CAPÍTULO 25

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La mayor parte de los recuerdos de mi primera vida estaban presentes y hacía uso de ellos para investigar algunas cosas, esto me ayudaba a llevar a cabo el plan de cacería que tenía en mente, pero uno de mis problemas era tener a Sebastián todo el tiempo encima de mí. Gareth me había dado acceso a su biblioteca y a algunos libros que tenía que volver a revisar ya que con los años los recuerdos se vuelven borrosos.

—Sigues leyendo esos libros —Levante la cabeza encontrándome con la rubia

—Es muy obvio —se sentó en el taburete de enfrente

—No te aburres de leer lo mismo

—La información que necesito se relaciona con todo esto

—¿Qué buscas? Puedo ayudarte

—Sobre tu especie —ella dudo un poco pero tomó uno de los libros para ojear

—¿Exactamente qué?

—Se lo básico, las triadas, los destierros, los ángeles caídos, los sacrificios, el enamoramiento de ángeles y humanos

—Hay muchas cosas pero lo que me dices es lo más relevante entre los ángeles

—Entonces no estoy mal

—¿Qué harás con esta información?

—¿Puedo confiar en ti?

—Por supuesto, eres la única chica que no me ha visto como amenaza en esta casa —su sonrisa fue demasiado sincera

—Necesito encontrar a un par de ángeles, que aún están en este plano terrenal

—¿Sabes sus nombres? Puedes llamar su atención ofreciendo plegarias a su nombre

—Eso se escucha muy sencillo —deje el libro a un lado para prestar atención

—Claro que lo es, pero tú plegaria debe ser de arrepentimiento y ellos vendrán en busca de tu alma para llevarla con ellos

—Es como el ángel de la muerte —me reí por mis palabras

—En ocasiones los Ángeles toman su forma para llevarse las almas arrepentidas, somos peores que los mismos demonios

—Algo como eso me comentó Sebastián

—Sabes tu historia en el paraíso solo es un rumor que nadie cree —como podía ser un rumor si fui víctima de sus mismos ángeles

—¿Un rumor?

—Nadie cree que un demonio te haya dado parte de su alma para salvarte —y nadie creería que pedí clemencia a Dios y me dejó morir

—¿Y tú crees en ella?

—Después de conocer a Azriel supe que era verdad y conocer a Sebastián también me abrió los ojos

—Puedo preguntar ¿Cómo llegaste a Azriel? —un silencio incómodo nos inundó a ambas tal vez era algo que ella no deseaba contarle a nadie y ahí está yo preguntando sin tener modales —No estás obligada a responder solo es por pura curiosidad

—Está bien puedo contarte pero me tomó mi tiempo porque no es fácil

—Entiendo, lamento ser tan entrometida pero eres la única con la que puedo hablar aquí

A decir verdad me habían comentado de la otra casa en la que solo viven brujas pero si todas estaba con Helena dudaría que fueran amables y educadas, las hectáreas en las que se encuentran las casas son un lugar sagrado para todos los que viven en ellas, pero la otra casa era un aquelarre de brujas devotas a Satán, Lilith y Hécate.

Propiedad de un demonio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora