⁰² Mi linda familia ✓

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¿Suena familiar?

- Sofía, la forma en como conociste a Héctor no explica nada acerca de lo que vi ni de tu relación con tu él. De hecho, solo me deja ver tu mala suerte al encontrar así a tu abusador. Pero es entendible, desde siempre las redes sociales ayudan encubrir las verdaderas intenciones. Pero dime, ¿desde hace tanto tiempo ha sido así contigo?


Me haces sentir vieja con tu pregunta, no fue hace "tanto". Tampoco podría decirte si desde el principio nuestra relación fue así, ya que había un gran problema cuando nos conocimos, la distancia. ¿Recuerdas que el juego era mundial? Pues bueno, esa es la verdadera razón por la que ahora estoy viviendo en éste país. No fue fácil llegar hasta aquí, y no solo por el cambio de país sino a mi evolución personal. No quiero que tú llegues a apreciar lo que Héctor hizo por mí, pero si quiero que lo tomes en cuenta al formar tu criterio.

Desde que me envió aquel corto mensaje en el juego, no hemos dejado pasar un día sin estar en comunicación. A partir de entonces charlamos y nos llegamos a conocer cada vez más. Yo no dejaba de estar encantada y algo molesta por su forma tan cortante o directa, aunque siempre fue bastante amable y respetuoso conmigo.

Incluso en varias ocasiones me pregunté si no estaba hablando realmente con un tipo de 40 años tirado en su sofá como otros "hombres" que conocí dentro de ese juego y solo buscaban conseguir alguna foto mía con o sin ropa. Si te soy honesta, ese miedo no lo perdí hasta que las llamadas por voz y video fueron constantes. Incluso en una ocasión llegué a fastidiarlo tanto, que me tuvo que mostrar su identificación, porque sí, Héctor en ese momento ya tenía 18 años.

Como te comenté, yo jamás fui de muchos amigos en la escuela ni en el vecindario, y en ese momento no tenía a nadie más que a Scarlett, mi amiga. Así que él se convirtió rápidamente en un gran amigo y confidente. Me ayudaba con problemas de la casa, la escuela e incluso llegó a pagar ciertas cosas del instituto para que yo no me privara de ellas. Te preguntarás qué opinaba mi familia de que su hija menor de edad estuviera hablando y aceptando dinero de un hombre mayor. Pero antes de contestarte eso, te daré una breve descripción de ellos:

Mi hermana Daniela, un año menor que yo y aunque nunca tuvimos mucho dinero, ella siempre recibió lo mejor. Era la consentida de mi padre y creo que eso desde pequeñas nos hizo ser poco unidas. Aunque para ser honesta, nuestros desacuerdos jamás pasaron de una tonta pelea entre hermanas, hasta cierto punto siempre nos supimos sobrellevar y a la fecha es la única con la que en ocasiones tengo contacto.

Mi padre... desde niña siempre he tenido la imagen mental de él, como un tipo con playera interior blanca tirado en el sofá y viendo la televisión después de llegar de su trabajo. Jamás me preguntó sobre mis deberes, sobre mis problemas y aún menos le importaban mis sentimientos o emociones. Mi padre simplemente "cumplía" con su papel de llevar algo de dinero a la casa y ser de lo más apático con mi madre y conmigo. Caso contrario con mi hermana, que aún dentro de su irresponsabilidad afectiva, se preocupaba un poco más por ella. He llegado a pensar que yo no soy realmente su hija y por eso me trataba así. Aunque nunca pregunté la veracidad de mi teoría, eso explicaría muchas cosas.

Y mi madre, ¡esa pobre mujer! ¿Qué tanto podría decirte sobre ella? ¡No recuerdo verla sonreír ni una sola vez! Y ella se aseguró de hacerme saber la razón de su miseria. En cada ocasión que tenía un problema (regularmente con mi padre), me hacía saber que yo le arruiné la vida, por mi existencia ella no pudo cumplir sus metas y ahora tenía que soportar esa vida tan miserable. Creo que no necesito decirte que tan poco me apoyaba o se interesaba en mi.

Como te podrás dar cuenta Agustín, mi familia no es precisamente el mejor ambiente para desarrollarse. Pero también se muy bien que ese ambiente no sirve como excusa para mi relación con Héctor. Solo te hablé de ellos para que puedas entender que jamás les preocupó mi amistad con un hombre mayor que vivía en otro país. Además que, cuando él me empezó a ayudar económicamente con cosas como las del instituto, ellos fueron los más felices por tener que preocuparse aún menos por mi.

Héctor jamás ha sido muy expresivo y créeme que sus buenas razones tiene. Pero aún con esa personalidad tan difícil, yo notaba como se preocupaba cada día más por mi, por una chica al otro lado del continente. Una chica que a nadie más le importaba y que únicamente hacia las cosas porqué no tenía más que hacer, ni una opción para elegir.

Duramos bastante tiempo como amigos, ¡realmente MUCHO tiempo! Y durante todo ese tiempo jamás me propuso ni cerca algo más que eso. Cosa que a mí me ponía muy mal ya que era obvio que estaba perdidamente enamorada de él. Es más, más Héctor no intentara nada más conmigo, siendo para mí gusto "demasiado" respetuoso, me hacía sentir como que no era lo suficiente para él. Y si te soy honesta, en ese momento no lo era, no era más que una chica con muchas heridas de todo tipo, siendo apoyada por una persona que por sus propias circunstancias fue obligado a ser un hombre desde muy joven.

Todo continúo igual hasta poco antes de cumplir quince años. Claro que mis padres no me iban a preparar nada y tampoco es que yo esperaba que lo hicieran. Pero fue entonces que Héctor hizo algo maravilloso, algo que hasta la fecha no se bien como logró, pero desde esa ocasión yo estuve totalmente segura de que mi vida era a su lado. Incluso aunque yo nunca no fuese lo suficiente para ser más que una amiga, sabía que mi vida tendría que ser con él.

SUMISA, Su Historia [Sofía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora