Diario de un pensador.

PERDEDOR

Ahora mismo pensaran, desde su silla o su cama, que soy un total perdedor por lo que ahora voy a decirles...

Soy un perdedor. Lo soy, pero ese es el punto de este capitulo.

Perder me ha llevado a la frustración, pero también me ha llevado a ganar algo que muchas personas ganadoras no obtendrán jamás.

He perdido esperanzas, he perdido amigos, he perdido dinero, oportunidades, etc... Pero las veces que he ganado, solo he ganado ego... es lo único que siento cuando obtengo una victoria, mi ego se ensancha a tal punto que intenta salirse de mi, y después de eso me aborda una gran sensación de ansiedad, como si algo no estuviera bien...

La experiencia de perder me ha llevado a un punto de mi vida en el que puedo pararme en medio de todo el caos que me rodea, y aunque aun me veo atrapado entre tanto desastre, puedo fluir en él como si fuera parte de mi.
Entonces la aceptación se apodera de mi. Los caminos parecen abrirse todos a la vez, crece en mi una energía que incita a superarme a mi en lugar de superar a otros. ¿Para que el afán de superar la vida?, como si fuese el enemigo, un obstáculo (que absurdo). Es allí, es en esos instantes donde me siento realmente libre: Cuando camino descalzo sobre mis fracasos. Esta experiencia me hace escalar tan alto que puedo observarlo todo como si me hallara en la cima del mundo.

Entonces si, soy un gran perdedor ante el mundo, ante la sociedad, ante mi ego y mi mente. Pero mi carga se hace cada vez menos pesada, y aunque me falta un camino sumamente largo y extenuante, andaré despacio, equivocándome una y otra vez hasta que no quede más que la verdad frente a mi. De eso se trata mi aventura, de caminar en el error hasta que no quede mas que la absoluta verdad, porque a fin de cuentas ¿Cómo voy a transitar el único camino de la verdad cuando hay tantos caminos falsos y verdaderos?, voy a confiar en la vida, creeré en ella, y tengo la certeza de que es lo suficientemente paciente como para dejarme compartir con ella todos mis fracasos.