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BRENAN.

No sabia realmente que hacer, no quería traicionar su amor, pero mi madre esta primero.

Puede que no sea una gran mujer para muchos, pero para mí es la persona que ilumina mis días, la persona que esta ahí cuando más la necesito. Mi madre es una mujer egoísta, y cruel, pero no conmigo o eso quiero creer.

Atenea es un encanto, su sonrisa, el movimiento de su pelirrojo cabello es como el danzar del fuego, sus ojos los cuales cubre para verse "normal", esos ojos que están llenos de luz y vida. Simplemente todo de ella hace que contenga la respiración por un segundo, y mi corazón palpite más rápido, ella hace que quiera guardar cada uno de nuestros recuerdos en una bola de cristal para poder revivirlos cuando quiera volver a ella.

La decisión estaba en mis manos, no quería traicionar a ninguna, no solo por el amor que les tenía, sino por que los reinos están en peligro, pro no se con cual de las dos lo están más.
Solo tengo que pensar en que haré, supongo que al final mis pensamientos serán sabios y sabré elegir.

La noche es sabia, pensé, pero por que yo no lo era al elegir, la duda rodaba por mi cabeza una y otra vez, ¿y si elegía mal?, ¿y si no se como sobrellevar mi decisión?.

Podía sentir toda mi frustración emanando de mi cuerpo, me sentía terrible, por un lado era seguir con un legado, o por el otro seguir lo que mi corazón quería.

Aun que ya que iba a ser me sentía frustrado de cierta forma, no quería renunciar a la oportunidad de un¿ y que tal si...?.

Me levante de la cama lo más rápido que pude, me puse unos tenis y salí en busca de su pequeña hada.

Golpee la puerta una, dos, tres, cuatro veces.

—¿Qué haces aquí a esta hora?.— pregunto Malena, con cara de sueño.

—¿Esta Parisa?.— pregunte, con una sonrisa.

—¿Qué es tan importante que no puede esperar al alba?.— pregunto, bostezando.

—¿Esta o no esta?.— dije, un poco más desesperado de lo que espere.

Se hizo a un lado y me dejó seguir, me senté en una silla mientras Malina iba a por Parisa. Unos segundos más tarde una no tan pequeña hada somnolienta apareció por una puerta.

—¿Qué quieres?.—pregunto a la defensiva.

—Uy, nos despertamos con el pie izquierdo.—se burlo.

—Me despertaron.— replicó.—¿Qué es tan importante que no puede esperar a la mañana?.

—Necesito tu ayuda en algo.— me apresuré a decirle.

—Si, eso lo se, por algo estas aquí.— me dice sin quitarme la mirada.

—Es sobre Atenea.—dije

—¿Qué le hiciste?.— me miró.

—¿Por qué crees que hice algo?.— levante una ceja.

—Talvez por qué estas aquí en la madrugada sin alguna razón aparente.— se sentó junto a mi.

—La cosa es que la invite a el baile de mañana.— esbocé una sonrisa.— pero no puedo ir por ella a su casa... tengo que hacer unas cosas antes.— vi como Parisa me observaba con severidad.— pero tengo algo planeado para ella.

LOS 5 REINOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora