¹¹ Antes de mis dieciocho ✓

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¿Se considera presión? ¿El corazón manda?

— Bien, debo aceptar que Héctor actuó de forma muy madura. Yo tampoco me hubiera atrevido a dejar a una chica sola en medio de la carretera, y se me hizo un buen detalle que no acabara tan mal la historia entre tú y tu amiga. Realmente que no merecía un mal desenlace. Pero ahora sí me podrías explicar ¿cómo lo que pasó en esas vacaciones con tu amiga llevaron Héctor a estar contigo? ¡No lo entiendo! Ahora que se más de tu pasado, te entiendo aún menos.
¿Cómo alguien que pasó por todo eso, ha permitido una relación cómo la que tienes? Yo hubiera imaginado que buscarías algo totalmente opuesto a que te siguieran controlando.


Sí, él siempre ha actuado así, buscando lo mejor para mí aunque incluso yo no lo entienda en ese momento. Por eso desde muy pequeña, creo que desde lo que pasó en esa noche de hotel a mis 15 años, decidí que no lo cuestionaría. Me prometí que por más y yo no entendiera sus decisiones en el momento iba a obedecería totalmente. He vivido haciendo eso y desde entonces hasta el día de hoy me ha hecho una mujer feliz. También veo que con lo que te he dicho han cambiado tus prejuicios hacia Héctor, al menos en parte.

Ya es momento que te diga como empezó la relación que tenemos ahora. Pero te repito, es una relación que yo no solo acepté, sino que pedí tenerla y lo sigo haciendo hasta el día de hoy.

Después de dejar a Scarlett en el aeropuerto volvimos directo a casa. Cuando llegamos, él se iba a bajar para abrir la cochera pero le pedí me diera un momento. Quería cerrar el tema antes de estar nuevamente en casa. No puedo explicarte lo mal que me sentía por no haber confiado en Héctor y su promesa. Y se lo quería hacer saber.

     — Héctor, antes de volver a casa y para ya no tocar éste tema de nuevo, quiero ofrecerte una disculpa. -Volteé a verlo a su rostro y continúe-.  Una disculpa por pensar cosas sobre ti que no eran ciertas. Una disculpa por no tener la confianza de preguntarte directamente y en lugar de eso tomar una actitud inmadura. De ahora en más, te prometo que cualquier duda que tenga, no importa que tan tonta sea. Seré directa y te preguntaré antes de yo concluir cualquier otra cosa.

Mientras yo decía esto, podía observar su mirada tan cálida y tierna. En ese momento yo me volvía a sentir en mi hogar, en mi sitio, y no me refiero a la casa, sino a estar bien a su lado.

Después de eso entramos a la casa, y me pidió que lo esperara en la sala, él subió a su habitación corriendo y no tardó en bajar de nuevo conmigo. Me dio una cajita muy linda, me pidió que la abriera. En ella se encontraba una cadenita de oro blanco y unos aretes con unas pequeñas esmeraldas brillantes, bastante lindos. Seguro los has visto, hasta hace poco los usaba casi a diario, sobretodo la cadena pero preferí guardarlos para que no les pase nada.

Los vi y me emocioné muchísimo, lo abrace y a los pocos segundos me separó de él y me dijo.

     — Éste era tu regalo de cumpleaños, pero creo que lo mejor era dártelo ahora. Aunque no es lo único. Quizá aún recuerdes la promesa que te hice la primer noche que llegaste a esta casa. Te prometí que al pasar el tiempo, conocieras más personas, hicieras amigos e incluso tuvieras algún novio de tu edad. Y si después de todo eso tú quisieras tener una relación conmigo, yo lo aceptaría sin hacer una sola objeción. Dime Sofía, ¿lo recuerdas?

¿Me ves así por lo del “novio de mi edad”? Pues sí Agustín, durante un tiempo llegué a tener otro novio en escuela. Quizá te hablé de él más tarde. Yo en ese momento estaba congelada, solo pude asentir con la cabeza, y Héctor prosiguió:

SUMISA, Su Historia [Sofía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora