En los brazos de la vida

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Cariño, ahora me siento pleno entre tus brazos, pues soy libre nuevamente. Mi corazón está latiendo con fuerza en las profundidades de mi ser, puedes hacerte con el, con su dolor, y hacerlo parte de ti.
Te concedo todo lo que soy, me rindo ante tu omnipotencia, fatigado estoy ya de esta lucha sin sentido, al fin y al cabo siempre obtienes lo que quieres, y lo que yo más anhelo es tan insignificante que ni siquiera forma parte de este mundo.

Cariño mío ¿Cuál es mi lugar entonces si no en tus brazos?
Caprichosa eres, y malévola, sin embargo no puedo negar tu gran sabiduría. Me rindo ante ti, ante todo, seamos uno esta vez.
y si llegase a aparecer aquel demonio sonriente, con ardides y fabulas, ilusiones y mentiras, le recibiremos gratamente, porque me he rendido, cariño.

Diario de un pensador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora