Capítulo 20

5.6K 420 649
                                    


TW: Violencia



El teléfono no había parado de sonar con las notificaciones de los mensajes y algunas llamadas. Procura ignorar la mayoría de ellas, y algunas veces llegaba a colmarse tanto que contestaba con monosílabos o un cortante "Ok" que podía cortar la conversación, pero la jodida castaña era un dolor en el culo, y con esto lo comprobaba. Ella deseaba respuestas, sin embargo, James no estaba dispuesto a dárselas de esa manera.

Steve fue tan débil de pasarle su número telefónico, mientras que Linda se encargó de amenazarle con volver a Los Ángeles si se le ocurría bloquearla, por lo que ahora estaba en aquel amplio y oscuro despacho, dejando en visto las tantas imágenes de gatos que Collins le enviaba de forma continua. Mencionó que se llamaban mimis, mems, o una estupidez parecida.

Silencia el aparato en cuanto las puertas de la pieza se abren súbitamente, dejando ver a cuatro hombres protegiendo al blondo, quien portaba su clásica ropa formal y esas gafas por encima del puente de su nariz. El castaño se acomoda mejor en el asiento frente al escritorio, dejando que el mayor se acomodara detrás del mismo con su característica sonrisa egocéntrica.

—James Buchanan Barnes —sisea con su característica voz.

—Pierce —asiente el susodicho.

—Tanto tiempo sin visitarme —Se mofa el hombre, entrelazando las manos por encima del abdomen mientras dejaba ir su peso sobre el respaldo del mueble.

—He estado ocupado en cosas de aquí y allá —Encoge los hombros.

—Desde que me pediste el favor del ataque que ya no regresaste —Sonríe amplio—. Ya iba a mandar cazar tu cabeza.

El joven empresario deja salir una risita burlona, relamiéndose el labio inferior y alzando la barbilla mientras también se acomoda mejor en su asiento, apoyando su peso contra el respaldo sin retirarle la mirada al hombre que ya conocía de un tiempo para acá.

—Como la Hidra de Lerna —murmura—. Cortas una cabeza y crecerán dos.

—Siempre tan sabio, joven James —Sonríe amplio al escuchar a su socio—. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

—Realmente, no —responde tajante—. Solo vine a avisarte que la policía está sobre las huellas de Barnes Inc. y la droga transportada. Me desharé rápidamente de ellos, pero solo necesitaba que estuvieras al tanto.

—¿Y tu padre? ¿Cómo se tomó esta noticia? —pregunta con cierto interés, fascinado con el rápido crecimiento que el castaño estaba teniendo al paso del tiempo.

—El viejo aún no sabe nada. Estaba en Montreal de vacaciones, pero no tardará en llegar. Planeo hacerle una llamada más tarde —Apoya sus manos detrás de su nuca, dedicándole un gesto burlón al mayor—. Todo está bajo control.

—Cada día me asombras más —No miente del todo—. Te pareces tanto a tu padre.

Aquella frase toca un nervio por el cual tiene que presionar las manos en su cabellera, inspirando hondo y manteniendo esa sonrisa en sus labios rodeados de la barba creciente. La mirada garza aterriza sobre la del hombre, negando lentamente con la cabeza conforme se ponía de pie a un ritmo lento, estirándose cómodamente.

—No te equivoques, Pierce —menciona sin retirar esa expresión regocijante—. Si ese imbécil sigue con vida, es porque yo lo he permitido.

Las palabras del joven dejan sonriente a Alexander, orgulloso de los grandes saltos y el caos que los Barnes le habían brindado en todos estos años. Era como ver una función bastante entretenida, en la que no sabías quién terminaría traicionando a quién. Ve al castaño caminar directo a la salida, desapareciendo en la misma y dejándolo con sus escoltas en el despacho para disfrutar de un puro, regodeándose en la cantidad de poder que ser la cabeza de HYDRA le brindaba.

Babel [Bucky Barnes] EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora