—Te pareces mucho a ella.- dijo él anciano.
—Disculpe, no se a quien se refiere.— hable, tratando de sonar lo menos nerviosa posible.
—Tienes algunas facciones de Eamon, pero te pareces tanto a Áurea.— dijo él anciano, mirándome de arriba a abajo.
—¿Sabe quienes eran ellos?.— pregunte.
—Ay.- suspiro.- Eamon era mi hijo, Áurea era mi nuera.— dijo con melancolía.
—¿Tu hijo?.— casi grite.
—Si, tu debes ser Bre...— se quedó pensando.
—Soy Atena.— Respondí, luego de unos segundos.
—Atenea, claro, mi pequeña besada por el dios del fuego.— dijo él.
-—¿y tu eres?.— pregunte, ansiosa.
—soy tu abuelo.— respondió.
Lo mire como si me hubiera dicho algún tipo de mentira, pero lo que dijo fue muy sincero, simple. No creo que nadie iría por la vida diciéndole a cualquier extraña que es su abuelo y se sepa el nombre de tus padres, y casi el de tu hermano.
Todo era muy raro aquí, pero antes de reaccionar vi como el anciano se acercaba a mi y me rodeaba con sus brazos.
Sentí su abrazo muy extraño, no se sentía familiar, era incómodo, raro, y yo solo estaba ahí parada muy tensa.
Él se alejo y me miró un poco extrañado, pero me pidió que lo siguiera. Camine detrás de él en silencio.
Todo aquí era muy siniestro, pero de una forma linda, luego de ver tanta oscuridad en todos lados, veías que ello no siempre era malo.
Llegamos a un gran árbol negro, el se sentó en una banca cerca de el, y palmeo su lado haciendo señas de acercarme.
Me senté junto a él, lo más separado que pude, él lo noto así que solo suspiro un poco y hablo.
—Se que esto es muy raro para ti... también lo es para mi, no estaba preparado para que llegaras aquí un día sin alguna razón... no sabia si aún estabas con vida.— opino, con una sonrisa.
No sabia que responder, así que solo me queda en silencio esperando que siguiera hablando, y lo hizo.
—Cuando tu padre conoció a tu madre ya no era tan gruñón como siempre, de hecho lo pude ver sonriendo algunas veces, cosa que nunca hacía.— dijo sin mirarme.— Al principio no estuve de acuerdo con lo que tenían ellos dos, pero el era diferente con ella, me gustaba verlo así, así no lo admitiera, pero era algo que estaba prohibido. Intenté juntarlo con otra persona con la cual si podía estar, pero no, no era el mismo que cunado estaba con tu madre.
Sonreí al imaginarme como eran ellos cuando estaban juntos, debieron ser las personas más felices que alguien vería.
—Al final me canse y deje que fuera feliz con ella, fue así por mucho tiempo, tanto así que existieron dos pequeños bebés, pero en cuanto esto sucedió todo se salió de control. Los dos pequeños bebés eran como una aberración en los reinos.- me miró con ansias.— Su felicidad terminó antes de que empezará, sus planes se derrumbaron de un momento a otro, ellos pusieron a sus bebés donde nadie pidiera saber donde estaban, y su final fue trágico.
—Debieron ser mas que felices.— fue lo único que se me ocurrió decir.
—Lo fueron, Eamon y Áurea eran la definición de amor en muchos sentidos, pero el amor destruye. El amor los destruyó.— expresó.
—Gracias por decirme esto.— dije.
Él solo sonrió y me dedico una mirada cálida, la cual no había visto desde que llegue.
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LOS 5 REINOS
FantasySe dice que los antiguos druidas son los únicos que saben sobre la creación de estos 5 reinos en el bosque... Los terrenales conocen a algunos de estos seres como personas con heterocromia, estos seres son mágicos y son el origen de cada clase de ma...