Capítulo 17: Cuídate mucho, vuelve a casa.

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Nunsaib miró las altas murallas de Nenggou y suspiró, llevaban tanto viviendo en completa naturaleza que ahora le costaba mantenerse dentro de cuatro paredes. Quizá también porque una vez entrara, Wang Xuan se marcharía al sur para encontrarse con su prometida en Jiangzi, quería alegrarse por él, sabía que no conseguiría amarla, pero al menos estaría feliz luchando codo con codo con sus nuevos hermanos Liu. A partir de ese momento ya no sabría mucho más de él y se dio cuenta de que le angustiaba no tenerle todo el tiempo diciendo algo hiriente, comentando que era un conejito asustado. Aunque finalmente pudiera comprometerse con Wang Xi y permanecer en aquella tierra cruel que era ShangWang, ya no podría contar con la presencia del Cazador que hasta ahora le había mantenido seguro, a salvo.

Wang Xuan permanecía serio mirando su hogar, era como si evitara la mirada del príncipe Nunsaib. Su llegada causó un gran revuelo en la guardia que se alienó rápidamente para recibirle mientras bajaba del caballo y ayudaba a Nunsaib con la mirada extrañada de los soldados a bajar del suyo. Caminaron en silencio por el pasillo de acceso seguidos de dos guardias que los acompañaban hasta el salón donde recibía el conde a quien llegaba a Nenggou. Un pasillo largo cargado de estandartes que ya vio tiempo atrás Nunsaib cuando llegó por primera vez a la casa grande de los Wang junto a Darik.

—Dejadnos solos—dijo de pronto el Cazador frenando en seco su avance y sorprendiendo a todos.

Los guardias se miraron indecisos en un inicio pero no tardaron en seguir la orden, si de algo estaban seguros era de que no iban a llevar la contraria al Cazador. Inclinaron la cabeza y siguieron su camino hasta torcer la primera esquina que había en el pasillo. Nunsaib se había girado y le miraba un tanto extrañado. Wang Xuan se acercó unos pasos y sonrió sin mucho entusiasmo.

—Oye conejito, debes portarte bien de ahora en adelante, ¿de acuerdo? No vuelvas a escaparte, eres un incordio, no quiero tener que volver a buscarte y tener que pasar contigo tanto tiempo de nuevo. Eres molesto.

Nunsaib sonrió levemente y asintió con la cabeza.

—Te quejas demasiado, haces lo que te da la gana y siempre estás en peligro.

—De acuerdo.

—No te aguanto un día más.

Nunsaib dejó escapar una risita nerviosa. —No te preocupes, ya no tienes que cuidar de mí, estaré bien. No tendrás que soportarme por más tiempo ni tendrás que perseguirme por las montañas o los lagos como hasta ahora. Me portaré bien.

—Eso es, pórtate bien.

El príncipe volvió a asentir y tuvo una imperiosa necesidad de darle la espalda y empezar a caminar para alejarse de él. Se le estaba encogiendo el corazón con aquella despedida y quería dejar atrás aquel sentimiento que no quería tener. Al fin podría estar con Wang Xi, al fin podría estar con su alfa después de tanto tiempo esperándolo. Pero no pudo dar un paso más. Wang Xuan le había agarrado del brazo y había tirado hacia atrás de él abrazándolo por completo, atrapando todo su cuerpo entre sus brazos haciéndolo casi desaparecer.

—Cuídate mucho Nunsaib, príncipe de Tinusbel, séptimo hijo, hijo de la luna del lobo y de la estrella Sila. Pero sobre todo, vuelve a casa cuanto antes, vuelve a tu montaña.

Nunsaib se sorprendió de que lo nombrara así, no quería abrazarlo también, no podía hacerlo aunque lo necesitara. Después de todo el tiempo que habían pasado juntos separarse ahora se le hacía extraño. Suspiró sobre el pecho del alfa que al poco lo separó con rapidez para seguir su camino sin mirar atrás. Nunsaib miraba su espalda cubierta por la piel oscura de oso que le distinguía de todos los demás, el bien más preciado que un Wang tenía. Sin duda echaría de menos ver aquella piel de oso cerca y a su dueño.

Veneno Alfa: La Montaña NevadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora