CAPÍTULO 14

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Kenya

Otra vez sentía lo mismo. Sentía que no estaba queriendo a Daniel tanto como él merecía. Supongo que no era mi culpa. Tenía miedo. No quería enamorarme de él pero me lo ponía muy difícil.Dicen que de las malas experiencias se aprende, y yo lo único que aprendí fue a no volver a querer tanto a nadie.

Sonó mi móvil y un simple mensaje apareció en la pantalla.

Eli:

Fiesta en la casa abandonada de la playa a las 22:30h. Ni se te ocurra faltar.

La verdad, tenía pensado quedarme en casa, pero lo necesitaba. Mi plan era estudiar o pensar las cosas demasiado, así que, teniendo en cuenta que la fiesta era en una hora y media, me puse una camiseta blanca y ajustada con unos jeans anchos. Me planché el pelo ya que lo tenía ondulado, me hice un pequeño delineado y me eché un poco de brillo en los labios. Después de hacer todo esto me di cuenta de que ya había pasado casi la hora entera y solo me quedaban diez minutos para llegar a la playa. Bajé las escaleras hacia la cocina y encontré a mi madre.

– Mamá, me voy a una fiesta en la playa. Volveré tarde – dije dándole un beso en la mejilla.

– Vale cariño. Pero ni se te ocurra beber.

Y no tenía pensado hacerlo, pero las cosas no fueron como me imaginé. Si lo hubiera sabido juro que nunca habría ido a esa jodida fiesta.

Después de caminar durante un tiempo llegué a la casa abandonada, y lo primero que vi fue a un chico borracho vomitando en el jardín.No me apetecía seguir observando esa escena tan desagradable por lo que decidí entrar dentro. Todo estaba decorado por luces neón moradas y globos azul mate.
Busqué a Eli durante unos diez minutos, y cuando me estaba rindiendo apareció Laila.
Laila es una de las mejores amigas de Eli. Digamos que van juntas a todas partes. No me cae especialmente bien pero nadie la quiere como enemiga.

– ¡Laila! ¿Sabes dónde está Eli? – pregunté gritando ya que la música sonaba muy alta  por toda la casa.

– La vi salir por la puerta trasera hace como quince minutos – sonrió falsamente.

Creo que a ella tampoco le caigo muy bien.

Salí por la puerta trasera y caminé por la arena mojada de la costa, hasta que vi el puesto de vigilancia. Me trajo muy malos recuerdos, pero eso ya no importaba. Dejó de importar cuando me acerqué y los vi. Se estaban besando.

– Parece que aquí las traes a todas ¿no  Niam? – dije con tono de enfado.

Niam y Eli. Nunca pensé que esto podría pasar.
Mis ojos se enrojecieron pero aún así traté de aguantar las lágrimas. Y sí. Fui tan tonta que pensaba que me iban a pedir perdón. Pensaba que me querían, pero resulta que parecía que me odiaban.

– No te hagas la víctima – dijo Eli.

– ¿Qué? – me sorprendí.

– Vamos Kenya, llevas tres semanas pasando de nosotros ¿Qué esperabas? Niam me ha dicho que no le hablas desde hace tiempo y no sabe porqué. ¿Nos estás jodiendo? ¿Qué te hemos hecho para que nos trates así?

Definitivamente me odiaban. No podía creer lo que Eli estaba diciendo. ¿Que Niam no sabía porqué le dejé de hablar? ¿Quizás porque intentó violarme?

– Nos quieres cuándo te viene bien. Deberías irte y dejar de molestarnos cómo haces siempre – añadió Niam.

No podía seguir aquí. Giré sobre mis tobillos y me dirigí hacia la casa. Comencé a llorar. Y solo pensé en una cosa. Beber. Supongo que ese fue el primer fallo de la noche, beber hasta emborracharme, tanto que ya no sabía ni donde estaba. El segundo fallo fue pegar a Niam.

¡Eres un cerdo! - le dije mientras mi puño golpeaba su cara.

Y no sé si fue la mezcla del alcohol con el estrés y la ansiedad de sentirme la puta peor persona del mundo. Me desmayé.

...

NOTA DE LA AUTORA:

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¿Que hago yo para merecer esto?
Sois los mejores.

Los corazones también aprenden a no romperse [YA EN FISICO!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora