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Parecía como si el tiempo se había detenido, mientras el rubio trataba de estabilizar su respiración.

Los espasmos de su cuerpo aún estaban haciendo de las suyas y con timidez tomó las sabanas para cubrir su cuerpo desnudo.  La vergüenza de repente lo invadió, había recibido su primer mamada y Jungkook había acariciado todo su cuerpo, con solo pensarlo no podía evitar sonrojarse.

No era un chico muy cursi, pero vamos que un hombre le comiera el pene no le pasaba todos los días.

—No tienes porque avergonzarte.

—Es solo que aun no me acostumbro, mi cuerpo es un poco...— se encogió de hombros.

Siempre había tenido ese complejo sobre su cuerpo, al ser bailarín contemporáneo toda su vida se exigía demasiado, tomando en cuenta que sus caderas eran más anchas que las de otros chicos y su culo... bueno parecía un gran melocotón.

—¿Un poco que?— no hubo respuesta, solo una mueca por parte del menor— Jimin no sabes la bomba nuclear que eres, y con solo un roce de ese culo puedes hacer estallar a cualquiera. No bromeo cuando digo que eres el primer chico que conozco en toda mi larga y sexual vida que es lo más cercano a la perfección, no miento cuando digo lo hermoso que eres.— Jungkook se acercó a él para regalarle un beso lento y suave.

Jimin no sabia que creer, a pesar de todo lo que había leído de Jungkook en Internet no parecía ser igual en persona.

—Es todo por hoy— susurró el mayor.

—Eso quiere decir que no...

–No te apresures, quiero disfrutar cada parte de tu cuerpo como es debido.— el pelinegro se alejo un poco— Iré al baño, necesito resolver esto

Jungkook había señalado su propia entrepierna, y vaya que tenía un gran problema que resolver. Jimin no sabia que hacer una vez que el pelinegro desapareció por una puerta, y supuso que era el baño.

El rubio estaba desnudo en la cama, enredado entre las sabanas. Estaba cansando y aún no entendía por qué, prácticamente él solo había estado acostado recibiendo todo el servicio.

El menor no se dio cuenta en que momento sus ojos empezaron a cerrar y había caído en un sueño profundo.

Jungkook por su parte no pensaba masturbarse porque no era ningún adolescente hormonal, simplemente tomaría una ducha helada y dejaría que todo pasará.

Una vez dentro de la regadera y asegurarse que el agua estaba helada se terminó de desnudar y entró, dejando que todo su cuerpo se mojara, que el agua se deslizará por cada parte de su piel.

—Mierda— dijo una vez que estuvo empapado.

Cerró sus ojos y se permitió tranquilizarse, su respiración aún era un poco pesada y un escalofrío recorrió sus brazos al recordar el toque entre sus dedos con la piel perfecta del chico en su cama, la expresión del rubio vino a su mente y esos gemido aún podía escucharlos, quedarían guardados en su memoria como un tesoro.

Los minutos pasaban y su problema era cada vez más grande, no podia parar de pensar en esos perfectos labios, el imaginarse a Jimin de rodillas recibiendo como premio su pene.

A penas podía controlar su respiración y a pesar que el agua estaba helada su cuerpo estaba más que caliente. Apoyo sus manos en las paredes y con su cara en dirección a sus pies una corriente de placer lo hizo abrir sus ojos.

—Pero que...— se había corrido sin siquiera tocarse.

No podia ser verdad, esto era más que una mierda. Venirse de esa manera sólo por pensar en ese niño en su cama era una verdadera mierda, no era un adolescente y tampoco estaba necesitado de sexo para que esta patetica y simple acción pasara.

No quería pensar en nada más, no quería pensar en que quizá su subconsiente deseaba tanto a Jimin que solo pensar en él se volvía loco, sin más decidió terminar con la ducha y salir por ropa limpia.

Al salir del cuarto de baño se topo con una maldita imagen que inconscientemente lo hizo sonreír, el rubio se había quedado dormido con sus manos unidas debajo de sus mejillas, sus labios entreabiertos haciendo un pequeño puchero, y sus piernas una arriba de otra. Las sabanas cubrían solo lo necesario su trasero y su miembro.

Ya era tarde y le daba un poco de pena levantar al rubio para llevarlo a su casa, así que, sin más que pensar Jungkook se metió entre las sabanas aferrándose al delgado cuerpo de su acompañante.

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La mañana había llegado y con ella la soledad se hacía presente, los rayos de sol se colgaban por las ventanas dando directamente a sus ojos, con molestia y un poco de pereza se levantó.

Miro el reloj de su mesita de noche.

8:45 am

—¡No puede ser!— se había levantado tarde.

No podía creerlo ni el mismo, Jeon Jungkook el hombre más puntual que podía existir. Cada 8:30 de la mañana siempre estaba en su oficina con su café al lado y su computadora trabajando.

Se levantó tan rápido en direccion al cuarto de baño que por un segundo olvido un pequeño detalle. Volteo todo su cuerpo y se dio cuenta que, ¿Estaba solo en la cama? ¿Donde esta Jimin? ¿Se fue?

No entendía por qué, pero aquello lo hizo molestar más de lo que debería. Salió de la habitación y de un momento a otro ya estaba en la sala, no había nadie, camino directamente hacia la cocina.

Parecía que su cuerpo se tranquilizo por completo, una sonrisa se le formó al ver al rubio tomando una taza de café, ya había tomado una ducha y se había vestido con las mismas prendas que cargaba noche anterior.

—Hola— dijo Jimin con timidez, una vez se dio cuenta que el pelinegro había despertado.

—¿Por qué no me despertaste?— preguntó,  trantando de no darle importancia al pequeño alivio que sintió al verlo ahí.

—Pensé que te veías tranquilo, no quería hacerlo.

En realidad no solo fue por eso, el rubio sentía tanta vergüenza por lo de la noche anterior que no quería ni mirar a la cara a Jeon.

—Debiste hacerlo, ahora llegare tarde a la oficina— habló con seriedad el pelinegro.

—Lo siento.

El silenció gobernó y el ambiente se volvió incómodo, Jimin creía que este hombre de verdad necesitaba un algodón de azúcar cada mañana al despertar.

—Prepare el desayuno, espero no te moleste— habló nuevamente el rubio.

—Gracias— contestó sin importancia.

Jimin no podia mas en este ambiente tan sofocante, no le gustaba sentirse asfixiado. Tomo su bolso que estaba en la isla y su teléfono.

—Puedes abrirme el elevador— había intentado escapar esta mañana pero no podia sin una llave o la maldita contraseña.

—¿No vas a quedarte a desayunar conmigo?

—Tengo que regresar al departamento.

—Pero...

Jimin no lo dejo terminar de hablar y rápidamente camino hacia el elevador.

—Puedo llevarte si quieres.— mencionó tecleando la contraseña para que el ascensor se abriera.

—No quiero quitarte más tu tiempo, además creo que ya vas suficientemente tarde al trabajo— Jimin sonrió falsamente y presionado el botón para que las puertas se cerraran.

Jungkook por alguna razón se sentía extraño, el sentimiento de rechazo y él nunca se llevaron bien.

Con molestia regreso a la cocina viendo el desayuno, frutas, tocino, huevos y jugo de naranja. Él no tenía tiempo para un desayuno de mierda, sin más regreso a su habitación.












 𝐓𝐞𝐚𝐜𝐡 𝐌𝐞 𝐓𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 ♜⌜𝓚𝓸𝓸𝓴𝓶𝓲𝓷 ⌟♜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora