CAPÍTULO 10

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Daniel

La miré mientras recogía su habitación. Ella era tan diferente. Ella tenía esa habilidad de alterar mi corazón, sin ni siquiera tocarme.

– Lo siento por el desorden. No es por lo que más me preocupo últimamente – resopló y se sentó en la cama cansada.

– A mi tampoco me preocupa – me senté a su lado.

No quedamos en silencio. Había algo en su mirada que me decía que no estaba bien, y se que no era ni la persona ni el momento para preguntar pero...

– ¿Qué te pasa?

– Nada ¿Por qué? – bajó su mirada tratando de evitar la mía.

– Sé que no estás bien.

– Si que lo estoy – mintió. Sé que mintió.

– ¿De qué sirve sentir si no lo expresas?

– Que no es nada.

Volvió a formarse un silencio en la habitación. Y me estaba dando cuenta de lo fuerte que ella era. Ella siempre dirá "yo puedo con esto" aún con lágrimas en los ojos.

– No me siento suficiente para nadie – murmuró.

– ¿Cómo definirías la palabra "suficiente"? – pregunté.

– Pues eso. Siento que no soy capaz de dar todo lo que me dan a mí. Que por mucho tiempo que pasé nunca seré capaz de ser ni la mitad de buena que ellos. Siento que nunca seré capaz de demostrar lo que realmente merecen.

Su voz se notaba frágil, como si fuese a romperse en cualquier momento.

– A veces quien menos demuestra es quien más siente Kenya.

Ella me miró a los ojos y pude notar  todo lo que estaba sintiendo.

– Tienes que ser suficiente para tí. Es lo único que vale – le sonreí.

– Resulta que al fin y al cabo no vas a ser el psicópata que pensaba que eras – rió.

Tiene una sonrisa tan bonita que es imposible no querer besarla cada vez que sonríe. Y ese día, en ese preciso instante, me di cuenta de que me estaba enamorando.

♡♡♡

Recuerdo que esa noche había luna llena. Yo solía tumbarme en el tejado a mirar las estrellas cuando no podía dormir, y eso era casi siempre. Sonó una melodía de una canción que conocía demasiado bien. "Clocks" de Coldplay. Pero, a parte de la canción, se escuchaba una voz suave cantándo que me llamó demasiado la atención. Me incorporé para buscar la procedencia de ese sonido y entonces la vi. Llevaba un abrigo negro y unos pantalones del mismo color. Su pelo castaño caía por sus hombros y el brillo de la luna se reflejaba en él. Ese día supe que no podía dejarla ir.

...

NOTA DE LA AUTORA:

¡800 leídas! Nunca pensé que esto podría llegar hasta aquí. Pero lo más importante es que estéis disfrutando la historia. Espero que os guste tanto como me está gustando a mí escribirla.

Los corazones también aprenden a no romperse [YA EN FISICO!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora