Narra Ville
La cara que puso Mikko al volver a la habitación no me gustó nada, y me pidió que me vistiera en ese momento porque debíamos salir de ahí.
Ville: ¿Pero qué está sucediendo?
Mikko: Hay una bomba en la casa
Ville: ¡¿Qué?!
Mikko: Como lo escuchas mi amor, hay una bomba en la casa y debemos irnos de aquí lo más pronto posible
Me puse la ropa y salimos de la habitación buscando una salida discreta; si Varg está afuera y nota que intentamos salir, puede hacer que la casa explote con nosotros adentro.
Mikko: Por aquí, amor
Salimos y corrimos lo más rápido que pudimos, pues no pudimos haber escapado en el coche. Ir a casa de Kjetil no era lo mejor, pues si ese psicópata está cerca de nosotros puede seguirnos y dar con los chicos; así que fuimos a un hotel con máxima seguridad y pedimos no ser molestados. Por la mañana fuimos con Fenriz y Faust.
Faust: Mikko ¿A qué debo tu visita?
Mikko: Varg está libre
Faust: Lo sé
Fenriz: Y también sabemos que Thomas está muerto
Mikko: Varg puso una maldita bomba en mi casa
Faust: Será mejor que no vuelvas a tu casa. ¿Tienes a dónde ir?
Mikko: Sí, tengo una pequeña cabaña a orillas de Oslo. Estaremos ahí mientras arreglamos unas cosas para irnos a Finlandia
Fenriz: ¿Te irás?
Mikko: Sí, Ville y yo viviremos juntos
Faust: Me da gusto por ustedes
Mikko: Gracias
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Narra Øystein
Han pasado días y cada minuto que pasa estoy más cerca de irme a Japón. Estoy algo nervioso, ni siquiera hablo japonés, a duras penas hablo mi lengua nativa e inglés.
Salí un momento con mi madre, fuimos al supermercado y luego la acompañé al salón de belleza, no la veré en mucho tiempo y quiero pasar tiempo con ella. En cuanto volvimos a casa preparamos la cena, cocinamos algo especial; es de mis últimas cenas con mis padres y quiero prepararles un rico postre.
Horas más tarde terminamos la cena y me fui a mi habitación... Voy a extrañar mucho a mis papás y mis amigos y, aunque duele admitirlo, también a Pelle. Me dolió bastante que no confiara en mí.
...
Amaneció y salí a correr al parque, hace tiempo que no hago ejercicio. Todo parecía ir muy bien hasta que me topé al infeliz que terminó de arruinar mi autoestima...
Vegard: ¡Øystein! -gritó- Necesito hablar contigo -corrió hasta donde Øystein estaba-
Øystein: ¡¿Qué quieres?! -gritó- ¿No te bastó con lo que me hiciste?
Vegard: Precisamente de eso quiero hablarte
Øystein: En verdad me das asco ¿Cómo se te ocurre querer tocar ese tema?
Vegar: Øystein, yo te drogué
Øystein: ¡Ya lo sé! Ya no me digas nada ¡Cierra la puta boca y lárgate! No quiero ver tu repugnante cara -se dio la vuelta y comenzó a caminar-