⁰¹ Por un bendito juego ✓

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                                      Iniciando la conversación
    

    —Hola Sofía, gracias por invitarme a tu casa y por éste sabroso café. Vamos a ser directos, esta invitación debe ser para hablar sobre lo que vi aquella noche y tu relación con Héctor. No se que pasó para que una mujer como tú, que para los demás aparenta ser tan fuerte y correcta, haya permitido tener una relación dónde seas abusada de esa forma, me sorprende lo que he visto. Por favor dime, ¿de verdad te obliga a vivir así? ¿Por qué se lo permites? ¿Desde hace cuánto es así? Y tú familia, ¿sabe de esto?

Empezaré diciendo algo que espero no lo tomes a mal Agustín. La relación entre mi esposo y yo no es de tu incumbencia. Ahora, teniendo presente quien eres y el cariño que te tenemos tanto Héctor y yo, voy a ser honesta contigo. Antes de invitarte lo hablé con mi esposo y estuvo de acuerdo en que respondiera todas tus dudas, así que lo haré. Pero para serte honesta, no se muy bien como contarte nuestra historia. Por lo que te hablaré desde mi perspectiva, si después tienes alguna otra duda ya después tú le preguntas a Héctor.

Empezaré... desde el principio para que puedas entenderme un poco mejor. Esto debido a que yo tampoco te diré si lo que ocurre entre nosotros sea correcto o no. Eso ya tú lo decidirás más tarde, aunque como te darás cuenta yo no tengo problema alguno de vivir así.

Comenzaré explicando un poco bajo que circunstancias y sitio lo conocí, no es una historia de amor para Hollywood, pero es mi historia y ¡me encanta!

Hace unos años había un pequeño juego por internet, te estoy hablando del tiempo donde iniciaban Facebook y YouTube. No recuerdo muy bien el nombre del juego donde lo conocí, además dudo que siga existiendo. Pero para no hacerte tan larga la explicación, era un juego con varias salas en las que se conocían a personas random de todo el mundo. Sí, lo conocí en un "proto Tinder" con jueguitos tipo Candy Crush. Yo te dije que no es una historia muy espectacular.

Entré ahí ya que una amiga (de la cual te hablaré más adelante) me hizo una cuenta. En ese momento yo era una chica muy solitaria, con bastante miedo de la gente, además de desconfiada con todos. No contaba con más amistades que ella, ni en la escuela y menos del vecindario. Tampoco contaba con mi familia para nada, así que conocer gente con la protección de una pantalla no me pareció tan mala idea. Aunque al final la terminé usando solo por los juegos, ya que como ahora, la mayoría de los chicos son unos estúpidos y todo lo buscaban hacer sexual.

A decir verdad, yo no era tan inocente en esos aspectos, a mis 14 años no me interesaban para nada esos temas y menos con esas actitudes. Pero bueno, tú debes saber bien como son los hombres en redes sociales, desde siempre han sido igual de imbéciles.

Por esas épocas en casa solo contábamos con un pequeño computador para mí hermana y para mí. En esa lenta máquina es donde ambas hacíamos los trabajos de la escuela, por lo cual tenía poco tiempo para usarla y jugaba muy poco.

Ya tenía algunas semanas dentro del juego, cuando en una de las salas donde se podían poner videos para que todos los que estuvieran ahí lo vieran "juntos", sonó una canción que puse yo. Ya no recuerdo bien cual fue, pero seguro era de Evanescence o Tokio Hotel. Así te das una mejor idea del contexto, del año y de mis emociones. Pero gracias a esa canción, Héctor me escribió por primera vez para pedirme el enlace de YouTube. Lo que si recuerdo muy bien es que ni siquiera me saludó en ese mensaje, no escribió nada más que:

   — Tu pusiste esa canción ¿verdad? Pásame su enlace.

Que fuera tan directo me causó algo de confusión. Me disgustó su nula educación, pero también me agradó que dijera lo que quería sin rodeos. Yo lo único que hice fue pasarle el enlace y nada más, ni siquiera un saludo ni algún comentario. Pensé que como los otros chicos aprovecharía mi respuesta para seguir molestando, pero para mí sorpresa, no lo hizo. La verdad, el que no me haya escrito nada más, hizo que me intrigara su actitud. Pero lo que más me llamó la atención fue que a mí me importara tanto eso.

Al día siguiente, estando en el instituto no dejaba de pensar en lo mismo. Y como ningún compañero o maestro me dirigía la palabra, nada interrumpía ese pensamiento. Ya imaginarás mi desesperación por volver a casa y ver si al menos se había conectado al juego y mandarle un mensaje. Realmente nunca pensé en nada de lo que pasó después, solo quería saber porqué no escribió nada más.

Por fin llegué a casa e inventé una tarea urgente para poder usar el computador antes que mi hermana. Tan rápido como el internet de ese entonces lo permitió, entré al juego, busqué el mensaje y abrí su perfil...

Tanto esperar ese momento para ver que ni siquiera se había vuelto a conectar. Ya en su perfil vi que tenía vinculada su cuenta de Facebook, así que entré y aunque como hasta ahora tiene todo privado, pude ver una foto en la que supuse era él junto con una chica. Yo realmente no lo buscaba para nada especial, de hecho lo único que pensé en ese momento fue en la mala suerte de esa chica si tenía que aguantar a un tipo así.

Cuando terminé de ver lo poco que tenía en su perfil, volví al juego ya totalmente resignada, dispuesta a cerrarlo y olvidar a ese chico. Además que en serio tenía deberes del instituto y no eran en el computador. A pocos clics de cerrar sesión en el juego me llegó una notificación, así que para no dejarla pendiente busqué de que era para borrarla. ¡Y sí! Era de ese chico, pero no era un mensaje, directamente me mandó la solicitud de amistad, la cual hasta el día de hoy no se la razón, pero le acepté de inmediato. A lo que él solo me mandó de nuevo un corto y directo mensaje:

   — Escríbeme por Facebook.

¡Ése maldito! Quizá a él le cobran por palabras, pensé. Y además de que era un mensaje corto y directo, fue dándome una orden. ¿Lo puedes creer, una orden a mí? Aunque en ese tiempo era muy tímida jamás he sido de seguir órdenes, algo que tú mismo conoces de mi, (claro, omitiendo las de Héctor). De nuevo odié eso de él, pero por otra parte eso mismo me atraía muchísimo, así que no me pude contener y le mandé un mensaje. Eso sí, mi orgullo no me dejó responderle de inmediato, así que dejé el computador y traté de hacer mis deberes aunque no dejé de pensar en él.

Hasta que terminé todo lo que tenía pendiente, le pedí prestado el computador un minuto a mi hermana y le escribí algo parecido a: "Hola, tardé porque hacía mis deberes y ya es noche para usar el computador, después charlamos". Lo sé, fue un estúpido mensaje, pero créeme que la curiosidad sobre conocer a ese chico tan directo y algo grosero fue tanta que no me pude contener. Él no estaba conectado, o no aparecía así. Pero antes de que mi hermana cerrará mi sesión me llegó su respuesta, y de ahí no volvimos a perder contacto.

Esa es la humilde historia de como conocí a mi esposo. Se que eso no explica para nada las marcas en mi piel o lo que has visto, ni todas las preguntas que me has hecho y harás sobre nuestra relación. Pero te quería contar esto para que te dieras cuenta que fue cosa del destino o simple casualidad lo que hemos vivido juntos. Y mi manera de vivir no es más que eso, algo que ni el ni yo planeamos pero desde entonces nos encanta estar juntos.

SUMISA, Su Historia [Sofía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora