Aquella chica que es muy afamada por ser "La Diosa del viento" la primera mujer en una pandilla.
Aquella que es reconocida por su increíble sincronización con su hermano, Ryuzaki.
¿Podrán el leopardo blanco y Shinichiro, sanar esa herida que algun...
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T/n estaba asustada, su comandante se iba a ir de su tan amada pandilla. ¿Porque? Esa era su mayor pregunta.
La peli-plata se subió atrás de Imaushi para así emprender camino a dónde "estaba" Shinichiro, preparando su renuncia a la pandilla.
-Que lo hizo pensar asi- murmuraste cerca del oído del peli-blanco
-Una chica- respondio simple.
-Eh!?- grito la oji-dorada -me estás jodiendo verdad
-No, y hay que apurarnos.- respondió Imaushi.
-Ese maldito idiota, no sabe pensar en nada que no sean chicas- hablo algo celosa. el joven de hebras blanquecinas soltó una carcajada y aceleró, haciendo que los cabellos plateados de la joven volarán sin control.
Al llegar al lugar T/n sé apresuró a bajar de la motocicleta y dirigirse a dónde le decía Imaushi.
Estaba en ¿La playa? ¿Que carajos hacían ahí? ¿O era acaso que habían cambiado de ubicación para las reuniones.?
De un momento a otro sintió a Imaushi vendarle los ojos.
-Que es esto- preguntaste un poco asustada pero lista para atacar.
-Vamos- ignoro tu pregunta, tomo tu mano y te empezó a guiar.
-Que tramas Imaushi-
No respondió y seguían caminando.
Luego de unos minutos caminando y dónde casi besas la arena. Empezaste a escuchar murmullos y acordes de guitarra.
-Ya- hablo Imaushi, estabas apunto de quitarte la venda pero unas manos grandes se colocaron en tus ojos.
-Tadavia no Himawari- hablo el más grande de todos.
-Pero…- no terminaste ya que Bankei te silencio -Shh-
Esperaste pacientemente, paciencia no tenías así que te pusiste muy nerviosa.
De un momento a otro sentiste un abrazo por detrás.
-Tranquila todo está bien- esa voz.
-Nii-san, porque me tiene son los ojos vendados- nuevamente no obtuviste respuesta.
Ya estabas perdiendo la paciencia así que solo esperaste.
-Ya- era la voz de Shinichiro.
-Shin, que está pasando?- preguntaste
-nada malo- dijo simplemente.
Acordes de guitarra empezaron a sonar, no sabías que estaba pasando ya que aún tenías la venda en tus ojos.
