LOS 5 REINOS

Epílogo.

Tarde unos instantes en entender que estaba pasando a mi alrededor, pero se que algo estaba en mi espalda y que el dolor aumentaba cada vez más.

No sabia que tenia en la espalda, pero desee que el dolor terminará. Los ojos se me cerraron solos y no fui consciente de nada más.

—!!Ellos no deberían estar aquí, así¡¡.— escuche decir a alguien muy alterado.

—No podía contar con que hicieras bien las cosas.— hablo una mujer muy calmada.

—!!Pero que te pasa por la cabeza mamá!!, ¡les hiciste daño, no tenia por que ser asi!.— expresó el chico.

Abrí lentamente mis ojos y trate de ver lo que tenía al rededor, tal vez podría reconocer el lugar. Pero no, lo único que reconocí fue a Brett a mi lado, él seguía inconsciente, tenía la cara golpeada y restos de sangre en ella.

Y de repente todo se volvió negro otra vez. Esas pesadillas volvían a mi una y otra y otra vez, mi madre muriendo en brazos de mi padre, y él gritando. No podía dejar de soñar lo, era como un bucle.

—...despierta, Atenea abre los ojos, porfavor despierta.— escuche decir a alguien, era un sonido muy lejano.

Sentí unos suaves golpes en mi rostro, intenté con todas mis fuerzas abrir los ojos, pero estaban demasiado pesados, me sentía sin energía de moverme.

Intente acostumbrarme a la luz del lugar, cerré y abrí los ojos un par de veces hasta que pude ver claramente.

—¿Cómo fuiste capaz?... Eres un imbécil.—susurre.

—Así no tenía que suceder, nunca quise hacerte daño Atenea.— aclaro Brennan.

—Pues lo hiciste, y mira... mira donde estamos, Él es tu mejor amigo y le hiciste lo mismo.— señale a Brett.

—Lo sé, les hice daño, no era lo que quería, pero lo hice.— me miró fijamente — pero las cosas no tenían que suceder de la manera en la que pasaron.

—Ya es tarde para cambiar eso.— dije con ironía.

—Solo...—medito lo que iba decir— Solo déjame ayudarte a salir de aquí.

—No.— dije tajante.

—¿No?.— repitió con confusión.

—Saca a Brett, ayudalo a él.

—No te voy a dejar aquí sola, tengo que ayudarte.— podía escuchar la desesperación en su voz.

—Tendrás que hacerlo, no me ayudaste antes de estar aquí, no lo harás ahora.— repliqué.

—Porfavor Atenea, déjame sacarte de aquí.

—Saca primero a mi hermano.— exclame.

—¿Hace cuanto lo sabes?.— pregunto confundido.

—Eso no importa ahora, solo llevatelo y ve que este bien.

Brennan solo suspiro y asintió con la cabeza, alzó a mi hermano y se dirigió hacia la una de las esquinas del lugar.

—Perdón, esto no tenía que suceder así. Volveré por ti.— dijo antes de desaparecer.

Sus palabras resonaban en mi cabeza ¿Recuerdas que alguna vez te dije que nadie podría hacerte daño?. Atenea, yo soy ese nadie.
Él era la única persona que podía hacerme daño, dejé que entrará a mi vida y deje que lo hiciera, que fuera mi perdición.
No se que hago aquí, y mucho menos se como salir. Pero se que Brett estará bien o eso quiero creer, igual se lo llevo la persona en la que menos confío en este momento. Espero este bien y a salvo.