Capítulo 11

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¿Celoso, Potter?


(Marian Lemes Oliveira)

—Si mi novio fuera posesivo, egocéntrico, arrogante, mafioso o psicópata; yo lo mandaría a la verga —argumentó Lara, sobre las novelas que había leído en wattpad.

—¿No fuiste novia de Renzo? ¿El vendedor de drogas? —interrogó Elise, ella estaba sentada al lado de mi amiga en el banco.

—Sí, y lo mandé a la verga.

—¿Y no te gustó ninguna? —pregunté triste, pues mi sueño era tener a alguien con quien hablar de las novelas de wattpad.

—Sí, me gustó, son entretenidas, pero me daba rabia y ganas de abofetear a la prota. Algunas son muy... idiotas.

Lara sacó el pintalabios de su mochila y lo deslizó por sus labios. El frío de la mañana obligaban a los alumnos a usar abrigos, gorros, pantalones más gruesos, excepto Lara que parecía inmune a la baja temperatura, pues llevaba pantalones de vestir y el uniforme azul que había transformado en cropped. Y como si el frío no fuera suficiente molesto, tenía que fingir una buena relación con Elise para que nadie sospechara y no se me daba bien fingir. Pero o lo hacía o debía dar explicaciones.

—Me gustaría liarme con un mafioso —dijo la rubia.

—Keven no es mafioso eh— puntualizó Lara.

—Lo sé, pero juega al fútbol y me gustan de esos.

—Quisiera liarme con Poe Verne —suspiró mi amiga.

La miré entusiasmada, mientras me abrazaba para calentarme.

—¿Te gustó Damián?

— El libro sí, el personaje no.

— ¿Quién es Damián? —Elise agarró su botella de agua y tomó un sorbo— ¿Pueden dejar de hablar de libros? o sea, es interesante pero no conozco muchos y mucho menos a ese... Damián.

Metí mis manos heladas en los bolsillos de mi sudadera rosada y suspiré ¿Quién la había incluido en la charla sobre novelas? 

Lara acomodó su cropped y dijo:

—Suerte tuya.

El viento gélido agitaba las hojas de los árboles y los cabellos de quienes se atrevían a encarar la mañana sin ponerse un gorro, había estudiantes que preferían lucirse que protegerse del frío como Carla que entró de la mano de Dan en el instituto, no sin antes sonreírme y sacarme el dedo del medio.

—Ay qué maldita... —Lara reaccionó al instante con desdén y le sacó sus dos dedos corazón con una sonrisa amplia en sus labios rojos.

—Ya —agarré su brazo—, solo quiere molestarme.

—Yo también quiero molestarla— contestó mi amiga. 

—Oye ¿Qué pasó entre tú y Dan? —Quiso saber Elise. 

—No quiero ser grosera —Lara la miró y agregó—, pero no es de tu incumbencia. 

 Yo y mis dos amigo habíamos quedado en que no se contaría a nadia lo ocurrido, Dan también estaba de acuerdo con guardar el secreto, pero... ¿Y si le había contado que lo engañé con Bernardo? ¿Y si ella le dijera a alguien más? ¿Cómo yo superaría eso? 

—¿Y Keven? —La voz de la rubia hizo que me quitara la uña de la boca y volviera a la realidad.

—Durmiendo, seguro.  Ese Jesús no se levanta para nada temprano.

Yo, mi profesor y el asesino [+18] ✔️BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora