos, el clan Wang. Esa apatía poco a poco se fue convirtiendo en malestar y finalmente en odio. Los Wang quería una vez más dominar los artilugios de los omegas azules pero por sobre todas las cosas querían doblegarlos por sus costumbres extrañas. Para los Wang era impensable que el trono o la cabeza visible de un clan fuera un omega, que los alfas dejaran en manos de ellos el control del clan o el reino en su caso. Tampoco entendían que un omega hombre fuera algo más que escoria esclava y ver cómo los omegas azules fueran hombres o mujeres eran iguales a los alfas era algo que no podían aceptar de ninguna manera.

 El hecho de que fueran omegas los que estaban al frente de aquel pueblo no obedecía a una idea de superioridad sobre sus alfas, simplemente las características más valiosas para sobrevivir aparecían en los omegas. Su capacidad de vaticinio o la creación de artilugios extraños nacía de las mentes omegas antes que de la de los alfas que estaban más destinados a la defensa del reino o a trabajos donde la fuerza era más necesaria que la razón. Simplemente se trataba de un uso inteligente de las capacidades de cada ser pero en todo momento, se tenían en cuenta las opiniones tanto de alfas como de omegas. Realmente no podía ser de otra forma, un pueblo perseguido, abocado a vivir en lugares de condiciones extremas no se podía permitir el lujo de prescindir de una parte de la sociedad simplemente por prejuicios estúpidos.

Otra cosa que jugaba en su contra era su aspecto, bastante diferente del resto de clanes. La mayoría tenía el pelo de color gris o blanco  y casi todos tenían los ojos claros. Los alfas no eran tan voluminosos y altos  como el resto de alfas del continente, pero eran igualmente fuertes. Los omegas con los rasgos más característicos de lo que era un omega azul, tenían el pelo gris y los ojos azul oscuro, aunque también había muchos de ojos grises. Se cree que era debido a su origen incierto que fueran tan diferentes de todos los demás habitantes del continente, puesto que todas las teorías sobre su origen los situaban en una tierra lejana muy al norte donde siempre reinaba el invierno.

En el tiempo en el que el príncipe Ryu vivía, los Wang rodeaban la Montaña Nevada con la excusa de defender aquellas fronteras continentales del ataque de piratas del oeste, aunque lo que en realidad querían era, una vez más, sitiar Tinusbel y dominar definitivamente el territorio. Pero era algo muy difícil por la climatología puesto que a pesar de que los Alfas Wang tenían su territorio muy al norte, ni de lejos soportaban las inclemencias de un invierno eterno.

Veneno Alfa: La Montaña NevadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora