CAPÍTULO 3

692 100 45
                                    

Kenya

Oscuridad. Tensión. Maldad. Eso era lo que veía reflejado en sus ojos.
Aún no sabía porqué decidí entrar a una casa de alguien que no había visto en mi vida, pero allí estaba.

– Me quiero ir – dije con voz frágil.

– Lo harás – sentí una sensación de alivio al escuchar eso, hasta que después añadió – pero no ahora.

Hubo un momento de tensión cuando avanzó algunos pasos hacia mí hasta quedar a solo unos centímetros.

– Noto algo diferente en ti.

Me tocó la mejilla con su dedo y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

– ¿Qué problema hay contigo? – pregunté apartándole la mano.

Traté de irme de nuevo pero él sujetó mi brazo y simplemente añadió.

– Te dejo ir, pero créeme que volverás a mí tu sólita.

Confusa salí de allí lo más rápido que pude y caminé a paso rápido hacia casa.

Los corazones también aprenden a no romperse [YA EN FISICO!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora