CAPÍTULO 36

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Había tomado la decisión de regresar a la ciudad, no podía quedarme todo el resto de mi vida sufriendo por una decisión tomada a la ligera. Días antes había llamado al edificio para pedir el mantenimiento y la conexión de electricidad y agua, el lugar no estaba tan sucio pero habían movido algunas cosas de su lugar.

Después de una larga conversación con Gareth sobre cómo estaba actuando me hizo entrar en razón, porque no podía darle una oportunidad a este destino, había logrado cambiar todo lo que antes había pasado con Love y conmigo. Podía hacer un cambio y enmendar mis errores después de años de guardarme todo.

Había husmeado entre todos los documentos de Gareth para poder dar con la dirección de Love, empaque mis cosas y las metí en el auto para salir de la residencia, el camino era más largo de lo que me acordaba pero ya estaba en la ciudad a unos minutos del edificio al que se había mudado con su hermana. No estaba listo para enfrentarla ¿Que debía decir con exactitud? Solo la había dejado ir sin darnos la oportunidad de hablar y ahora ya era muy tarde como para echarle hacia atrás.

Tenía que salir del departamento antes de sacar una de las botellas de alcohol y terminar ebrio como lo está haciendo habitualmente. Me estaba convirtiendo en un alcohólico por culpa de mis problemas y no negaría que se sentía tan bien, estará adormecido la mayor parte del tiempo pero en este momento necesitaba la mente clara y despejada. Me subí al auto y manejé por las calles hasta dar con el edificio, me estacione frente al lugar esperando a que algo cruzará por mi mente, pero entre más pensaba las cosas mi impulso de ser la vuelta me inundaba. Me bajé y caminé hasta la entrada donde el hombre de seguridad me indico a donde tenía que ir si era visitante.

Una mujer estaba en el mostrador tecleando en el computador hasta que mi presencia llamó su atención.

—Hola, buenas noches
—Hola, estoy buscando a Lilith Love Ackerman —la mujer tecleo el nombre para buscarlo en la lista de personas
—¿Qué parentesco tiene con la inquilina? —Es mi esposa carajo
—Somos amigos —me trague la palabra al decirla —Se encuentra ella en las instalaciones
—Por supuesto, sería tan amable de darme su nombre para informarle que tiene visita y autorice el acceso al elevador —no quería que supieran que estaba a unos pisos de ella, no había pensado con exactitud cómo iba a entrar
—Gareth Drach —estaba a unos minutos de ser descubierto si está mujer me pedía la identificación, cosa que no hizo más que solo llamar al piso
¡Hola! —Su voz por el altavoz hizo que mi cerebro se desconectara
—Señorita Ackerman tiene visita
¿Visita? No espero a nadie, no es mi hermana que olvidó su tarjeta verdad
—No señorita, es el señor Gareth Drach —se quedó en silencio unos segundos
Dile que suba, enseguida baja el ascensor  —cortó la llamada
—Puede esperar el ascensor, es el primero a mano derecha
—Muchas gracias

Caminé hasta el pasillo donde estaban los ascensores y vi el primero de ellos abrirse sin problema, tome aire antes de entrar y presione el botón para subir, era el ascensor de un penthouse que sólo daba acceso a dos pisos. Sentía los nervios de punta, cada sensación escalofriante recorría mi espina dorsal hasta llegar a mi cuello

El ascensor se detuvo y tardó unos segundos en abrirse, baje sin pensarlo tanto y di unos pasos encontrándola de espaldas al recibir, sentado en uno de los bancos alto de la isla que da a la cocina con el niño entre las piernas mientras su vista está en la computadora y en la libreta donde anota quién sabe qué cosas.

—Es extraño que vengas al edificio, dijiste que no vendrías hasta dentro de un mes —me dirigió la palabra creyendo que era Gareth —Oye no me vas a contesta...

Se giró para ver cuál era el problema, pero se quedó en silencio y el brillo en sus ojos cambió, abrió su boca pero las palabras no salieron estaba confundida de verme a mí en su departamento.

Propiedad de un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora