La Ultima Primavera 1.2

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La casa de Lucy estaba construida con madera desde sus cimientos. El piso era tan reluciente que podía reflejarse casi cualquier cosa sobre él. Las ventanas estaban posicionadas de manera tal, que la luz del sol iluminaba gran parte de la casa durante el día.

La sala era semicircular, una mesa muy baja con forma rectangular estaba situada en el centro, similar a las mesas tradicionales que se utilizan en algunos lugares de Japón o China; esta reposaba sobre una gran alfombra Vinotinto. Tenía pocos muebles (2) posicionados en las esquinas, además de ser enormes y cubiertos con una especie de plumaje negro. Se dibujaba un gran arco en la entrada hacia la cocina, 2 puertas de enorme tamaño construidas con la misma madera que conformaba la casa, daban la bienvenida a la misma; podían vislumbrarse extrañas figuras talladas en ella. Había allí un comedor mediano, como si habitase una familia completa en ese lugar. Podían observarse más ventanas cerca de las repisas a una gran altura, lo que era de extrañar porque ella poseía una estatura relativamente pequeña. Las vajillas eran todas blancas, hacían el contraste perfecto con la obscura madera. Algunas lámparas a gasoil estaban colgando del techo, apagadas, y una más pequeña colocada en el centro de la mesa. A la derecha de la sala, justo al lado de la entrada, se divisaban unas escaleras bastante prolongadas que conducían a un segundo piso, del cual provenía una extraña corriente de aire frío.

-Tiene que ser una broma... Es la mejor casa del mundo - Agregó antes de colocar un pie dentro de ella.

-Por favor deja tus zapatos en la entrada.

Al dirigir la vista hacia él, se enfrento a una mirada penetrante, como si intentase descifrar lo que habitaba en su mente, esto causó que decidiera apartar la mirada de ipso facto.

Un pequeño suspenso arrebataba el aliento de Jacob cada vez que la miraba a los ojos, no podía dejar de observarla.

<<¿Por qué siento escalofríos de repente? Percibo en ella la calma del bosque, al igual que su ferocidad.>>

Ella señaló un lugar detrás de la puerta, donde de manera anormal sobresalían unas ramas de la pared (Si, literalmente sobresalían ramas de las paredes de la casa).

-Puedes colocarlos por allá.

Jacob se hallaba embelesado, todo aquello le parecía una ilusión.

Lucy dejó su mochila y zapatos en la entrada para luego dirigirse a la cocina.

- Puedes colgar tus cosas junto con las mías, relájate, no voy a comerte, recuerda que fuiste quien me siguió hasta aquí.

-Oye, leí un libro sobre eso, y no era gracioso.

Mientras Jacob descalzaba sus zapatos y colgaba su bolso, se percató que la corriente de aire frío proveniente del piso superior tenía mayor vigencia en la zona baja de la casa.

<<Mejor me dejo los calcetines.>>

Al adentrarse a la casa sentía que se internaba hasta lo más profundo de aquel espeso bosque.

-Increíble. - Decía mientras observaba cada rincón.

- ¿Qué es increíble? - Preguntó desde la cocina.

-... - se detuvo inmediatamente para cambiar la oración. -Tu casa, nunca había visto algo así.

Lucy no pudo evitar sonreír, aunque cabizbaja para no delatarse.

- Puedes tomar lugar en la mesa frente a ti. -dijo aún en la cocina, señalando la mesa en el centro de la sala.

Hace mucho que Lucy no tenia interés por socializar o conocer a otras personas. Mantenía un fuerte vinculo con su mentor, y eso ya hace mucho tiempo cuando tenía solo 6 años de edad; era algo parecido al amor que siente una hija por su padre. Aquél hombre no era para nada joven, incluso parecía doblarle la edad que tiene ella ahora, aun así, este no aparentaba la edad que decía tener.

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