Narra Pelle
Attila condujo hasta mi domicilio, pues en el estado que se encuentra Øystein no puedo dejarlo solo en su casa.
Hemos llegado -me dijo Attila-
Bajamos del auto y me ayudó a bajar a mi alcoholizado amigo del coche y posteriormente, me ayudó a llevarlo a mi habitación.
Attila: Dejemos que duerma, por la mañana estará mejor. ¿Te duele mucho el pómulo?
Pelle: Un poco, pero ya pasará
Attila: Bien, es un poco tarde y debo irme -bostezó-
Pelle: No es buena idea manejar con sueño. ¿Por qué no te quedas unas horas? Por lo menos hasta que amanezca
Attila: Gracias pero, no quiero ser molesto
Pelle: No lo eres. Por favor, descansa un poco -puso su mano en el hombro de Attila- Ya me ayudaste a traer a mi amigo, es lo que puedo hacer por ti en este momento -le sonrió como niño pequeño-
Está bien -respondió Attila- Gracias.
No me lo agradezcas -dijo Pelle- Te traeré unas sábanas, no tardo.
Pelle volvió con sábanas y una almohada. Sin embargo, encontró a su huésped dormido en el sofá.
Descansa -murmuró mientras tapaba con las sábanas a su invitado-
El sueco caminó hacia la habitación y se recostó en el suelo, y luego de unos minutos se quedó dormido.
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Amaneció y Pelle despertó, fue a la cocina a preparar un poco de café y unos hot cakes.
¡Buenos días! -dijo Attila al entrar a la cocina-
¡Buenos días! -respondió Pelle-
Attila: ¿Aún no despierta la bella durmiente?
Pelle: No -ambos rieron por el comentario- Por favor, siéntate, desayunemos
Attila: Gracias -miró al rubio y sonrió-
Pelle le devolvió la sonrisa y comenzaron a desayunar, mientras conversaban.
Attila: ¿Cuándo llegaste a Noruega?
Pelle: Hace casi una semana
Attila: ¿Qué te parece el colegio?
Pelle: Pues, es muy diferente a mi escuela en Suecia pero, supongo que podré adaptarme en unos días más
Attila: Será sencillo
Pelle: Eso espero -sonrió-
Terminaron el desayuno y luego de un rato, Attila tuvo que retirarse a su casa.
Pelle: Bien, entonces nos vemos el Lunes en el colegio
Attila: Claro. ¿Qué te parece si te dejo mi número telefónico y me das el tuyo?
Pelle: Vale
*Intercambiaron números*
Attila: Ahora sí ya me voy, nos vemos
Pelle: Nos vemos
Una vez que el nuevo amigo de el rubio se fue, se dirigió a la cocina a lavar los platos.