Dos años atrás.
Liu Ying la madre de los Wang sabía que si quería ver a Wang Xuan, debía buscarlo por su cuenta. Si todos sus hijos cuando volvían de las campañas militares presentaban sus respetos a su padre en primer lugar, en el caso del Cazador no era así. Con él siempre hacían salvedades como aquella y la primera persona que visitaba Wang Xuan en cuanto llegaba de vuelta a Nenggou, era a su abuelo, a su isoisä. Así que se dirigió a los pasillos que llevaban hasta la habitación del viejo alfa para interceptar primero a su hijo.
—Nunsi.
—Aitï, ¿qué haces aquí?
—Quería verte y sé que no soy la primera a la que buscas cuando vuelves.
—Aitï...—contestó con cierto reproche y condescendencia, dejando un beso en la frente de su pequeña madre.
—No te enfades, no vengo a protestar por eso, quería advertirte sobre el abuelo.
—¿Sobre mi isoisä? ¿Qué le ocurre, se encuentra mal?
—Últimamente está más decaído, lleva varias semanas en la cama y creo que ha perdido un poco la cabeza. Habla solo y dice cosas extrañas.
—¡¿Y cuándo me lo ibais a decir?!—respondió a voces.
El joven alfa soltó el aire pesado, no debía hablarle así a su madre, antes de proseguir se tranquilizó, no estaba con cualquiera, le debía respeto filial.
—Por qué no se me ha informado.
—Estabas en plena campaña, no queríamos distraerte.
—Claro, no sea que no elimine el peligro y no podáis dormir tranquilos.
—Nunsi, eso no es así, para mí no eres un guerrero, eres mi pequeño nunsi y siempre lo serás.
—¿Estás segura? Yo no lo creo. Me iré ahora, quiero ver a mi isoisä.
—Yo solo quería avisarte, nunsi, por favor...
Liu Ying no obtuvo más respuesta y vio cómo su hijo más esquivo se alejaba una vez más. Había tenido la esperanza de que al casarlo con una Liu como ella, los lazos se estrecharían entre madre e hijo, pero cada vez dudaba más que algo así sucediera. Wang Xuan nunca buscaba su protección como hacía su gemelo y sus demás hijos, era independiente desde demasiado joven y eso le dolía en el corazón, haber perdido la necesidad por sus cuidados de su hijo Wang Xuan.
El joven alfa adelantaba el paso para ver a su abuelo cuanto antes. No sabía en qué estado estaba y eso le estaba enfureciendo por momentos. ¿Y si el anciano hubiera muerto mientras él estaba lejos? No se lo perdonaría, no se perdonaría no haberse despedido del que era su referente en la vida y al que veneraba como a un padre.
Abrió despacio la puerta para no perturbar la tranquilidad de la estancia y observó a su abuelo mirando por la ventana con la mirara perdida.
—¿Isoisä?—preguntó en voz baja.
El anciano tardó en responder pero en cuanto le llegó el aroma de su nieto reaccionó de inmediato girando su cabeza con una sonrisa.
—Nunsi, estás aquí. Mi nunsi, el orgullo de ShangWang, el tigre de Nenggou, mi cazador más fiero, ven, ven rápido y siéntate junto a mí.—Apuntó dando pequeños golpes sobre las sábanas para tenerle cerca.
Wang Xuan lo hizo con cautela, quería observar todo de su abuelo, analizar su aroma por si detectaba algo que le indicara qué le pasaba y mientras hacía todo eso, el anciano le acarició la cabeza con suavidad.
—Nunsi, estoy bien, la arpía ya te habrá dicho, no le hagas caso. Ya sabes como son los Liu, nunca te fíes de ellos, solo hazte de sus armas y barcos y mantenlos a raya.
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Veneno Alfa: La Montaña Nevada
General FictionXue Yang y Xiao XinChen junto a Yu Hao y Li Xian se han convertido en enemigos de la Shuruuat, aún quedan cabos sueltos que comienzan a tejer de nuevo una maraña que pretende arrastrarlos al abismo. Es necesario conocer el pasado, mirar a través de...