Sacrificios [KatsuDeku]

Capítulo 73 - Búsqueda

¡Hola Chicos!
Espero que tengan un excelente inicio de semana y que hayan disfrutado su 14 de febrero <3
Recuerden que no hay mejor efecto que el que puede darse uno mismo OwwO
Aquí tienen un nuevo capítulo de mi historia, nos vemos la próxima semana :3

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En el centro de la ciudad, un mercado ambulante se extendía a lo largo de varias calles, ofreciendo todo tipo de productos como alimentos, detergentes, artículos de uso personal e, inclusive, aparatos electrodomésticos.

Los colores llamativos de las pancartas y manteles daban una increíble sensación de alegría a los pasillos, cuya apariencia hacía creer a los menos familiarizados que era una ciudad como cualquier otra. No obstante, pese a que las personas realmente realizaban sus compras con normalidad, se podía sentir la tensión, la opresión y el temor en cada una de ellas.

Muchos de ellos hablaban en voz baja sobre lo que cocinarían o sobre sus actividades diarias, los más valientes incluso se atrevían a regatear con los vendedores, pero la mayoría guardaba silencio y se negaba a hablar más de lo necesario.

Esta era la razón por la que los pueblos vecinos la llamaban "La ciudad susurrante".

Según el informe, dicho apodo se le fue otorgado hace más de seis años. Aun cuando las autoridades se propusieron a investigar acerca del origen de este nombre, jamás se dio una explicación oficial, por lo que hacía mucho tiempo que la curiosidad había quedado en el olvido.

Muchas cosas habían quedado sin explicación.

Muchas cosas habían sido escondidas por las autoridades.

Y muchas otras eran demasiado aterradoras como para tener el valor de mencionarlas.

Pero la pregunta seguía vagando en la mente de todo aquel que conocía el lugar.

~ Cariño, ¿quieres manzanas para la cena? ~ preguntó en voz baja una joven mujer de pelo negro mientras señalaba un puesto de frutas.

~ Eh... C-Claro. ~ tartamudeó el musculoso hombre a su lado, mordiéndose fuertemente el labio mientras le ofrecía dinero.

En realidad, fue idea de Jiro que salieran juntos para identificar la distancia mínima a la cual podía escuchar a través de los muros. Sin embargo, cada vez que expresaba palabras de afecto o hablaba con una entonación amorosa, Kirishima se ponía tan nervioso que olvidaba el rol de hombre casado que se le había otorgado.

Su consciencia le exigía que fuera profesional y que se tomara con seriedad el asunto, pero su instinto no dejaba de sentirse incomodo, haciendo innumerables reverencias mentales cada vez que correspondía a sus frases afectuosas.

Kaminari, perdóname.

~ Se que te sientes incómodo por haberme acompañado a hacer las compras. ~ mencionó Kyoka al darse cuenta de ello. ~ Pero es necesario que conozcamos el lugar para encontrar más fácilmente lo que queremos.

~ E-Esta bien, no dejaría que cargues con las compras tu sola. ¿Ya encontraste lo que buscabas?

~ Aún no, quiero modificar la receta que siempre hago, pero necesito buscar un poco más. Tal vez caminando, encuentre el ingrediente que necesito.

~ ¿A dónde quieres ir? ~ preguntó el pelirrojo al señalar dos caminos. ~ ¿Izquierda o derecha?

Los dos caminos estaban igualmente transitados por personas, pero había una diferencia primordial entre ellos.