¹⁸ El día de mi cumpleaños

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- Ya te dije que mi percepción o idea con la que llegué hace rato a tu casa ha cambiado. Esta charla empezó por lo que vi aquella noche en la oficina, ¿cierto? Bueno, con lo que presencié llegué a imaginarme ciertas cosas, como que Héctor de alguna forma abusaba de ti. Ya estoy convencido de que no es así. Ahora se también que tampoco te manipula ni mucho menos te humilla. Lo único que te comenté, es que quizá la niña necesitada de 15 años te fue poco a poco convenciendo de que lo hecho por Héctor no es manipulación. Pero he de admitir que todo lo que ha hecho él por ti, si podria hacer que cualquiera tome la decisión que tu tomaste. Aunque ahora me surge otra duda, y espero no tomes a mal mi pregunta... ¿Héctor es tan perfecto? No digo que sea mala persona, pero algún defecto debe de tener. ¿no?

¡JA, JA, JA! ¿Es en serio tu pregunta? ¡Eres increíble! Típico de abogados y sus preguntas "astutas". ¿Te parece si termino de contarte sobre mi cumpleaños y después hablamos de la perfección de Héctor? Pero como todos, Héctor ha cometido sus errores, pero quizá no son como los que tú piensas.

Pero ahora seguiré hablándote sobre lo que pasó durante mi cumpleaños. Así podrás darte una idea de como ha sido Héctor desde el principio, y no me refiero a lo sexual, o no solo a eso.

La mañana de mi cumpleaños y como de costumbre desperté temprano. Salí de la cama rápido, con ansiedad de empezar el día, aunque en ese momento se me olvidó por completo lo de la ropa. Mis prisas era por iniciar el día con Héctor, ver lo que había preparado para mí y pasarlo junto a él. Cuando salí de la ducha me coloqué de espaldas a mi vestidor, me saqué la bata de baño y me senté un momento en la cama. Al sentarme levanté la vista, vi la bolsa de mi regalo frente a mi, en cuanto la vi recordé lo que había pasado la noche anterior. Me empezó a latir rápido el corazón, me estiré para alcanzar mi regalo, lo abrí y fui sacando las cosas y poniéndolas sobre la cama. Lo primero que saqué fueron unas zapatillas, bastante lindas, negras con algunos toques brillantes color turquesa. Después salió el vestido, un vestido totalmente negro pero con un corte muy lindo, su tela caía y moldeaba perfectamente mi cuerpo. El vestido me llegaba un poco arriba de la rodilla, no era particularmente corto pero si estaba tenía un gran escote en su espalda, mejor dicho, no tenía nada de tela desde mi cintura hasta los tirantes de mis hombros. Al frente me cubría bien todo el abdomen y pecho, solo tenía un pequeño cuello en "V" que muy a penas dejaba ver mi cadenita. Me encantó el vestido, y después de modelarlo un rato frente el espejo, volví a la bolsa a ver si tenía algo más. ¡Y vaya que si había! Saqué una blusa muy hermosa de color blanco, la blusa quedaba perfecta con el vestido. También tenía la espalda descubierta y solo sobresalía desde los tirantes del vestido en mis hombros hasta mis muñecas, ya que era una blusa de manga larga. Me dejé la blusa puesta y volví a ver la bolsa de mi regalo. Ahora saqué una pantaleta, era bastante normal, lo más peculiar que había notado era su tela sumamente suave. Pero su otra peculiaridad la pude notar hasta que me la probé. Tenía unas finas costuras que yo no había visto, estás costuras eran para cubrir una abertura que tenía a la altura de mi vulva. La costura no se abría al llevarlos puestos, yo solo me pude dar cuenta al ponérmelos y estirarlos un poco cuando los subía por mis rodillas. Aún así me los puse y para mí sorpresa no se sentía para nada esas costuras en mi entrepierna, además que fueran tan suaves los hacía demasiado cómodos. Cuando estaba frente al espejo me puse a imaginar la razón de que tuviera esa abertura, y entendí bien que desde ese momento Héctor tendría control hasta lo más íntimo de mi persona, y amé la idea. Pensé que eso era todo mi regalo, pero al mover la bolsa para bajarla de mi cama escuché que algo sonó dentro de ella. Me fijé y era una cadenita que cuando la vi pensé que era un collar. Pero al sacarla de la bolsa y la ponerla sobre mi cama noté que era demasiado larga y tenía una forma algo peculiar. Debo admitir que tardé para encontrarle forma o entender cómo se ponía, pero después de un rato y bastante imaginación entendí como se usaba. Era collar muy lindo y pequeño que quedaba ceñido al cuello del que salían dos cadenitas mas, una en cada extremo. La parte que descubrí era "el frente" bajaba un poco y se dividía de nuevo en dos cadenas, las cuales al otro extremo se juntaban entre sí. Y la cadenita que salia "de atrás" del collar se abrochaba a las otra que... ¡¡Imagínate yo descifrando esa cosa a las 7 am!! Se trataba de un collar del que colgaba una cadenita que junto a otras se ponían alrededor de cada pecho, y en la espalda se sujetaban de otra cadena con el collar en el cuello. Para que te des una idea, era un tipo de "sujetador" hecho con cadenas y que en lugar de sujetar rodeaba las tetas ¡Vaya que fue complicado describe eso! Y espero que no te los estes imaginando Agustín.

SUMISA, Su Historia [Sofía]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora