Sacrificios [KatsuDeku]

Capitulo 64 - Dejarte atrás

Buenos días 🖤
Continuamos con los capítulos relativamente cortos, pero espero que sigan siendo de su agrado🥰

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Después de la conmoción inicial, Mina, Kaminari y Sero se acercaron eufóricos al peliverde y le dieron un fuerte abrazo grupal. El júbilo que sentían se podía transmitir desde la forma en cómo lo miraban, lo abrazaban y lo felicitaban, era una noticia que habían estado esperando durante años por lo que quisieron celebrar.

Para asegurarse de no despertar al bebé, Denki colocó música ligera en su cuna y Sero cubrió las esquinas de la puerta con cinta para que el sonido no pudiera entrar o salir de su habitación.

El monitor por el que se escuchaba la respiración de Ryuu fue colocado en la barra y, cuando Sero terminó, Mina buscó un par de canciones en su teléfono y reprodujo música de ambiente desde las bocinas de la sala.

Habiendo asegurado el sueño del pequeño, Kaminari sacó un par de botellas de sake y comenzaron a beber en honor de la joven pareja. Sin embargo, aunque el ambiente era bastante animado, Bakugo no tenía el ánimo para convivir por lo que salió al balcón y se limitó a mirar las luces nocturnas que iluminaban las calles.

– ¿Cerveza? – preguntó Kirishima al cerrar la puerta del balcón y pararse a su lado, pero terminó abriendo solo una de las dos botellas cuando el rubio se negó. – Mina está sacando a bailar a todos, así que vine para evitarla.

Hacer sonreír a Bakugo era una tarea casi imposible y, justo en ese momento y en esas condiciones, lo era aún más. Su carácter y comportamiento se asimilaba mucho al que tenía después de la fiesta de graduación, emitía ese tipo de vibra que hacía difícil acercarse a él, que lo hacía ver distante y a la defensiva.

Pero Kirishima era demasiado paciente.

Habían estado juntos durante un tiempo considerable así que lo conocía mejor que el resto del squad, si espacio era lo que quería entonces sería lo que le daría. Simplemente debía esperar a que estuviera dispuesto a charlar.

– ¿Y Deku? – preguntó finalmente el rubio después de unos minutos en silencio.

– Está aplaudiéndole a Sero por seguirle la corriente a Mina. – dándose vuelta mientras bebía un trago, Kirishima se recargó en el balcón para poder mirar adentro.

Efectivamente, en el interior de la casa Ashido hacia una serie de movimientos sincronizados con el ritmo de la música y corregía las posiciones de Sero cuando intentaba seguir su secuencia. En el sofá, sentados uno al lado del otro y con una pequeña manta que cubría sus piernas, Kaminari e Izuku sonreían con alegría mientras motivaban a Sero para que no abandonara a la chica rosada en la pista.

Era un verdadero espectáculo que no habían vivido desde que estudiaban en U.A., pero recordar su último festejo le hacía sentir tanto nostalgia como incomodidad.

– Bro... – mencionó titubeante. – Realmente no tengo mucho que decir, pero... felicidades.

– ... – Bakugo lo miró de reojo y regresó la mirada al frente, enfocando su vista en el paisaje nocturno extrañamente silencioso. – ¿Qué fue lo que sentiste cuando te enteraste?

– ¿Yo? Bueno... ¿cómo debería decirlo? – dijo al darse la vuelta y sobarse el cuello con nerviosismo. – Kaminari ni siquiera sabía que estaba embarazado, él pensaba que era indigestión.

Una pequeña risa salió al recordar aquel gracioso momento en el que su omega estaba más preocupado por haberse comido una hamburguesa sólo que por los síntomas que había estado presentando, pero también vino a su memoria la fugaz llamada que hizo después, haciéndole sentir un poco de arrepentimiento.