Propiedad de un demonio.

CAPÍTULO 34

La vi hundirse en lo profundo del lago y mi intento por sacarla fue en vano el agua hervia como el infierno bajo mis pies, era insoportable solo estar cerca del pozo negro en el que se había convertido. Se había ido sin darme una explicación todo este tiempo me había llenado de mentiras así como yo lo había hecho antes.

Regresé en busca de la única persona que sabía de todo esto, vi a Laurent con los demás y mi impulso de ira fue golpearlo tumbandolo en el suelo, no se inmutó o trato de hacer lo mismo.

-¿Desde cuándo sabes de esta mierda?
-Hace un tiempo -lo tome de la ropa y tiré de el para levantarlo del suelo -Me pidió que no te dijera nada porque era un problema que ella trataba de arreglar
-Se supone que eres mi amigo y me ocultas te que mi mujer... -me trague las palabras -Deberia arrancarte la cabeza y quemarte
-Sebastian amenazarlo no va hacer que las cosas cambien -la voz de Gareth detrás de mí me hizo soltarlo
-Ella busco a alguien que no la juzgará y trato de hacer las cosas diferentes pero a diferencia de ella que busco el bien para ambos, tu terminaste siendo la piedra en su camino
-Laurent no eres quien para juzgar a Sebastián
-No lo soy, pero déjame decirte algo, vas a perder a la única persona en este maldito mundo que te a esperado por años por un estudio pensamiento. Le quitaste la idea de formar una familia por tus malditos traumas y ahora ella se fue por proteger a su familia
-Debi matar a ese niño cuando pude
-¿Que ganarías? Odio, desprecio, resentimiento -se acercó a mi y me sacudió -Es tú sangre, es tú hijo
-No lo es
-Te vas a arrepentir de tus palabras y cuando lo hagas será tarde

Me soltó para irse al interior de la casa, pero algo lo detuvo y se giró en dirección a la arboleda, un aura pesada y fría se coló por todo el terreno eriznadl la piel de todo aquel que estuviera en su radar, vi la figura de love acercarse su caminar era lento pero firme. Se detuvo cuando las mujeres se acercaron a ella pero la risa que salió desde sus adentros era tan espantosa.

Levantó a la mujer del suelo cortándole el aire, los gritos de Gareth me sacaron de mis pensamientos.

-No voy a tocar a ninguno de ellos, pero no soy responsable del que se meta en mi camino, mi niña -una pesada voz salía de su boca hablandose a su mismo, como si alguien más la acompañara
-Love detente por favor -vi como Gareth se arrodillaba suplicando por su madre
-Ella no se encuentra en este cuerpo, pero pronto podrán hablar con ella -movio sus ojos a todos los que estaba en el lugar
-¿De qué hablas?
-Gareth... él es Lucifer
-Eres muy listo chupasangre -las palabras de Laurent fueron como una bomba, porque estaba en el cuerpo de ella
-Por favor no lastime a mi madre -Gareth no se levantó del suelo incluso estrelló su cabeza en la tierra pidiendo clemencia
-Tú madre me debe algo y he venido por ello, no puedes pedir el perdón de una zorra que me ha mentido descaradamente por años, pidiendo a manos llenas todo lo que no se merece
-¿Qué es lo que desea a cambio de su vida? -la mujer fue colgada en una estaca, casi inconsciente
-Me prometió un niño de su vientre a cambio de salvar el corazón de su primogénito -levantó su cabeza para ver a su hermano que cayó de rodillas -Eres tú el niño prometido verdad, puedes tener tu vida pero ella debe entregar la suya

Que clase de infierno era el que estábamos viviendo, la mujer se prendió en llamas al igual otras de las mujeres de la casa que gritaban en agonía por el fuego abrazador quemando su piel, despegando la de sus huesos. El terrible olor a carne quemada se extendió por el aire revolviendo ni estómago, era el castigo que cualquiera en el habernos recibe por no cumplir parte de su palabra.

El frío de sus ojos ardientes se posó en mi, analizaba cada gesto que mi rostro expresaba hasta que abrió su boca.

-Es duro perder a alguien que amas, el sentimiento de dolor en el pecho oprimiendo cada músculo del corazón, el nudo en la garganta quitándote el aire de los pulmones hasta dejarte seco -queria gritarle pero no era Love quien estaba dentro de ese cuerpo, era un cascarón usado por un demonio mucho peor que todos los que estábamos parados aquí -La impotencia de no haber hecho algo, carcome el alma hasta tal punto de querer desear no existir
-Sus palabras no consuelan la pérdida de una madre, solo siembra el odio -solte sin miedo a lo que me enfrentaba
-Shhh -cerró sus ojos hablandose así mismo -Mi niña no pidas disculpas por querer salvar al fruto de tu vientre -frunci las cejas por lo horrible que sonaba eso saliendo de su boca -Eres frío y eso te va a matar niño
-No sabe nada
-Se todo sobre ti, quién eres, qué eres, qué serás y a dónde irás -se dio la vuelta dandonos la espalda,se movía en dirección al bosque de donde había venido