Capítulo 40

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Kosem

- ¿Por qué no despierta? - grité cuando mehmet no volvió a abrir los ojos - mehmet - volví a llamarlo, pero no abría los ojos - por favor mehmet - le pedí llorando.

- Tranquila los doctores ya estan aquí - dijo Selim mientras trataba de calmarme.

- Por favor sultanas salgan afuera - pidió uno de los médicos.

- No me iré - aseguré.

- Kosem si nos quedamos aquí no ayudaremos en nada dejemos hacer su trabajo a los doctores - la sultana Hurrem se acercó a mí, sus ojos estaban rojos y aún caían lágrimas por sus mejillas.

- Per..

- Vamos, dejémoslo - dijo de nuevo, me fui junto a ella, tenía razón, pero no quería estar lejos de mehmet.

Estuba afuera con las Sultanas, estaba nerviosa, no podía estar quieta.

- Kosem por favor tranquila - Mihrimah se acercó a mí y puso su mano en mi espalda, ella también estaba con los ojos llorosos.

- Es que yo.... - no pude continuar por qué un sollozo salió de mis labios - tengo miedo de que no se recupere - dijo llorando, mehmet era lo que más amaba, no se que haría si él no está conmigo y nuestros hijos.

- Estará bien, mehmet es fuerte, no te dejara sola y tampoco a mis sobrinos - me abrazo.

La sultana Hurrem se acercó a nosotras y también nos abrazo.

- Mehmet estará bien, tranquilas él siempre a sido fuerte, está vez no será la excepción - dijo suevamente, pero ella también lloraba.

- Madre - Selim salió de los apocentos.

- ¿Como está? - pregunté desesperada mientras la sultana Hurrem nos soltaba.

- Aún no lo sé, lo estan terminando de curar.

- ¿Por qué demoran tanto? - grité molesta.

- Selim - bayaceto llego con nosotros, pero se dirigió directamente a Selim.

- ¿Lo encontraste? - preguntó directamente y me interese por lo que dijo igual que la sultana Hurrem y Mihrimah.

- Está fuera custodiado por los guardias - dijo serio.

- ¿Quien? - pregunté bruscamente, sabía cuál era la respuesta, pero quería que me lo asegurarán.

- El que le disparó la flecha a mehmet - me explicó Selim.

- Kosem espera - bayaceto me llamo cuando vio que salí corriendo hacia afuera, pero no me detuve.

Mataria a ese hombre que se atrevió dañar a mehmet.

- Sultana espere - un guardia de interpuso en mi camino.

- Vete - ordené.

- Sultana - Melek se acercó a mí y me agarró del brazo - por favor no haga esto, ese hombre puede lastimarla y todo empeoraría, piense en el príncipe y en las pequeñas sultanas, ellos la necesitan - trato de convencerme.

Ella tenía razón, pero no era suficiente para calmarme.

- Está bien - murmure tranquila.

Ellos se apartaron y yo salí corriendo apenas lo hicieron.

- Sultana - gritaron ambos, pero no me detendría hasta ver a ese hombre.

Cuando llegue al lugar donde lo tenían le tire una fuerte cachetada, pero no pude hacer más por qué unos guardias me separaron de él.

- ¿Como te atreves? ¿Sabes a quien heriste? - le grite al hombre - sueltenme de todas maneras lo van a matar, solo que está vez lo haré yo - le grite a los guardias.

- Sultana por favor tranquila, puede lastimarse - dijo uno.

¿Lastimarme? Él único lastimado aqui sería ese hombre que se atrevió a atentar contra la vida de mehmet.

- Kosem - la sultana Hurrem grito desde atrás y yo me detuve inmediatamente, pero mi respiración seguía agitada por el esfuerzo - no es momento para esto, esperemos a que mehmet despierta y luego se dirá su sentencia - me dijo intentando calmarme.

Respiré profundo y trate de calmarme.

- Es un simple bandido, quiso robarnos - bayaceto llego con nosotras junto a Selim y Mihrimah.

- ¿Estás seguro que nadie lo envío? - pregunté

- No, averigüe y en el pueblo todos lo conocen por robar - dijo seguro.

- Mejor vamos dentro para ver cómo sigue mehmet, de ese hombre nos encargaremos luego - lo miro con desprecio y odio en sus ojos.

Las seguí por qué tenían razón, lo principal era saber que mehmet esté bien.

(...)

- Sultanas - el doctor salió después de mucho tiempo.

- ¿Como está? - preguntamos la sultana Hurrem y yo al unicio.

- El sultán mehmet está bien, solo necesita descansar. - aseguró con una sonrisa.

- Gracias, muchas gracias - le dije con toda la sinceridad del mundo - tendrás una buena recompensa, pídeme lo que quieras - le dije sonriendo.

- Solo hago mi trabajo sultana, no necesito nada - dijo con la cabeza gacha.

- Ve con Melek y dile que yo te mandé, ella te dará una recompensa - le dije y entre a los apocentos sin esperar a nadie - Mi sultán - me acerque a él y puse su mano en mi mejilla - me asustaste mucho - murmure con las lágrimas saliendo de mis ojos.

Alá, no quería vivir esto nunca más, ni si quiera puedo pensar en una vida en la que mehmet no esté conmigo y nuestros hijos, a pesar de todo, amaba a mehmet más de lo pude haber imaginado ¿Como se puede amar tanto a una persona? Daría mi vida por este hombre que está acostado en la cama ahora mismo, no lo dudaría ni un instante, si me hubieran dicho que tenía que dar mi vida a cambio de que mehmet esté bien, hubiera dicho que si inmediatamente.





Un Amor Entre ÉpocasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora