CAPÍTULO 7

518 91 67
                                    

Kenya

Estaba terminando de estudiar para un examen cuando mi madre me llamó. Rápidamente me quité los auriculares para escucharla.

– ¡Kenya! No olvides que en una hora tenemos barbacoa con la familia.

Mierda. Lo había olvidado completamente. Cogí un vestido de flores y un conjunto de bikini para ir a ducharme. La barbacoa era en la playa así que también cogí una toalla por si decidía bañarme. Al salir de la ducha me puse un poco de rimel y un brillo de labios. Ya casi era la hora de irnos por lo que bajé al salón.

– Ya estoy lista mamá – dije cogiendo un bolso donde metí el móvil ,el brillo de labios ,por si más tarde me lo tenía que repasar, y la toalla.

– De acuerdo, vámonos.

Pasamos por la casa de mi mejor amigo, Niam,para recogerle ya que le habíamos invitado a la barbacoa.
Toda mi familia lo conoce. Él es muy simpático y a todo el mundo le cae bien.

Llegamos a la playa donde encontramos a mis tíos, primos y abuelos. Saludé a todos con un abrazo y comimos junto al mar. Todos se quedaron conversando alrededor de una hoguera. Niam y yo fuimos a dar un paseo por la costa.

– ¿Qué tal has estado estos días? No te he visto mucho – dije rompiendo el silencio.

– Tenía muchos exámenes y no he podido salir casi nada.

Niam es un año más mayor que yo, lo que significa que va un curso por delante.

– ¿Ves eso? – preguntó.

Fuimos corriendo por la arena hasta subirnos al puesto de vigilancia que hay en la playa. Como era de noche no había nadie. Nos quedamos en silencio mirando el mar en el que se reflejaba la luz de la luna.

– Kenya – me llamó.

Le mire para que siguiera hablando pero en vez de eso me besó.

– ¿Qué haces? – dije separándome.

No era ni el momento adecuado, ni la persona adecuada. Y me gustaría decir que él se disculpó y que lo olvidamos. Que bajamos felices del puesto de vigilancia y seguimos caminando por la playa. Pero no fue así. Él metió la mano por debajo de mi vestido.

– Niam para.

Pero siguió.

– ¡Para! – traté de alejar su mano pero él era más fuerte que yo.

Las lágrimas descendían por mis mejillas sin parar.

Con fuerza le empujé y salí corriendo de allí lo más rápido que pude. Tenía un sentimiento de rabia mezclado con impotencia y tristeza.

Cogí mi móvil y marqué el número de Eli.
No respondió.
No podía volver con mi familia con los ojos rojos cubiertos de lágrimas y mi vestido roto y arrugado, así que caminé y caminé hasta que me encontré delante de una puerta de madera. Llamé y allí sí obtuve respuesta.

– Lo siento Daniel, yo... –  mi voz se rompió y las lágrimas que tanto había tratado de contener volvieron a aparecer.

– Tranquila, todo va a estar bien – dijo mientras me envolvía con sus brazos.

– Yo... yo no quería – sollocé.

– No pienses más en eso. Ya pasó – acarició mi pelo.

En sus brazos me sentí segura.

...

NOTA DE LA AUTORA:

¡Hola! Vengo a agradecer de nuevo por las 400 leídas y los ¡100 votos! ¡Gracias!

¿Que os parece este capítulo?

Los corazones también aprenden a no romperse [YA EN FISICO!!]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora