CAPÍTULO 37

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Hace unos días Sebastián había regresado a la ciudad para hablar sobre todo este enorme problema que ambos causamos, comprendía su razón de no haber querido tener hijos y por más ilógico que suene de mi parte él tenía toda la razón y no podía negar que se sentía culpable yo me he sentido así por un largo tiempo y tratar de minimizar sus emociones sería injusto a este punto.

No negaré que le es difícil verlo tratar con Lucienne en estos dos días, pero su esfuerzo es algo que vale la pena y debería darle el crédito por eso. No voy a esperar que se lleve bien con él o que le tome afecto de la noche a la mañana porque es imposible, el estar tratando de asimilar todo y voy a darle su tiempo aunque se tardé años en hacerlo.

Rachel se topó con la enorme sorpresa de ver a Sebastián en el departamento y se le hizo algo incómodo debido a que jamás había vivido con hombres en su vida, si había dormido en el departamento de alguno de sus amigos pero solo un día o dos a lo máximo y ver su cara me hizo entender todo. Aunque sus únicas palabras ese día fueron “Hare el intento de no incomodar” aún piensa que es un peso para mí cuando en realidad no lo es.

La despensa se terminó antes de lo esperado así que Sebastián y yo fuimos por ella mientras mi hermana cuidaba del niño en casa, era extraño ir al supermercado con él a mi lado, incluso podía sentir su mirada a cada lugar que me movía o a cada acción que ejercía.

—¿Por qué me miras así? —lo vi sonreír antes de enderezarse ya que estaba apoyado en la carretilla
—Te ves jodidamente hermosa
—Agradezco el cumplido —me acerque para colocar la lata de tomates dentro —Pero no entiendo ¿Por qué el halago?
—No puedo halagar a mi esposa cuando quiero
—No lo estoy negando solo es extraño
—Bueno extraño sería que comience a halagarte de otra forma bonita y créeme últimamente estoy muy creativo
—¿Creativo? —me jalo de un brazo para poder enrollarme cintura con sus brazos y darme un beso
—Tal vez lo pongamos en práctica luego
—No puede ser —entendi su comentario y mi cara se comenzó a calentar —Estamos en público por favor no digas cosas así, no quiero cambiar de supermercado por eso
—Muy bien sigamos con las compras o no vamos a llegará a la cena

Me soltó y siguió empujando el carrito por el pasillo, era un desvergonzado hasta cierto punto pero aún así me encantaba. Una hora aproximadamente escogiendo me comenzó a frustrar, el pago todo y yo ayudé a subir todo al coche. El invierno aún no terminaba y por más que mi cuerpo se congelará adoraba el frío calmarme la ropa, manejo a unos minutos hasta el estacionamiento subterráneo, ambos bajamos del auto

—Hay algo en el asiento de acá atrás —Me giré para ver su expresión de confusión, no había subido nada en la parte de atrás
—No he subido nada a tu auto

Me acerqué para ver qué era lo que él había encontrado pero fui empujada hacia adentro y vi el cuerpo encima de mi cerrando la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Estaba en medio de mis piernas de lo más tranquilo, sus ojos paseándose por todo mi cuerpo hasta que ambas miradas se cruzaron.

—¿Qué piensas hacer?
—¿Qué quieres que haga? —sus manos estaban por debajo de mi vestido, era el peor momento para traer un vestido
—Estamos en el estacionamiento pueden vernos
—Mientras no grites nada va a suceder —sentí sus frías manos en mi abdomen, di un pequeño salto por lo frío

Se quitó la chaqueta y la lanzó al asiento de enfrente con su camisa, se acercó para poder besarme, me ayudó a desvestirme mientras nos comíamos la boca sin darnos tiempo de respirar. Sus manos acariciando mi cuerpo era asombroso, bajé mis manos hasta su cinturón su risa sobre mi boca me dio a entender que no era el único necesitado.

Me tomo de las manos y las llevo sobre mi cabeza, bajó por mi cuello dejando besos húmedos hasta mi pecho donde con su manos libre quito el broche y se metió uno de ellos a la boca, un jadeó ahogado salió de mi boca cuando lo succionó y jalo con sus dientes con intención de generar un espasmo en todo mi cuerpo y no tardó en obtenerlo

Propiedad de un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora