¿Día de caza o de ser cazada?
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—La gran parte de los hombres son insensibles e idiotas, y no merecen que derramemos ni una puta lágrima por ellos —puntualizó Lara, mientras me veía llorar por un hombre—. Por eso prefiero los vibradores, te complacen, no son estúpidos y, lo mejor, no te traicionan.
Nunca imaginé que los cuernos pesarían tanto al punto de hacerme doler la cabeza.
Romper una relación era una mierda. Me sentía como una. Ahora, ser traicionada y cambiada por la otra chica era humillante. Yo había sido humillada, por eso estaba encerrada en mi cuarto, tumbada en la cama y sin ganas de vivir. Quisiera tener el poder de transformar los personajes que me gustaban de las novelas en personas reales, porque ellos no serían capaces de hacerme tanto daño.
—Pero es que todavía lo amo...—las palabras salieron distorsionadas por el llanto y por el trozo de chocolate que masticaba—. Y aún así me cambió por aquella... aquella.
—Barbie falsificada, edición roba novios—completó Keven secando las lágrimas de mis mejillas—. Lara y yo la nombramos así.
Mordí la barrita, lo miré con los ojos acuosos y dije:
—Ella es tan hermosa... —tragué el dulce—. Tiene el culo de plástico falsificado más bonito que he visto nunca.
—Obvio que no —negó con la cabeza—. Tú eres mucho más guapa que ella, y toda natural.
Le sonreí, consciente de que hacía cuatro días que mi cabello no se encontraba con el peine.
—Gracias...
La gratitud por tener a mis amigos, Lara y Keven, para rescatarme de ese agujero oscuro al que el despecho me había tirado, no disminuía la culpa por atraparlos conmigo; ambos estaban listos para ir al cumpleaños de Yury: peinados, con ropas de fiesta y muy perfumados, sin embargo se quedaron aquí, en mi cuarto que se había convertido en mi escondite los últimos días, todo para evitar que enviara mensajes vergonzosos a Dan, mi ex, o le subiera indirectas en las historias de instagram, de nuevo.
—Deberían ir a la fiesta, no quiero arruinarles la noche —Le di otra mordida a mi chocolate, mis ojos ardían y mi cara estaba hinchada— . Me pondré bien.
—Mari... —Lara tomó mi mano, sus labios rojos se curvaron en una sonrisa de complicidad—, no te dejaremos aquí en ese estado como si una vaca te hubiera masticado y te escupiera en el pasto ¿Qué clase de amigos seríamos?
Su vestido gris brilloso que reflejaba la luz de la habitación y contrastaba con su piel morena y ojos verdosos, me recordaba que ya hacía tres que no salía de mi pijama. Apenas llegaba del instituto y me lo ponía.
—Te queremos mucho para dejarte sufrir sola —añadió mi amigo pelirrojo, subiendo la manga de su chamarra verde oscura.
"¿De verdad merecía amigos tan buenos? No puedo vivir sin ellos"
Mis ojos desbordaron; lágrimas que lavaban la tristeza y la rabia del alma humedecían mi ropa. No quería llorar y mucho menos por Dan, quién me había tratado como basura, él no merecía mi dolor. Se decía que la relación debía ser basada en conversar y contar la verdad ¿Y cuando la otra persona ni siquiera se permitía tener una charla tranquila y en lugar de resolver los problemas los empeoraba? ¿Qué se debía hacer? Sabía que me había equivocado, que no era una santa, pero estaba dispuesta a arreglarlo.
—Si yo no hubiera... Si yo. —Mi voz se quebró.
—¿Si tú no hubiera qué? —intervino Keven, tomó mi rostro entre sus manos—. Mari, tú has hecho lo correcto. Digo... lo que hiciste no está bien, pero tuviste los cojones de contárselo, intentaste resolverlo en pareja y sin pelea. —Sus ojos avellana estaban clavados en los míos, a pesar de mi visión borrosa aprecié la calidez de su mirada—. Y Dan solo te maltrató, él es quien debería estar arrepentido, no tú.
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Yo, mi profesor y el asesino [+18] ✔️BORRADOR
Mistério / SuspenseUna noche es suficiente para destruir una vida, un beso es suficiente para obsesionarse. La búsqueda por el amor y la aceptación puede ser dolorosa y lenta, pero la llegada del desconocido a Sunfil apresuran las cosas para Marian y sus amigos, sin...