Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICO

Capítulo 13

TW: Contenido sexual explícito

—¡Aah! ¡Aah! ¡James!

Se escucha a través de la pared.

—¡Dios! ¡Más! ¡Más! ¡Más! —chilla la fémina.

Coloca los ojos en blanco, cambiando la página de la revista que tenía a la mano, marcando un par de casillas dentro del quiz que estaba tomando acerca de qué príncipe Disney era el ideal para ella.

—¡Oh, Dios! —Se escuchan los movimientos de la cama del otro lado.

El muy cabrón no había elegido la recámara de invitados que siempre tomaba, ahora se decidió por la que estaba justamente del otro lado de la propia, por lo que esos gemidos sonaban en mejor calidad de lo que habían hecho antes. Darcy comienza a fastidiarse, por lo que se pone de pie encima del colchón y da un par de golpes contra la pared.

—¡Silencio! —refunfuña con el cejo fruncido y su puño estampándose repetidamente contra el duro material.

—¡James! ¡James! ¡James! —Se escucha aún más fuerte.

Collins deja escapar un gruñido sonoro, pataleando contra las almohadas de su cama y volviéndose a echar en la misma de golpe, cogiendo la revista de nuevo para intentar concentrarse en la misma, aún sintiendo las náuseas subirle por la garganta conforme les continuaba escuchando.

No sentía molestia por el hecho de que la folló a ella hace unos días y ahora lo hacía con una desconocida, justo como lo hizo dos noches anteriores. Era la constante necesidad de Barnes por mostrar su superioridad, como si a ella le interesara lo que hiciera o no con su vida. Y en este punto se propuso que, por cada gemido, agregaría una prenda nueva al carrito de compras que ya tenía preparado desde su móvil.

Tal vez serían arriba de cuarenta mil dólares y Bucky buscaría reñirla nuevamente, pero no estaba dispuesta a dejarlo ganar, por lo que, en cuanto parecen haber terminado, presiona el botón de Comprar carrito a toda velocidad. El silencio se hace notar durante algunos minutos en la otra habitación, hasta que la puerta es audible para ella, logrando escuchar una incomprensible conversación que ni siquiera le interesaba.

¿James era un cabrón? Por supuesto.

¿Le interesaba? En lo absoluto.

No cuando tenía a otro sujeto con seis ceros en su billetera enviándole mensajes de texto provocativos y transferencias bancarias para que pudiera sentirse mejor después de una horrible situación como lo era estar casada con un hombre al que ni siquiera toleraba. A decir verdad, no soportaba a su esposo, pero las peleas habían comenzado a ser entretenidas para ella.

Sin embargo, eso no tenía por qué saberlo Loki.

Espera escuchar que la puerta principal también se cierre, pero de pronto escuchar cómo la puerta de su habitación se abría le provoca un fruncimiento de ceño antes de elevar su mirada avellana en aquella dirección, tan solo encontrando al castaño apoyado contra el umbral de la puerta, el torso desnudo y un par de pantalones de seda oscura puestos. Por la vista, Darcy sabía que no llevaba ropa interior debajo de los mismos.

—¿Disculpa? ¿Privacidad? Hello? —satiriza en su voz, haciendo una señal desdeñosa hacia la salida.

—¿Cuántas veces te tengo que recordar que esta es mi casa? —Presiona sus labios, detallando la silueta de la castaña en esas prendas tan cortas que solía usar de pijama—. Linda quiere verte, así que vístete y te veo en la camioneta —menciona antes de salir de la pieza.