⁰⁶ Su promesa ✓

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Esas promesas...

     —Cada vez que me mencionas a tu familia solo logras que me dé más rabia con ellos. Por lo que veo y siento, aún no me has dicho todo lo que te hicieron sufrir. Que horrible que todavía en algunos sitios dejen casarse a los menores de edad. ¡Eso está muy mal!
Aunque tú dices que para ti fue un alivio, debes estar consciente que lo que realizó Héctor fue aprovechar la situación para poder tocarte, pero sigue siendo un delito. Aún tu hayas estado de acuerdo, se aprovechó de su posición sobre ti. ¿O eso también lo vas a justificar? Entonces no fue desde los 14 que te trata así, se esperó hasta los 15, ¡vaya! Que buen tipo. ¡Esto está mal muy muy mal Sofía!

¡Tranquilízate, baja la voz y siéntate! Si te sigues alterando no voy a contarte más y te pediré que te marches Agustín. ¿Crees que él no sabía que era un delito? Además, el casarnos en mi país solo fue para poder salir de casa y librarme de esa pesadilla. Porque sí, como tú mencionas, aún no te he dicho todo, quizá aún no te he dicho lo peor. Recuerda que Héctor ya me había tenido en su habitación semidesnuda y totalmente resignada, pero jamás hizo algo como lo que sigues imaginando.

Esa primera noche en casa, él me explicó lo que deseaba en una relación. Sí, el me explicó cosas como las que viste y muchas otras que no te has enterado. Y como ya te dije, cuando me lo explicó, yo acepté al instante y sin dudarlo. De hecho yo ya lo había aceptado desde mucho tiempo antes. Pero para él eso no era suficiente, ni siquiera me permitió decirle nada para convencerlo, cuando me dijo:

     —Puedo entender que aceptes lo que te acabo de decir, pero eso jamás fue una propuesta. Yo no te traje aquí para que tú hagas lo que yo deseo, de hecho en el momento que te sientas capaz serás libre de irte. Nuestro matrimonio solo fue para poderte liberarte, tu no tienes ninguna obligación o responsabilidad conmigo.

Intenté hablar, pero de nuevo me fue imposible hacerlo, ya que siguió…

     —Quiero que entiendas lo siguiente. Eres una gran mujer pero eso no quita que solo tienes quince años, y no te lo digo porque tenga miedo a lo que la gente o incluso la justicia me haga por tener una relación contigo. Te lo digo por que aún debes conocer más cosas y más personas, abrir tu mundo, crecer sin las ataduras que tenías con tu familia. Ahora tienes la oportunidad de ir a la escuela, después irás a la universidad, podrás hacer amigas, amigos y si así lo decides, hasta tener una pareja de tu edad. Sofía, debes vivir lo que para tu edad se tiene que vivir.

No se que cara vió que tenía, pero terminó diciéndome:

     —Pero si después de todo eso tú decides tener una relación conmigo, será bajo los términos que te expliqué. Entonces prometo que yo te aceptaré sin ningún remordimiento y tendremos la relación que ahora tanto deseas.

Esa ha sido la única ocasión en la que me ha dicho algo que me haya hecho llorar de dolor, yo en verdad deseaba estar con él. Pero acababa de rechazarme y lo que más me dolía era que tenía razón. Hasta ese momento no me había detenido a pensar en él, no me había puesto a pensar todo lo que puso en juego, todo lo que perdió y todo lo que se arriesgó solo para que yo tuviera una oportunidad en mi vida.

Jamás le he preguntado cuanto gastó desde la fiesta hasta los pasajes, también se que por un tiempo les mandó dinero a mis padres y absorbió otros gastos. Y aunque mucha gente dice que el dinero no es importante, él no tenía ninguna obligación en gastar un solo centavo en mi.

También hay mucha gente como tú, que podría pensar mal sobre Héctor, que solo lo hizo para tenerme a mi, como si de cubrir el costo de una persona se tratara. Pero él ni siquiera me aceptó. Arriesgó su futuro ya que mucha gente lo vio mal, perdió amistades hasta estuvo en riesgo de perder su empleo. Incluso un grupo de gente prejuiciosa le hizo una demanda civil, la cual obviamente no procedió, pero fue señalado por la gente, gente que no tenía ni idea de la historia. Él pudo resistir todo eso sólo para que yo pudiera salir del infierno del que me rescató.

Dime Agustín, ¿eso lo haría una mala persona? Dime, ¿tú serías capaz de hacer eso por una persona desconocida? Es más, dime, ¿tú serías capaz de hacer eso por tu esposa Amelia? Entonces por favor ya deja de juzgarlo, o al menos espera hasta al final para hacerlo.

El tiempo transcurrió de forma normal, o a “nuestra normalidad”. Fue complicado, pero me pudo meter a estudiar a un instituto, uno algo alejado de aquí para que la gente no me estuviera molestando con nuestra situación. Héctor tomó el papel de hermano mayor, tanto para las demás personas como para conmigo. No se volvió a hablar del tema de una relación más allá de la que ya teníamos. Aunque aquí, yo he de aceptar que con el tiempo fui más y más directa o hasta provocativa. Esto por su puesto solo dentro de casa. Para el resto de la gente, con el tiempo llegamos a pasar como una pareja de hermanos común y corriente.

Para cuando cumplí 16, la relación no había cambiado absolutamente nada, de hecho ese año fue cuando tuvo más problemas como los que te comenté por mi culpa. Así que el estrés constante no daba oportunidad a nada, y no es que él la buscara, simplemente fue un año difícil.

Para cuando cumplí los 17 la situación estaba mejorando para él, su trabajo empezó a ser más productivo y por lo mismo lo veía cada vez menos en casa. Para ese entonces fue cuando yo empecé a ser más provocativa y directa con él. Siempre lo esperaba para hacerle mimos antes de dormir. Había ocasiones que llegaba tan cansado que se quedaba dormido antes de mandarme a mi habitación, situación que yo aprovechaba para arroparlo y estar cerca de él un momento.

Nunca pude quedarme ahí con Héctor toda la noche, de cierta forma sentía que si hacía eso sería faltarle al respeto y jamás podría hacer eso. También aprovechaba los días calurosos para usar ropa muy corta dentro de casa, claro que le llamaba la atención, pero siempre cortaba la tensión con algún comentario astuto para librarse de mi provocación. Cabe aclarar que él jamás me hizo sentir incómoda, al contrario, cada vez que lo hacía yo me terminaba sintiendo mal por intentar provocarlo. Antes de cumplir los 18, pasaron algunas cosas que quizá sea bueno decirte.

¿Recuerdas a mi amiga Scarlett? La que me abrió la cuenta en aquel juego y con quién entró Héctor a mi fiesta de quince años. Te dije que habría que hablar un poco más de ella. En ese entonces, ya tenía más de dos años aquí, y de mi país solo tenía comunicación constante con ella y con mi hermana.

Además sabía que en ocasiones hablaba con Héctor, ya que se habían hecho amigos desde que le ayudó con la fiesta. Bueno, ella es un año mayor y desde que yo me vine empezamos a planear unas vacaciones para que pudiera viniera con nosotros. Así que cuando ella cumplió la mayoría de edad no tuvo problemas de venir. La idea era que estuviera aquí un par de semanas, lo planeamos para que yo estuviera durante mis vacaciones y poder pasar tiempo juntas, y si Héctor tenía tiempo nos acompañaría los fines de semana.

Todo pintaba muy bien, Scarlett fue mi amiga desde el instituto, ella al igual que yo también había pasado por abusos similares desde pequeña. Así que entre nosotras siempre nos entendíamos y apoyábamos, por lo que jamás me imaginé lo que estaba por pasar.

SUMISA, Su Historia [Sofía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora