Me quedé dormida tratando de calentar al niño en la cama pero que me picaran la cara me asusto un poco, al abrir los ojos me encontré con el rostro del niño confundido, me levanté asustada y él se escondió debajo de la sábana que cubría su cuerpo. La puerta estaba cerrada y las cortinas corridas, me alarmé un poco por Rachel.
—¿Cuándo me quedé dormida? —me aleje de la cama y vi como el pequeño se destapó para poder verme —Hola pequeño
Sus ojos eran verde mar muy hermosos, su piel pálida tenía un poco de color pero ahora sus labios estaban pálidos, aquella tonalidad morada había desaparecido, pero los golpes que traía aún se podían ver en su piel.
—¿Cómo te llamas? —no obtuve respuesta —¿Tienes un nombre?
—No —su voz era muy suave
—Eres un demonio —Inclinó su cabeza algo confundido —Por favor si eres un hombre en el cuerpo de un niño será mejor que me lo digas ahora —levanto su mano entregándome el biberón —Te daré de comer si me dices ¿Quién eres?
No obtuve respuesta más que solo la mirada del niño que insistía en que tomará el biberón, tenía miedo que no quiera mostrar su forma original, pero también estaba la posibilidad que si fuera un niño pequeño
—¿Dónde está tu mamá?
—Mamá —reaccionó a la palabra pero busco con sus ojos —mamá no
—¿No tienes mamá? —negó con sus cabeza —No sabes hablar, eso es, muy bien escúchame con atención. Te preguntaré y tú responde con sí y con no
—¿Si? —asintió
—Me dijiste que no tienes mamá
—Si —afirmo con su cabeza también
—Tienes papá —dudo un poco
—No
—Eres un demonio —él negó con la cabeza —Un ángel caído o un ángel celestial
—No —que podía ser este niño si no era nada de eso
—Cambione, eres un cambione. Uno de tus padres es humano
—Si —estaba en lo correcto, posiblemente su madre era un humano y el que lo engendró un demonio o incubo
—Pero qué hacías en ese callejón, alguien pudo matarte
Trataba de decirme algo pero no podía hablar correctamente, su vocabulario era escaso eso quería decir que estaba entre los dos a tres años de edad y al ser mitad humana su crecimiento y desarrollo era lento, comprendía en su mayoría lo que decía. ¡El cura! El hombre estaba alarmado, paranoico buscando un bebé ayer que choque con él, no buscaba un bebé común y corriente, él trataba de encontrarlo a él. Me acerqué a una foto en la que estaba con mi papá y me acerque al niño con cuidado mostrándole el retrato.
—Un hombre con esta ropa te cuida —miró el retrato y asintió, como había caído en las garras de un hombre como ese —Dime algo, ese hombre te golpeaba
—Si —bajó su cabeza asustado
—Alguna vez te toco acá —apunte en dirección el pañal que traía puesto pero él negó —Menos mal, es lo menos que me puedo esperar de una mente retorcida. Soy Lilith
—Li —se acercó y me tocó la cara sacándome un susto
—Tu no tienes un nombre por lo que veo, ese hombre te tenía encerrado verdad
—Si —que buscaba con tenerlo bajo su mando
—Yo te voy a cuidar pero necesito que no hagas ruido y no salgas de acá, mi hermana... —me levanté hasta donde estaba la foto que tenía con ella y poder mostrársela —Ella es mi hermana y no puede verte, no salgas de acá
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Propiedad de un demonio.
Ficção Adolescente✠¡Oh, mi Dios he pecado! Fueron las palabras más blasfemas que salieron de mi boca al tener a ese hombre sobre mi, un vaivén de emociones desbordándose a flor de piel en cada uno de los fragmentos que forman mi alma. Pero a quién le importa un alma...