Love me hizo subir al departamento en lo que regresaba al auto por su teléfono, no me queje solo entre y acomodé al niño en la cama, al fin había podido dormir después de la larga noche de desvelo y lloriqueos. Podía pensar que era un drama de su parte para tener la atención de Love todo el tiempo pero debido a que su cuerpo es como es de todos los humanos comprendí el peso que cargaba. Lo arrope bien mientras esperaba a que Love regresará pero pasaron unos minutos hasta que el ascensor subió pero en cambio era su hermana.
—Hola —saludo como de costumbre
—No encontraste a Love en el estacionamiento
—No… se suponía que andaban juntos
—Olvidó su teléfono en el auto y dijo que iría atraerlo pero ya se tardó
—Bueno yo no encontré a nadie en el estacionamiento —esto se estaba volviendo extraño
—Lucienne está durmiendo, puedes vigilarlo en lo que voy y reviso —ella asintió sin problemaBaje hasta el estacionamiento y efectivamente no había nadie en el lugar, pero el auto estaba en su lugar, me acerque para descartar que estuviera adentro, en lugar de eso encontré su bolso en el suelo junto a su teléfono. Esto no estaba bien, gire a todos lados buscando alguna pista. Levanté la bolsa y el teléfono que se encendió por la llamada entrante no dude en contestar
—Lili, soy yo, Arthur ¿Dónde estás? —apreté el teléfono con fuerza al escucharlo —Oye se que me dijiste que me fuera de tu vida y la de tu familia pero por favor escúchame, la tríada te está buscando y no se cuánto tarden en encontrarte
—Ya es tarde
—No eres Lili… ¿Dónde mierdas está? —sentí una punzada en el pecho —No puede estar pasando esto
—¿Cómo sabes que venían por ella? ¿Eres un traidor o la vendiste?
—Claro que no la vendí, puede que me haya quitado la entrada al reino pero no se las entregaría después de todo
—¿Sabes dónde la pueden tener? —sentía como mi corazón se acelera al pasar de los segundos
—Hay muchos lugares en la tierra que tienen acceso al reino, no completamente pero las entidades mayores pueden hacerse presenteIban a juzgarla
—Tu maldito Dios va a juzgarla y deshacerse de ella cuando la tenga enfrente y tú serás el responsable
—¿Me estás jodiendo?
—Busca en que puto lugar van a hacerlo y llámame, porque si ella no te arranco la cabeza yo no voy a tener piedad de hacerlo —corte la llamada para poder sostenerme del autoTenía que encontrarla antes de que fuera tarde, no iba a permitir que esto se volviera a repetir. Tuve que subir al departamento y hablar con Rachel pidiéndole que cuidara del niño en lo que los dos no estamos, tener que mentirle a esa era fastidioso debido a que era muy buena descubriendo las mentiras.
Subí al auto y llamé a Gareth para decirle qué estaba sucediendo, era el único que podía dar con su paradero. Trataba de ver a través de ella cualquier cosa que me diera una pista de donde podría estar, pero no había nada, no estaba consciente y esto era malo.Esperaba qué su cuerpo reaccionara en cualquier momento y abriese los ojos, pero entre más pasaba el tiempo esto se volvía imposible. Si conocía de los lugares sagrados en la tierra pero solo había pisado dos en toda mi larga existencia y fueron el infierno para mí. Era como estar atrapado en una línea de tiempo distinta donde los minutos dentro de ese lugar se volvían horas y las horas se prolongaron a días, el tiempo no era relevante dentro pero si afectaba el exterior o al menos afectaba a la persona que quedase atrapada dentro de él.
Gareth había dado con dos de los lugares más cercanos en la ciudad, mientras él buscaba en uno de ellos yo me dirigía a uno de ellos, dentro de un bosque cubierto de senderos y direcciones confusas que hacía perder a las personas. Entre más caminaban más largo se volvía el camino y el tiempo comenzaba a desequilibrarse, el reloj en mi muñeca comenzó a girar con rapidez perdiendo el paso hasta estropear se. Pude ver en el fondo una estructura muy vieja a punto de caerse, era como una iglesia victoriana y oscura que solo verla provocaba escalofríos.
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Propiedad de un demonio.
أدب المراهقين✠¡Oh, mi Dios he pecado! Fueron las palabras más blasfemas que salieron de mi boca al tener a ese hombre sobre mi, un vaivén de emociones desbordándose a flor de piel en cada uno de los fragmentos que forman mi alma. Pero a quién le importa un alma...