Capitulo 3

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Pueden haber días oscuros y apagados pero hay días en los que brillamos más que el mismo oro y que iradiamos tanta calidez que nadie quiere dejar de mirarnos.

Viernes 12 de febrero de 1996.
Futuro.

-Hey! Déjenlo malditas escorias, solo es un bebé!-  decía una chica peli-plata a punto de sacar su abanico.

-Y tu quien te crees para decir eso- dijo el que parecía ser el líder de su grupo.

-La Diosa del viento- dijo ella con un tono de superioridad.

-Señorita Momonori! Lo sentimos- dijeron todos muy arrepentidos, a excepción del líder.

-Y que le tengo que tener yo a una mujer, ustedes solo están hechas para servirnos- dijo el, cosa que a ti te molesto.

-Por escorias como tú, joden toda una generación de niños- dijiste mientras tomabas la parte de abajo del abanico, para tomar impulso y moverlo a manera de darle un golpe y generar una pequeña ráfaga de viento.

- Te hicieron daño?- le preguntaste al niño peli-negro.

-No señorita- dijo el niño

-Cual es tu nombre?- dijiste mientras acariciabas su cabello de manera reconfortante.

-Hanemiya Kazutora- dijo el niño

-Yo soy T/n, dime Hanemiya, dónde vives te iré a dejar, así nadie más te molesta- dijo T/n con una pequeña sonrisa, pero Kazutora empezó a temblar.

-No! Señorita porfavor no me lleve ahí, todo menos eso! Le prometo portarme bien y no darle problemas pero no me lleve ahí- decía el niño mientras salían pequeñas lágrimas de sus ojos.

-Tranquilo, entonces me tocará llevarte a la reunión- dijo ella pensando en alternativas para dejarlo a otro lugar no tan peligroso.  -Pero eso sí, no te separes de mí, vamos dame la mano.

Kazutora muy contento toma la mano de T/n. Esa fue la primera vez de muchas en las que Kazutora buscaba a T/n para refugiarse de los malos tratos de su familia, ella nunca lo dejaría solo, talvez ella no comprendía por completo su situación pero de algo estába más que segura, ella no lo dejaría solo como siempre lo hicieron con ella.

Actualidad
Lunes 17 de enero de 1994.

Se encontraba una chica de cabellos plateados entrenando junto a su hermano, por primera vez en mucho tiempo volverían a utilizar el tan afamado abanico de los Momonori.

Ella todavía no lo lograba controlar, le era muy difícil.

-Vamos! Yo sé que puedes- le alentaba su hermano mayor a T/n.

-Lo intento y lo único que consigo es golpearme yo misma- grito ya enojada la chica.

-No me hables en ese tontito y sigue intentando- dijo el mayor de los dos

-No jodas que estoy dando mi mayor esfuerzo.- dijo la chica intentando manejar de mejor manera el abanico.

-Dejame, te ayudaré- excalmo su hermano tomándola por la cintura.

-Vale, ya dejó de ser terca y me ayudas , porfavor-  dijo la más baja abrazando a su hermano.

Ryuzaqui tomo el abanico en sus manos y comenzó a enseñarle las posturas correspondiente para utilizar de mejor manera el muy afamado abanico.

La diosa De Las Pandillas. (Shinichiro x tu x Wakasa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora